RFID. Tecnología de futuro

Sus siglas, RFID (Radio Frequency Identification) utilizadas para resumir los sistemas de identificación utilizando ondas de radio, se han hecho populares. Una tecnología que se espera genere en 2010 hasta 3.500 millones de dólares y hasta 7.000 millones de euros en 2016. La complejidad tecnológica y empresarial, frenada por la falta de inversión de las compañías en momentos como el actual de crisis económica, no impide que su evolución y potencial futuro sean grandes.

Los avances en su implantación no han sido tan rápidos como habría que esperar a pesar de los avances tecnológicos que permiten ya ser aplicada a multitud de productos y servicios. En España, la tecnología es aún poco conocida a pesar de que casi un 30 % de empresas consultadas por un Estudio de la Asociación Europea para la Identificación Segura, IDTrack, en colaboración con IBM Aseguren tener ya implantada tecnología RFID, mostrándose satisfechos con su aplicación en el 83 % de los casos. Entre las principales ventajas que aporta la tecnología de identificación por radiofrecuencia para las empresas encuestadas, destaca la posibilidad de disponer de un mayor control en todo el proceso de distribución de los productos (58,1%), seguido de la reducción de errores en la información de productos (32,3%) y de la identificación de forma individual de cada unidad (25,8%).

Con aplicaciones diversas y numerosas- control de accesos y conteo de personas en estaciones, aeropuertos o eventos; identificación de animales; identificación de personas, control de trazabilidad en los procesos alimentarios; llaves de automóviles, gestión y control de bibliotecas, equipajes o lavanderías, pago con móvil y captura de datos; peajes de autopista, etc- es en la cadena de suministro donde aparecen mayor número de ventajas con la aplicación de la Identificación por Radiofrecuencia.

Internet de los Objetos

Además de las amplias aplicaciones conseguidas hasta hoy, en fecha reciente han surgido nuevos conceptos que estarán previsiblemente ligados al desarrollo de la tecnología RFID, como el es concepto de Internet de los Objetos (Internet of Things).

Según el estudio La Tecnología RFID realizado por red.es, en los próximos quince años la actual presencia de Internet en la vida cotidiana de las sociedades avanzadas irá más allá. Se espera una nueva revolución basada en la extensión del concepto de conexión de ordenadores y personas a conexión de objetos. Así, un numeroso grupo de objetos estarán interconectados online – la nevera pasará información con el supermercado, la lavadora con la ropa- en una comunicación en la que los servicios de Internet móvil y el despliegue de las redes móviles de nueva generación, con mayor velocidad de transporte de datos desde cualquier punto, abrirán un campo de oportunidades y modelos comerciales totalmente nuevos. Y en ellos, la tecnología por radiofrecuencia, jutno a las tecnologías de detección, serán protagonistas. La combinación de ambas, dice el citado estudio, permitirá crear los cada vez más frecuentes objetos inteligentes, autómatas, desde coches a edificios inteligentes.

En el caso concreto de la venta detallista, se trata de uno de los sectores más avanzados en cuanto a conocimiento y aplicaciones de la tecnología RFID. En el futuro, las ventajas que proporciona la identificación por radiofrecuencia para las empresas, se verá ampliada en su extensión a los usuarios. Desde reducción de las colas en los supermercados, la posibilidad de recoger información puntual en el punto de venta sobre precios, promociones o situación de los productos, la facilidad de conocer el proceso de fabricación desde su producción hasta la tienda, son ya de hecho realidades que en el futuro se verán acompañadas de otras múltiples aplicaciones. Aplicaciones en las que los dispositivos móviles serán los auténticos protagonistas.

Las herramientas
Tag o etiqueta inteligente (transponder). Elemento adherido al ítem que almacena información y puede transmitirla. Con capacidad para recibir y transmitir señales de un lector RFID (transceptor) Por norma general, los tags, que pueden ser extremadamente pequeños, están compuestos por un chip y una pequeña antena y a menudo forman parte de la misma etiqueta autoadhesiva o de cartón utilizada con el código de barras. Existen centenares de tags, con formas, dimensiones, formatos, materiales y capacidades de información distintas en función de cada necesidad. La elección adecuada, según el sector o el fin perseguido, es clave para la futura aplicación. La forma de obtención de energía de los tags – de la transmisión del lector, los llamados tags pasivos o de una batería propia los tags activos- debe de ser considerada según vaya a ser la aplicación posterior.

