Qué? Quién? Cómo? Por qué?

Desde que en 2003 la compañía noteamericana Wal-Mart, la cadena de distribución más grande del mundo, solicitara a sus cien principales proveedores que incluyeran chips electrónicos para la identificación de sus productos en formato EPC (Electronic Product Code), reconocido como el estándar común de identificación, ríos de tinta han corrido sobre esta moderna tecnología que está llamada a revolucionar la cadena de suministro. Las siglas RFID pronto se hicieron populares. Pero solo eso, populares. Pocos son los que comprenderían el alcance de la Identificación por Radiofrecuencia. Menos aún los que se apuntaran al principio, los pioneros. Aún hoy, superadas las primeras etapas y vistas las mucho mayores ventajas que inconvenientes, se calcula que su implantación apenas supera el cinco por ciento.

Como toda innovación, los principios son difíciles. Wal-Mart fue la pionera, con gran escándalo incluso estatal. Pronto se le sumaron las compañías alemanas, Metro, e inglesa, Tesco. Los fabricantes decidieron también dar el paso. Así Nestlé, Henkel, Procter & Gamble o Gillette, quién encargó recientemente más de 500 millones de chips para comenzar un proceso de experimentación y pruebas.

Ahorro de costes
Wal-Mart estima que la RFID puede reducir sus costes en más de 8.350 mil millones de dólares anuales. Pero para ello deberá invertir unos 3.000 millones de dólares en implementar la Tecnología. El alto coste de aplicación, se estima que costaría entre 340 y 380 millones de dólares para una empresa con ocho centros de distribución y más de un millar de tiendas, conlleva que solo los distribuidores de mediano y gran tamaño podrán utilizarla. Al menos en estas primeras etapas.

Para los detallistas, la adopción de tecnología RFID supone un importante ahorro de costes. Un estudio realizado por A.T. Kearney señala que éste puede llegar hasta un 5% de reducción del inventario, mientras que la mano de obra podría disminuir hasta en un 7,5% y alrededor de 700.000 euros por cada 1.000 millones de ventas, por la reducción de roturas de stock. 
Como contrapartida, la implantación de la tecnología tiene un coste. La consultora estima en 400.000 euros por cada centro de distribución y de alrededor de 100.000 euros para cada almacén, a lo que habría que añadir una inversión considerable para integrar estos sistemas con los de toda su organización. A pesar de que estas cifras son significativas, para los minoristas gran parte de su importe representa una inversión inicial que no tiene por qué traducirse en un aumento de sus costes de explotación.  
En el caso de los fabricantes, hay que añadir un coste adicional por la implantación de sistemas RFID en cada envase y etiqueta de producto dependiendo del tipo de fabricante ya sean aquellos con un elevado impacto, que ofrecen productos de alto valor añadido y que sufren pérdidas importantes por roturas de stock y/u obsolescencia; ya sean fabricantes con bajo impacto, que ofrecen productos de escaso valor añadido y alta rotación. 
Este es uno de los principales retos que se le plantean en la actualidad a la RFID. Reducir el coste desde los 0,30 euros de coste unitario en la actualidad hasta los 0,05 euros, que los usuarios potenciales comparan de manera desfavorable con el coste casi nulo de un código de barras. Los esfuerzos de los industriales se enfocan esencialmente en el coste de las antenas y del packaging. Por esta razón, han surgido en este nicho pequeñas sociedades innovadoras, como IER y Tagsys, o ASK, en Sophia-Antipolis, que ha desarrollado procesos que permiten imprimir la antena con un simple chorro de tinta sobre cualquier tipo de soporte.

Camino libre
La tecnología RFID tiene libre ya el camino, una vez liberada la banda de frecuencias UHF. Así, desde el pasado 1 de enero, la RFID podrá operar libremente en España en la banda de frecuencias 865-868 Mhz, la misma que ya emplean otros 11 países europeos y compatible con el de otros 22 países de todo el mundo, entre ellos los EEUU. De este modo, se da un paso importante para el despegue del sistema de identificación que hasta ahora se había visto frenado por la imposibilidad de operar de manera permanente y en las condiciones técnicas requeridas por las aplicaciones logísticas (2W).

El principal problema de RFID, como fuera hace más de medio siglo el código de barras, es su falta de rendimiento si no se realiza a nivel mundial y en la mayoría de los productos.  Para fabricantes y distribuidores interesados en implementar RFID, A.T. Kearney recomienda a las compañías investigar las distintas aplicaciones que permiten los sistemas RFID con el fin de ofrecer beneficios al consumidor, como por ejemplo: facilitar la localización de productos defectuosos o en mal estado para su retirada del mercado, controlar de manera más eficaz la existencia de productos falsificados, o suministrar acceso de forma rápida y eficaz a información sobre garantía y características del producto.

