Tienda sostenible Se puede, se debe
Ahorro económico, ayuda frente al deterioro ambiental y respuesta a la demanda social. Son las tres variables que mueven en la actualidad a los gestores de las empresas de retail a diseñar e implementar soluciones que faciliten un uso eficiente de la energía.
A pesar de ejemplos progresivos de aplicaciones de soluciones eficientes, en productos, servicios, equipos y arquitectura, açun está casi todo por hacer. Apenas poco más del 6 % de la energía utilizada en España proviene de fuentes renovables. No es fácil, y necesita fuerte inversión, la sustitución gradual de fuentes de energía como el petróleo, el carbón o el gas natural a otras no consumibles, como son la eólica o solar, la biomasa o la geotérmica.
ALCAMPO. UN EJEMPLO
Iluminación interior y exterior, muebles y cámaras de frío, alarmas, sensores, escáneres, refrigeración y calefacción, hornos, rótulos, pantallas, cartelería digital. Son muchos los elementos que intervienen en el interior de un punto de venta en el consumo de energía. Y varios son los departamentos de los que depende la responsabilidad global, distinta según cada empresa y aún por definir en la mayoría de los casos.
Un ejemplo a destacar es el de Alcampo. Tres años de trabajo centrado en desafíos como es la reducción del consumo de energía, la gestión de residuos (donde se ha conseguido la tasa del 57%, con el objetivo de alcanzar el 65% en 2011, principalmente en papel y cartón) y la distribución de productos que hagan la vida mejor.
Para conseguir la eficiencia energética, Alcampo ha focalizado su estrategia en dos planos, la formación e información de su plantilla y el análisis y la introducción de mejoras de técnicas en todos sus centros, con un denominador común en ambos casos, reducir el consumo de energía y las emisiones de CO2, para minimizar el impacto medioambiental.
El ahorro energético lleva consigo una inversión de 40 millones de euros a cuatro años, que aportará ventajas económicas en las áreas de frío industrial, climatización e iluminación, con una importante reducción de costes. Desde 2009, Alcampo ha dejado de consumir más de 30 millones de kilowatios y también ha dejado de emitir 10.800 toneladas de CO2. Todo ellos gracias sus prácticas sostenibles, que han sido controladas por el IDAE.
El compromiso medioambiental de la cadena se ha visto refrendado con la creación de una etiqueta ecológica europea (Ecolabel), para los productos ecológicos; una etiqueta de eficiencia energética para artículos eléctricos; la oferta de productos certificados con logotipo FSC (Forest Stewardship Council) y otros fabricados con recursos naturales como el bambú y la venta de artículos fabricados con materiales reciclados, como peluches, etc.