Rentabilidad y sostenibilidad
La energía supone más del 60 % del coste de servicios de una gran superficie comercial.
Diseñar e implementar soluciones – productos, servicios, equipos, arquitectura- que faciliten el uso eficiente de la energía se ha convertido en prioridad para los responsables de la gestión del punto de venta. No solo desde el punto de vista del ahorro económico sino también del deterioro ambiental. Rentabilidad y sostenibilidad son claves.
Nunca hasta ahora empresas, administraciones y ciudadanos eran de forma unánime conscientes de cómo una adecuada administración de la energía puede acarrear dos beneficios. Ahorro de costes y protección del medio ambiente. La creciente preocupación por las consecuencias del cambio climático quedó reflejada en los acuerdos de Kioto que busca reducir los gases que causan el calentamiento global.
La producción y el consumo de energía son los principales responsables de las emisiones de gases de efecto invernadero. Un hecho que situa a las medidas de eficiencia energética, principalmente las energías renovables, como la clave para alcanzar los objetivos del acuerdo.
Lo avanzado en el último quinquenio es mucho. El paso de las fuentes de energía como el petróleo, el carbón o el gas natural a otras no consumibles, como son la eólica o solar, la biomasa o la geotérmica, se está produciendo de forma rápida. Aún así, poco más del 6% de la energía utilizada en España proviene de fuentes renovables.
Retail. Cuestión de plazos
Los retailers encabezan el grupo de empresas que antes y con mayor inversión comenzaron a implantar medidas respetuosas con el medio ambiente. Pero aún el camino es largo. Y las dificultades. Por un lado son muchos los elementos que intervienen en el interior de un punto de venta en el consumo de energía. Iluminación interior y exterior, muebles y cámaras de frío, alarmas, sensores, escáneres, refrigeración y calefacción, hornos, rótulos, pantallas, cartelería digital. La lista es infinita. Como aún son varios los departamentos de los que depende la responsabilidad global, distinta según cada empresa y aún por definir en la mayoría de los casos.
Distribución Actualidad ha realizado un sondeo previo a buen número de retailers, grandes y medianos para conocer qué medidas se están llevando a cabo, el coste de la inversión en eficiencia energética, ya sea en la instalación de nuevos puntos de venta o en la renovación de espacios antiguos, quién o qué departamento se responsabiliza de forma global- si es que existe- de la eficiencia energética.
La primera conclusión es que aún el tema está por definir. Existen tantas estrategias como empresas y tantos departamentos involucrados como variables inciden en el coste o el ahorro de costes de una superficie comercial. El planteamiento del problema es reciente pero prioritario y la estrategia a seguir nunca puede ser a corto plazo. Las decisiones sobre qué fuentes de energía serán utilizadas- en dependencia de la compañía eléctrica elegida – o que ahorro de costes y en qué plazos es el objetivo, en muchos casos están aún por decidir. Además de enfrentarse al problema de los sistemas de medición de emisiones de CO2 en Europa, hasta tres existentes hoy, y su necesaria unificación, comenta Nieves Álvarez de DIA una compañía en la que afirma si tienen ya un modelo basado en tres variables, cuál de be ser el objetivo, la tendencia y el uso energético. Siempre, dice, partiendo de la base de que “la energía más verde es la que no se consume”
Supermercados ecoeficientes
Lo que no hay duda es de que la gran mayoría de cadenas de supermercados han puesto en marcha en sus nuevas tiendas medidas ecoeficientes. En mayor o menor grado. El avance es grande en los últimos cinco años. Eroski, Dia, Mercadona, Carrefour Market o Consum, son los mejores ejemplos de empresas con superficies, medianas o grandes de alimentación, que están presentando tiendas ecoeficientes.
Consum con 115 supermercados eco-eficientes figura en cabeza de las empresas de supermercados que en menor tiempo está adaptando su red a su plan de ahorro energético implantado hace tres años. Por su parte, el líder sectorial, Mercadona, contaba, a cierre del año 2009, con un total de 338 tiendas, un 40 % más que el año anterior, que han optimizado el consumo de energía gracias a la aplicación de medidas en materia de climatización, iluminación y envolvente del edificio. Según fuentes de Mercadona, “el ahorro energético alcanzado ha superado en el ejercicio los 88 millones de kw/h con una reducción de las emisiones indirectas de 22.000 toneladas de CO2”
En cifras, Mercadona ahorró 115 millones de litros de agua en 2009 a través de la instalación de equipos para optimizar el consumo en los circuitos de refrigeración, Hasta 113.000 toneladas de CO2 por consumo eléctrico y 91 toneladas de papel, equivalentes a 1.600 árboles y 272 toneladas de emisión de CO2 como consecuencia del intercambio electrónico de facturas y de la incorporación de la firma digital en las transacciones con tarjeta de crédito.