Lector: también conocido como interrogador (en el ámbito de electrónica transceptor) es el dispositivo electrónico que recibe y comunica señales con los objetos etiquetados con rfid. Se trata del dispositivo utilizado por el software que identifica y comunica con los ítems (prendas u otras materias textiles), cajas o palets. La distancia a la que puede establecerse la comunicación entre el lector y el tag depende de la potencia del lector y de la frecuencia de onda, que tanto el lector como el tag emplean para concretar la comunicación. Existen otros componentes utilizados en una implementación de rfid: los programas que manejan las computadoras locales para procesar el flujo de datos que envían los lectores a las bases (host systems) y el que manejan las computadoras de la empresa para usar los datos. Según sus aplicaciones, existen lectores con la antena RF integrada en el hardware (como pueden ser los lectores de mano tipo PDA utilizados en el control de eventos , hospitales y otros similares) y también con conectores de antena externos (utilizados en almacenes o centros de distribución con dispositivos de varias antenas externas) J Antenas: elemento utilizado por el lector para comunicar a través de ondas de radio (radiofrecuencia).

Así funciona J

La etiqueta, o tag, que puede adherirse a cualquier producto, lleva un microchip incorporado que almacena un número de identificación que funciona como un código único.

El lector envía una serie de ondas de radiofrecuencia al tag, que son captadas por la microantena de éste.

Estas ondas activan el microchip que trasmite al lector, a través de la microantena y mediante ondas de radiofrecuencia, cuál es el código único del producto.

El lector recibe el código único del producto y lo envía a una base de datos en la que están registradas las características del producto (fecha de fabricación, fecha de caducidad, peso, color, material, etc.)

Los conceptos

Tecnología RFID (Radio Frequency Identification). Sistema de identificación de objetos (ítems) que utiliza ondas de radio. El sistema se basa en adherir a la prenda, objeto o ítem a identificar un chip mediante un elemento (“tag” o “etiqueta”) que puede almacenar y transmitir, sin necesidad de contacto visual, información por radiofrecuencia hacia un lector. El propósito del tag RFID es poder adherir a un objeto (ítem) información del mismo.

EPC. El Código Electrónico de Producto es un sistema estándar internacional para la identificación automática de artículos. A diferencia de los códigos de barras, el EPC aprovecha todas las ventajas de la tecnologí RFID identificando cada archivo individualmente.

EPC Global Network. Red de comunicaciones que permite estandarizar los sistemas de información de diferentes empresas para que puedan integrar e intercambiar información sobre los productos identificados por códigos electrónicos. Se le ha llamado Internet de los objetos. Está formada por seis elementos: las etiquetas provistas de un chip que almacenan el Código Electrónico de producto (EPC); los lectores o readers que pueden leer el EPC de varios artículos a la vez y se sitúan en distintos puntos estratégicos con el fin de localizar los movimientos de los artículos: el software personalizado, que se encarga de gestionar los EPC identificados por el lector; el sistema de Información EPC ( EPCIS), servidores que actúan como suministradores de información al exterior para ser compartida por la red EPCGlobal; servicio de descubrimiento (DS) o conjunto de servicios que permiten a los usuarios encontrar datos relacionados con un EPC, y, por último, servicio de Nombre del Objeto (ONS) que proporciona un enlace al fabricante que asocia el EPC a uno de sus productos y por el cual se pueden conocer los movimientos del producto mediante el DS.

Todo ventajas

Gran capacidad de almacenaje de información
Agiliza y automatiza los mecanismos necesarios para mantener la trazabilidad permitiendo incorporar mayor cantidad de información a la misma
La información almacenada en la etiqueta puede ser actualizada
Capacidad de recoger información de muchas etiquetas al tiempo
Recogida de datos sin contacto director o línea de visión directa de las etiquetas
Mayor velocidad y distancia de lectura J Gran precisión en la recuperación de datos
En las etiquetas pasivas, facilidad para ocultarlas y colocarlas en productos
Seguridad de funcionamiento en condiciones agresivas, como suciedad, humedad o temperatura.

Permiten la automatización de los procesos de seguimiento y control de stock en tiempo real J

Menor número de errores humanos.

Alicia Davara
adavara@distribucionactualidad.com

LA HORA HA LLEGADO
Por Rubén García

» Hasta ahora dos grandes barreras han lastrado la adopción generalizada de la tecnología RFID. Por un lado el coste por etiqueta y, por otro, limitaciones físicas como el rendimiento en la lectura de determinados materiales líquidos o metales o la relación entre frecuencia y distancia de lectura.

