Venta directa, más hombres vendedores
El negocio de la venta directa se mantiene firme en España. El año pasado el sector movió 588 millones de euros, de los que el 75% (441 millones) correspondieron a la Asociación de Empresas de Venta Directa (AVD), que integra a un total de 20 empresas que se dedican a esta actividad en nuestro país, en diferentes categorías, desde cosmética a moda, pasando por preparados alimenticios o libros, entre otras.
Aunque las ventas cayeron cerca del 3% en 2013, la patronal destaca que sumando todas las compañías que ejercen la venta directa, “estaríamos hablando de una de las mayores fuerzas comerciales”. Así, lo ha explicado Carlos Barroso, presidente de AVD, esta mañana, en Madrid, durante la presentación de los resultados del sector, que en el último ejercicio registró un total de 4,7 millones de pedidos.
El directivo ha señalado que se ha producido un cambio de tendencia en el perfil tradicional del vendedor independiente: más jóvenes y más hombres. El número de menores de 30 años que deciden iniciarse en la venta directa ha aumentado un 10%, estimándose que un 30% de estas personas ejercen la profesión a tiempo completo.
Este porcentaje es superior a la media del sector, donde predomina la dedicación a tiempo parcial, y también supera el promedio de años anteriores. Y es que España se sitúa por encima de la tasa europea en el aumento de distribuidores/vendedores independientes de sexo masculino (30%). Aunque sigue habiendo una gran parte de féminas (70%), la proporción de varones es mayor que en otros países del entorno comunitario, donde los ratios son de 21% hombres y 79% mujeres.
La distancia por sexos se acorta aún más entre menores de 30 años. De éstos, un 40% trabajan en venta directa frente a un 60% de mujeres de la misma edad. A nivel nacional, el total de trabajadores asciende a 162.000 profesionales (113.000 mujeres y 49.000 hombres), de los cuales un 10% lo hace a tiempo completo, un nivel que ha crecido en los últimos cuatro años.
Para Barroso, el motivo de este incremento está claro. Se trata de una profesión independiente, que aporta flexibilidad, ingresos fijos, sin tener que hacer ninguna inversión, y respaldo de empresas consolidadas, que miminizan el riesgo. En definitiva, una profesión para emprendedores y “más en estos tiempos de contracción del consumo”, advierte el presidente de la AVD, aportando el dato de que en todo el mundo, la venta directa alcanza una cifra de negocio de 100.000 millones de euros, de los que una quinta parte corresponde a los mercados europeos
Por lo que se refiere a categorías, el primer mercado para la venta directa en España es el cosmético, seguido de la nutrición y de los artículos para el hogar. Una de cada cuatro familias en España adquiere productos de venta directa. Una fórmula comercial que no está reñida con las nuevas tecnología y el canal online, dos herramientas que los distribuidores utilizan en su trabajo diario.
Sin embargo, las empresas del sector recalcan que el valor añadido de la venta directa es el contacto físico con el cliente, el asesoramiento y el seguimiento del producto que puede realizar el comprador. Este es su ADN, “basado no tanto en la venta de productos como en la venta de servicios centrados en un producto”, la mejor fórmula para conseguir la fidelidad y el engagement con el consumidor.
Carlos Barroso apunta cuatro conclusiones que definen el “momento dulce” por el que pasa la venta directa en España: rejuvenecimiento de las redes de distribuidores independientes (perfiles con mayor formación y más jóvenes); conciliación, que permite a los trabajadores equilibrar su vida laboral y familiar; mercado consolidado con operadores sólidos (empresas veteranas, algunas con más de 50 años de vida) y negocio sostenible.
Además de estas ventajas, el presidente de la AVD ha subrayado el éxito obtenido en el primer Curso de Venta Directa y Venta Multinivel, que se ha impartido en la Universidad Complutense de Madrid, una iniciativa que desde la Asociación esperan trasladar a las universidades de otras ciudades españolas.