La Unión Europea multa a Mondelez por imponer restricciones a retailers
El fabricante de confitería limitó a distribuidores y compradores adquirir sus productos en otros Estado donde se venden a un precio inferior.
La Comisión Europea ha impuesto una multa al fabricante de confitería Mondelez, propietario de marcas como Oreo, Milka y Toblerone, por haber llevado a cabo prácticas anticompetitivas en la Unión Europea, imponiendo restricciones a un total de 11 distribuidores.
El organismo ha sancionado a la multinacional estadounidense con 337,5 millones de euros, un 15% menos que lo previsto inicialmente por haber cooperado en la investigación de la Comisión, iniciada en 2019.
Según los hallazgos de la institución europea, el fabricante había puesto en práctica 22 acciones anticompetencia que se basaban, sobre todo, en limitar a retailers y compradores la compra de chocolates, galletas y café de otros Estados miembro donde el precio resultaba más barato. Y a los distribuidores, además, de vender en aquellos donde el precio era superior.
Según ha explicado Margrethe Vestager, comisaria de competencia de la Unión Europea, Mondelez había “restringido de manera ilegal a los retailers de proveerse de estos productos de Estados miembro donde los precios son más bajos para mantener precios más altos”, lo que “dañaba a los consumidores, que terminaron pagando más por chocolates, galletas y café”.
La comisaria recuerda además que las prácticas restrictivas violan las normas del mercado interno que permiten a los compradores adquirir bienes de un Estado miembro distinto al de su residencia si los productos son más baratos, y a los fabricantes y minoristas vender en uno donde logran mayores precios por sus artículos.
“Este comercio paralelo está en el corazón del concepto de mercado único”, afirmó y expuso que las diferencias de precio entre diferentes países europeos para el chocolate rondan entre el 10% y el 40%, “y a veces más”.
Los distribuidores afectados, un total de 11, se les forzaba a limitar la venta a su mercado a través de restricciones en los contratos o pidiéndoles que solicitaran permiso en base a un análisis de caso por caso. Ponen como ejemplo, que la compañía retirara las barras de chocolate Côte D’Or en Países Bajos para evitar que los retailers los vendieran en Bélgica, donde se comercializan a un precio mayor. O que un distribuidor no comprara su chocolate en Alemania porque resultaba más barato.
De acuerdo con Vestager, estas prácticas cesaron en 2020.