Mientras que la reducción de los costos de los tags ha empezando a justificar el retorno de la inversión en tecnología para algunas categorías de productos, el lanzamiento y generalización de la Generación 2 han mejorado ampliamente los ratios de eficiencia en lecturas, consiguiendo niveles cercanos al 100%.

Paralelamente el desarrollo de la tecnología dual (UHF RFID + acustomagnética AM UltraMax) a nivel de producto ha ayudado a superar algunas limitaciones. Si la RFID proporciona visibilidad en todo momento sobre la ubicación de un producto a lo largo de la cadena de suministro; la tecnología acustomagnética (AM) se dirige a la prevención y detección del hurto de artículos en puntos de venta, aportando excelentes niveles de detección y fiabilidad -sobre todo con materiales líquidos o metales. A esto hay que añadir los avances en la integración con los sistemas existentes ya que sin una integración de datos que traslade los eventos generados a un sistema de gestión interno (almacenes, tránsitos, stocks, reaprovisionamientos, etc.) no es posible aprovechar todas las ventajas que estas tecnologías aportan.

Habiendo dado ya los pasos tecnológicos necesarios para su generalización ¿Qué empresas están mejor posicionadas? Sin duda, aquellas compañías globales dónde es más rentable la inversión en tecnología RFID y que tienen logísticas avanzadas e integradas, es decir, compañías que dirigen todo el proceso, desde la fabricación hasta la venta. No obstante siempre dependerá de la importancia que pueda tener la información que proporciona esta tecnología en la estrategia de la compañía, y que irá en consonancia con el tipo de producto y la aplicación que se le quiera dar.

Por sectores, algunos están un paso por delante. El textil y el calzado, por ejemplo, cuentan con una ventaja respecto a otros sectores derivada de la amplia experiencia en los procesos de etiquetado en origen. De ahí que para ellos introducir un nuevo elemento al producto en el punto de fabricación no supone un elemento disruptivo. Otros sectores como el de perfumes y cosmética o el farmacéutico tienen también potencialidades de retorno considerables. Esta vez ha habido un pistoletazo de salida y en breve podremos ser testigos de grandes despliegues a real»

NUEVOS DESAFÍOS PARA LA PREVENCIÓN DEL ROBO
Por Mariano Tudela

«Desde hace algún tiempo los retailers están buscando nuevas vías para reducir el índice de la pérdida desconocida. De hecho, el escenario en el sector de la distribución pone de manifiesto que estas nuevas vías se enmarcan en un panorama cada vez más sofisticado, entre otras razones porque existen numerosas categorías que anteriormente no pertenecían al listado de artículos con altos índices de pérdida y que, por consiguiente, precisan de medidas adicionales de prevención.

Esta necesidad de adecuarse a nuevos desafíos genera también un impacto de dimensiones diversas, especialmente en términos de cantidad de artículos disponibles en el lineal. Porque es innegable que adoptar políticas defensivas para los productos reduce el robo, pero afecta la satisfacción del cliente y la fidelidad a la marca por parte del consumidor, además de que supone una inversión importante para el establecimiento.

Las ventas en este caso se ven obviamente afectadas, y generalmente el fabricante sufre aún más este impacto. En un marco de pérdida, la presión crece ante la falta de “visibilidad” de los artículos negociada con el distribuidor, lo que enrarece el clima necesario de buen entendimiento entre las dos partes –fabricante y retailer- antes incluso de que se implementen medidas “radicales” que pueden llegar incluso a paralizar las ventas por querer evitar la pérdida de rentabilidad. ¿Cómo se puede crear un adecuado marco que proteja ambos intereses –el del fabricante y el del retailer- garantizando de forma positiva la experiencia de compra del consumidor y, además, aumentando las ventas? La respuesta se centra en defender la cadena de suministro en su globalidad, asegurando un “modelo” de protección eficiente y rentable tanto para los fabricantes como para los distribuidores.

Entonces, ¿cuál es el problema? El último Barómetro Global del Hurto en el Retail (GRTB) publicado en noviembre de 2009 por el Centre for Retail Research indica que el total de las pérdidas supera los 84 M€, lo que representa 1,43% del total de las ventas. Es decir, que simplemente atendiendo al componente de precios al consumidor y con la consiguiente presión sobre los márgenes, resulta a todas luces esencial entender rápidamente y de forma efectiva cuáles son los orígenes que provocan esta caída y cuáles han de ser las políticas de implementación más adecuadas para detener este deterioro.

