Sangría, made in Spain

El Parlamento Europeo ha aprobado la denominación Sangría para la bebida elaborada en la Península Ibérica. Esta decisión zanja una polémica por el nombre de este producto, que ha durado más de 20 años.

El resto de estados miembros sólo podrá utilizar el término sangría como complemento de la denominación de “bebida aromatizada a base de vino”, seguida obligatoriamente del país de procedencia. Se fija un plazo de un año para aplicar la nueva norma, que también afecta a España en el uso de la nueva denominación.

El nuevo texto actualiza las denominaciones de venta y las adapta a la normativa vigente sobre información al consumidor. Además, adecua las normas a los requisitos de la Organización Mundial del Comercio (OMC), define los criterios de reconocimiento de las indicaciones geográficas y establece reglas para las ya existentes.

En España se venden en torno a 40 millones de litros de sangría al año y se exportan 80 millones. Sin embargo, en todo el mundo se venden unos 300 millones de litros. Por tanto, es evidente que se ha estado comercializando como “sangría” una bebida que en realidad no lo es, causando así, un perjuicio económico muy grande a los productores españoles de este producto.

Así lo entiende José García Carrión, presidente de “Vinos de familia García Carrión”, una de las empresas de bebidas líderes en el mercado nacional, que exporta sus productos a más de 155 países.

Al cierre de 2013, la sangría Don Simón mantuvo su liderazgo con una cuota del 90%, siendo la marca de sangría española más vendida en el mundo.