El compromiso en Alcampo
En el caso de Alcampo, desarrollo sostenible con la leyenda “Ahorrar Energía” es un compromiso claro. El último hipermercado abierto, en Jerez de la Frontera, es un 20 % más eficiente que un hipermercado estándar. Además de potenciar la energía renovables incorporando placas solares térmicas para abastecer de agua caliente sanitaria las instalaciones, cuenta con medidas para favorecer el ahorro energético en frío industrial, climatización e iluminación. Los cálculos de la empresa son “ahorrar 1,5 millones de Kwh al año y evitar la emisión de más de 400.000 Kg de CO2 a la atmósfera”.
Alcampo basa su política ambiental en tres ejes: reducir el consumo de energía, gestionar eficazmente los residuos que genera su actividad y ofrecer a sus clientes soluciones para vivir mejor, respetar el planeta y ahorrar. En el caso de la reducción del consumo de energía, el año pasado puso en marcha un programa con planes de acción que incluyen medidas de mejora técnicas y humanas.
En este sentido, cuentan con un módulo formativo e-learning – “el ahorro de energía es tarea de todos” – dirigido al 100% de los empleados y que a finales de 2009 ya habían cursado casi 5.000 personas. Como medidas técnicas se inició la instalación de detectores de presencia y células fotoeléctricas en todos los hipermercados y se han incluido mejoras como la instalación de puertas y tapas en los muebles de frío para evitar la pérdida de energía. El resultado final ya es de una reducción de un 5% en su consumo de energía anual, evitando la emisión de 5.600 t de CO2 .
La optimización de los costes energéticos, un ahorro posible para las empresas
En los últimos años la gestión de los costes energéticos de las compañías ha ido incrementando su importancia, debido a aspectos como el constante incremento del precio de la energía, la liberalización de los mercados o la creciente relevancia de la eficiencia energética.
El coste energético de una compañía, como cualquier otro, depende de dos factores, la cantidad de energía consumida y el precio que se pague por la misma. La gestión y la optimización de ambos conceptos son importantes y, en este sentido, en muchísimas empresas españolas queda aun camino por recorrer.
El precio de la electricidad está liberalizado, solamente los consumidores conectados en baja tensión con potencia contratada por debajo de 10 kW pueden seguir acogiéndose a la Tarifa de Último Recurso; aunque sigue existiendo un componente regulado que se actualizará periódicamente, la tarifa de acceso.
La definición de una estrategia de aprovisionamiento energético que permita reducir al mínimo los costes implica seguir un proceso de contratación del suministro estructurado en cuatro pasos fundamentales:
Tener un conocimiento adecuado del consumo de la compañía; el número y las características de los distintos puntos de suministro, el perfil de consumo de cada uno, el posible comportamiento periódico y estacional, la predictibilidad de la evolución del mismo, etc.
Conocer las alternativas de contratación y la manera de sacar el máximo partido a las mismas. En la actualidad existen distintas referencias de precio (mercados spot, a plazo, subastas, etc.), se pueden solicitar diferentes alternativas de productos a las comercializadoras (precios fijos o variables, distintos plazos, etc.) y existen diversas opciones en los procesos de negociación (negociación bilateral, concursos públicos, subastas, etc.)
Contar con una metodología que permita comparar las ofertas de las distintas comercializadoras y seleccionar las más adecuadas de acuerdo a la estrategia de aprovisionamiento de la compañía. Dicha comparativa deberá considerar no solo el coste esperado de los distintos contratos, sino también el riesgo asumido con cada uno de ellos.
Realizar un control y seguimiento de los contratos, que permita evaluar la evolución del precio de los mismos con respecto a los distintos mercados de referencia, de forma que puedan tomarse decisiones respecto a la contratación de nuevos productos, la contratación de coberturas, etc.
Una vez se ha logrado reducir al mínimo el precio unitario de la energía a consumir, el otro componente del coste energético de una compañía es la cantidad de energía consumida.
El planteamiento de medidas de ahorro y eficiencia energética en una empresa puede tener muy distinto calado en función del objetivo, el alcance planteado y la situación de partida de la misma. La definición e implantación óptima de las medidas debería pasar por:
La realización de un adecuado análisis diagnóstico de la situación actual de la compañía respecto a la eficiencia energética, de la regulación existente y de las potenciales ayudas de los distintos organismos, entre otros.
