Sainsbury comienza una nueva etapa

Cuando en marzo de 2004 Justin King fue designado consejero delegado de Sainsbury puso en marcha un programa de recuperación de ventas con el objetivo de que la cadena de supermercados británica recuperara el terreno perdido la década anterior frente a Tesco y Asda, sus dos grandes rivales. King redujo y renovó los puestos directivos, reformó las tiendas y mejoró el servicio al cliente añadiendo personal. Asimismo, rebajó los precios y modernizó los sistemas de gestión y aprovisionamiento. Todo ello tuvo lugar en un entorno marcado por la fuerte competencia y el débil consumo. Cumplidos los objetivos, la empresa se prepara para crecer, al tiempo que resuelve cuestiones estratégicas relativas a su accionariado y a las estructura del negocio.

El tercer grupo de distribución alimentaria de Reino Unido registró unas ventas netas de 17.151 millones de libras (25.000 millones de euros) en 2006, un 6,8% más que el año anterior. Las ventas comparables (incluidas gasolinas) crecieron un 5,7%. El resultado operativo totalizó 520 millones de libras, más del doble de los 229 millones de 2005, gracias, en parte, a la reducción de los gastos administrativos en 170 millones de libras. A lo largo del año, Sainsbury abrió 40 establecimientos y reformó y amplió 250 más. Bajo la dirección de Justin King, la facturación comparable de la empresa ha ido en aumento durante los últimos nueve trimestres.

El beneficio antes de impuestos y extraordinarios ascendió a 380 millones de libras desde los 267 millones del ejercicio anterior. El beneficio del ejercicio anual finalizado en marzo ascendió a 324 millones de libras frente a los 58 millones de un año antes. Los beneficios de 2005 se vieron mermados en 152 millones de libras por las cargas extraordinarias relativas al fin del contrato de servicios informáticos y la reestructuración de la deuda.

Philip Hampton, presidente de Sainsbury, señaló tras la publicación de resultados que el comportamiento de las ventas superó las expectativas de la propia compañía y añadió que se trataba de uno de los mejores ejercicios en muchos años. Los resultados ponen de relieve el éxito del plan de recuperación y proporcionan una base sobre la que construir, añadió Hampton. En este sentido, el máximo representante de la compañía anunció la puesta en marcha de un nuevo plan a tres años: De la Recuperación al Crecimiento, que se prolongará hasta marzo de 2010, con un objetivo de incremento de ventas de 3.500 millones de libras y una dotación para inversiones de 2.500 millones. La compañía abrirá 75 supermercados a lo largo del periodo y proseguirá su plan de renovación de tiendas en un esfuerzo por batir a Asda, con quien disputa el segundo lugar del ranking británico de la distribución alimentaria. Asimismo, mantendrá su política de recorte de precios. Dos tercios del crecimiento previsto para el próximo trienio procederá de la actividad alimentaria mientras que el tercio restante provendrá de la no-alimentación.

Sainsbury posee una cuota del 16,4% del mercado alimentario británico, valorado globalmente en 120.000 millones de libras. La cuota de Asda ronda el 16,8% mientras que Tesco alcanza el 31,4% según datos de Taylor Nelson Sofres.

Inversores
A principios de año, la sociedad de capital-riesgo CVC se interesó en la compra de Sainsbury, cuyo patrimonio inmobiliario de 788 locales comerciales despierta gran interés entre los fondos de inversión. Sainbury calcula el valor de su patrimonio inmobiliario y sus arriendos a largo plazo en 8.600 millones de libras, un 65% por encima de su actual valor en libros, según la estimación realizada el pasado mes de marzo por expertos independientes. Las acciones de Sainsbury crecieron un 60% el año pasado al calor de los incesantes rumores sobre una posible venta de inmuebles. La compañía ha señalado que está firmemente decidida a mantener la titularidad de sus propiedades. La empresa estudió oportunidades para conseguir fondos a través de la venta de inmuebles pero decidió que no es el momento.

Delta (Two), grupo de inversión avalado por la Oficina de Inversiones de Qatar, anunció en abril la compra del 17,4% de Sainsbury. Delta está dirigida por Paul Taylor, antiguo consejero delegado de Rotch Property Group, que es, a su vez, propiedad de los hermanos Tchenguiz. El magnate Robert Tchenguiz posee el 5% de Sainsbury.

Inmuebles
La eventual venta de inmuebles es vista con escepticismo por los analistas, que dudan de la capacidad de Sainsbury de hacer frente a un incremento de los pagos por alquileres con los actuales bajos márgenes operativos. En este aspecto, los expertos alaban la política más conservadora de Tesco: el líder británico de la distribución calcula su patrimonio inmobiliario en unos 28.000 millones de libras, también un 65% por encima de su valor en libros. Tesco ha ingresado 5.000 millones en operaciones de venta para su posterior alquiler. En marzo, la compañía vendió por 570 millones de libras el 50% de 21 establecimientos a la inmobiliaria British Land para financiar su expansión y repartir dividendos.

En opinion del consejero delegado de Sainsbury, “ahora no es el momento” de proceder a la venta de inmuebles. Para King, “la propiedad de los inmuebles y la estructura financiera que la sustenta es la estrategia adecuada para el negocio”. El ambicioso programa de inversiones anunciado por la empresa será financiado con los recursos generados por la actividad propia de la compañía.

Recientemente Tcheguiz afirmó que los 750 supermercados que posee Sainsbury convierten a la compañía en “un negocio inmobiliario con fachada de negocio minorista”. King rechaza esta opinión asegurando que es el negocio minorista lo que da más valor al patrimonio inmobiliario. Hace tres años, explicó King, el valor de mercado de Sainsbury era la mitad del actual y el patrimonio inmobiliario era prácticamente el mismo.