Existe una miríada de soluciones que contribuyen a paliar este problema en el entorno de la distribución moderna, aunque hemos de reconocer de entrada que las vías más efectivas son aquellas que articulan mejor los procesos, la tecnología y las personas.

En el actual contexto económico y considerando los cambios que se avecinan para el consumo a muy corto plazo –el incremento del IVA y la paulatina reducción del poder adquisitivo de las familias- urge garantizar no sólo ventas y márgenes, sino también la implementación de políticas de protección de los artículos lo más efectivas posibles.

En este entorno es importante conocer las seis tendencias que se sitúan en la base de la definición estratégica para la prevención del robo: Tendencia 1: En buena parte de las economías potentes, la pérdida desconocida está creciendo. En algunos lugares, incluso por encima del 6%. Los datos del Barómetro del Hurto ponen de relieve que, con un año de diferencia, el hurto entre los distribuidores aumenta en 38 de 41 países analizados.

Tendencia 2: El hurto externo sigue siendo la fuente principal de las pérdidas (42,5%), y el hurto interno (35,5%) sigue creciendo debido al incremento del crimen organizado.

Tendencia 3: El robo interno se produce casi en la misma proporción en los enclaves de entrada/salida, es decir: en la recepción de la mercancía, almacenes y área de venta.

Tendencia 4: Aumenta la preocupación, y también el compromiso, por resolver cuanto antes aquello que afecta al robo. La protección en origen por parte de los fabricantes ha de crecer mucho más.

Tendencia 5: La gran distribución está buscando nuevos procesos para la integración y consolidación de datos internos, adoptando medidas más “inteligentes” contra el hurto. Para los directivos de los establecimientos resulta esencial integrar datos con los dispositivos de prevención.

Tendencia 6: Ningún formato de retail y ningún artículo gozan de absoluta inmunidad contra el robo.

La industria del retail está expectante sobre cómo avanzar en estos nuevos retos. Por una razón muy sencilla: porque la buena gestión de las pérdidas es ya un asunto indispensable para la salvaguarda de la propia rentabilidad del negocio»

EVOLUCIÓN Y PRESENCIA DE LA RFID
Por Ismael Herreros

«Pese a encontrarnos en un momento económico algo turbulento y sin una visión clara del final del túnel, son muchas las empresas que deciden optimizar sus procesos de producción, almacenaje o distribución, para resultar más competitivos en el mercado.

Es aquí donde entra en juego la RFID como tecnología de identificación que ofrece grandes posibilidades y atractivas soluciones. Es el momento de optimizar, por eso la RFID, con notables ventajas frente a otras tecnologías con las que coexiste, ofrece un abanico muy amplio de valores a tener en cuenta, y poco a poco se observa en el mercado una ligera proyección de las implantaciones.

En el mundo del Retail, se busca optimizar los Stocks, controlar estados, ubicaciones o tener una visión clara del estado de los valores; y todo esto de un modo rápido, fiable y evitando errores humanos. En el mundo del Retail, podemos ver sectores donde se están obteniendo resultados que afianzan más la implantación de RFID. Con RFID en el sector textil, a parte del control de inventarios, se consiguen evitar las copias ilegales, muy en auge en estos tiempos. Si analizamos la implantación en la Logística, las etiquetas, a parte de llevar sistemas de códigos de barras, están empezando a colocar información RFID mediante los tags, permitiendo sistemas más fiables y seguros.

No olvidemos que el ser humano (al menos yo no conozco a ninguno), no es capaz de leer un TAG, pero si es capaz de leer unos números impresos, incluso hay gente con mucha habilidad, capaz de descifrar un código de barras visualmente. Por este motivo, ¿por qué vamos a evitar dar mayor seguridad?, con el TAG podemos almacenar información, con el código de barras imprimir la necesaria, ya que el manipulador lo único que necesita es saber una referencia o un código.

Existen procesos dentro del Retal en los que la RFID no podrá acceder, bien porque no aporta nada al control/optimización, bien porque el coste no justifica la inversión, pero dentro del área que queda, se plantea y analiza como solución tecnológica.

Para finalizar, recordad que siempre antes de abordar un proyecto de este tipo, contacte con profesionales que le ayuden, antes de realizar la inversión, a hacer un análisis previo de los beneficios, si los tiene, que aportará la RFID a su negocio»