El diseño de un plan de acción que incluya medidas de ahorro y eficiencia energética, a corto, medio y largo plazo, y que contemple la definición de indicadores y cuadros de mando que permitan evaluar el grado de cumplimiento del plan.
Como conclusión, me gustaría insistir en el hecho de que, si bien ciertos aspectos del coste de la energía en una compañía van a ser imposibles de gestionar (costes regulados, precio de los mercados, etc.), existe un importante camino por recorrer por muchas empresas que permitiría reducir tanto el precio unitario de la energía como el volumen de energía consumida.
Pedro Lucas García
Gerente del Sector Energético de Deloitte
Gestionar bien la energia es una responsabilidad de todos
Nadie puede poner en duda la importancia que tiene la energía en nuestra sociedad. Pero quizá, tanto ciudadanos como empresas, no hemos sido conscientes, hasta hace relativamente poco tiempo, de las repercusiones de nuestras actividades y gestiones en el consumo de los recursos energéticos y sus impactos en el medio ambiente.
Ahorrar energía es probablemente el camino más eficaz para reducir emisiones de CO2. Es indudable que empezar el camino del cambio es siempre costoso y que, en ocasiones, el coste inicial de las medidas puede enturbiar la visión de los resultados a medio o largo plazo. Si embargo, no debemos perder de vista que el ahorro energético bien gestionado supone un doble beneficio, el medioambiental y el económico. Así, la empresa gana y el medio ambiente también.
Ahorrar energía es, además, un gesto de solidaridad que, aunque resulte lejano, no deja por ello de ser importante. Pensemos en lo que supone el consumo medio de una persona cualquiera en nuestro país, para, no uno, sino varios ciudadanos en el tercer mundo.
Por este motivo, es importante que todos, ciudadanos, empresas y administraciones públicas, aprendamos a gestionar mejor nuestros recursos energéticos. Cambiar nuestros hábitos, hacer las inversiones necesarias y favorecer ambas cosas, con un marco jurídico, político y social estable y adecuado, son cuestiones básicas para que las repercusiones en el medio ambiente sean positivas y de suficiente calado.
En DIA conocemos el valor de la energía y, por ello, convertirnos la eficiencia y el ahorro energético en referencia estratégica para la compañía.
Hace ya dos años que inaugurábamos nuestra primera tienda ecosostenible, entendiendo este establecimiento como un banco de pruebas donde testar diferentes sistemas de ahorro energético con un objetivo claro: beneficiar y proteger el medio ambiente reduciendo nuestros consumos energéticos y, en paralelo, nuestras emisiones de CO2. Los buenos resultados obtenidos nos llevaron a implementar la mayoría de las medidas en el resto de nuestros establecimientos comerciales, tanto en España como en el resto de los países en los que estamos presentes. Hemos seguido avanzando y, durante 2010, hemos inaugurado un segundo modelo de tienda ecosostenible en la que ya estamos probando nuevas alternativas enfocadas al mismo fin.
Tenemos arcones de congelado más eficientes, una iluminación optimizada, y hemos sido la primera cadena en España en utilizar una central mixta frío-clima usando refrigerante R134A. Además, durante 2009 más de la mitad de las tiendas de la red DIA consumieron energía renovable, lo que supuso la emisión de 100.000 toneladas menos de CO2.
Tres de nuestras tiendas DIA Maxi cuentan ya con instalaciones de placas fotovoltaicas, como también lo hace nuestra plataforma de Orihuela.
A mediados de 2010 se trasladó la sede central de la compañía a un complejo de oficinas cuya certificación LEED® oro, la más reconocida a nivel internacional en materia de sostenibilidad, identifica al complejo como un edificio de alto grado de eficiencia energética y conservación del entorno.
Éste es nuestro presente, pero nuestro compromiso de futuro es firme y, sin duda, nuestra gestión de la energía será cada vez mejor.
Mª Nieves Alvarez Nieto
Directora de Relaciones Institucionales de DIA
Cifras dispersas
• Alcampo: Reducción de un 5% en su consumo de energía anual, evitando la emisión de 5.600 t de CO2
• Mercadona: el ahorro energético alcanzado ha superado en el ejercicio los 88 millones de kw/h con una reducción de las emisiones indirectas de 22.000 toneladas de Co2”
• Zara Portal de l’Ángel: consume un 30% menos de energía, ahorra un 50% de agua y evita la emisión de más de 150 toneladas de CO2 al año.
• Zara Roma: consume un 30% menos de energía respecto al consumo medio anual de una tienda convencional, disminuye un 70% el consumo de agua y evita la emisión de más de 200 toneladas de CO2 por año.