Es fundamental que los productores consigan nuevos socios o clientes en su cadena de suministro y que aprovechen la inversión realizada para buscar nuevas aplicaciones que vayan más allá de la simple gestión de inventarios, como por ejemplo, las posibilidades que ofrece para la puesta en marcha de actividades relacionadas con el marketing y el merchandising. También es recomendable que las empresas sigan utilizando, de forma paralela y durante varios años, múltiples sistemas antes de apostar únicamente por RFID ya que los sistemas de gestión de inventarios tienen que seguir mejorando para ser lo suficientemente flexibles y conseguir adaptarse a la variedad de tecnologías existentes.

SOLUCIONES DE FUTURO PARA EL PRESENTE DE LA DISTRIBUCIÓN Y LA VENTA
YConocer la situación exacta de un producto en la cadena de distribución de forma inmediata es una realidad al alcance de todo tipo de empresas gracias a la RFID. Mediante la visibilidad total de la cadena de suministro tanto las grandes compañías multinacionales como las pequeñas y medianas empresas pueden reducir al mínimo la pérdida desconocida. Una pérdida, que según datos de la AECOC, cuesta cada año unos 1.800 millones de euros a las empresas españolas.

YAdemás de evitar la pérdida desconocida, la tecnología RFID ofrece un gran retorno de inversión (ROI) en términos de reducción de costes y de maximización de la eficiencia en los puntos de venta. Y es que esta tecnología supone, por ejemplo, una gran mejora en la realización de procesos tan lentos y costosos para cualquier tienda como son los inventarios. Inventariar 4.500 productos ya no significa una larga jornada de trabajo para varias personas. Gracias a la verificación colectiva de los artículos un solo empleado puede hacer el mismo trabajo en tres cuartos de hora.

YLos propios consumidores se benefician también de la introducción de la tecnología RFID. Aplicaciones que utilizan la RFID como el MagicMirror™ permiten al cliente conocer todas las características de las prendas existentes de una tienda únicamente poniéndolas delante de un espejo. Con esta técnica, si el cliente, por ejemplo, ha elegido una talla incorrecta, puede interactuar con el espejo y seleccionar la talla adecuada y solicitar la asistencia de los dependientes, evitando así la incomodidad de tener que cambiarse de ropa para cambiar el artículo que se está probando o abandonar el probador para buscar una nueva prenda.

YMuchas empresas de países como los Estados Unidos, el Reino Unido o Alemania ya se han dado cuenta de los beneficios de la aplicación de la RFID como demuestra la apuesta por esta tecnología por parte de numerosas multinacionales como Marks & Spencer, Vanity Fair o Pfizer.

YEn España nos encontramos en un momento clave para el futuro de la tecnología RFID. La adopción reciente de un estándar tecnológico (el EPCglobal UHF Gen2), la liberalización de frecuencias por parte del gobierno a principios de año así como las continuas bajadas del precio de los tags ofrecen actualmente las condiciones idóneas para que las empresas españolas den el paso adelante para implementar la innovadora tecnología RFID.

YLa prueba más evidente del avance de la tecnología RFID son las constantes innovaciones que aportan nuevas soluciones de identificación RFID a las necesidades del mercado español. Ejemplo de ello son las avanzadas impresoras UHF y HF o tags UHF y HF de tamaño reducido que permiten identificar joyas, obras de arte u otros elementos de pequeñas dimensiones.

YEn lo que se refiere al sector gran consumo, el mandato de los principales agentes será el catalizador del despegue en España de una tecnología, la RFID, que en los próximos años transformará los sistemas de distribución y de venta así como ya ocurriera en otros países.

Jordi Baeta Galcerán
Director División RFID e Identificación Automática
Paxar Iberia

Qué
RTecnología RFID (Radio Frequency Identification). Sistema de identificación de objetos (ítems) que utiliza ondas de radio. El sistema se basa en adherir a la prenda, objeto o ítem a identificar un chip mediante un elemento (“tag” o “etiqueta”) que puede almacenar y transmitir, sin necesidad de contacto visual, información por radiofrecuencia hacia un lector. El propósito del tag RFID es poder adherir a un objeto (ítem) información del mismo.

REPC. El Código Electrónico de Producto es un sistema estándar internacional para la identificación automática de artículos. A diferencia de los códigos de barras, el EPC aprovecha todas las ventajas de la tecnología RFID identificando cada archivo individualmente.

REPC Global Network. Red de comunicaciones que permite estandarizar los sistemas de información de diferentes empresas para que puedan integrar e intercambiar información sobre los productos identificados por códigos electrónicos. Se le ha llamado Internet de los objetos.

Cómo
Para poder implantarse el sistema necesita tres componentes:
3Lector: dispositivo electrónico, también conocido como interrogador, y que recibe y comunica señales con los objetos etiquetados con RFID. Se trata del dispositivo utilizado por el software que identifica y comunica con los ítems (prendas u otras materias textiles), cajas o palets. La distancia a la que puede establecerse la comunicación entre el lector y el tag depende de la potencia del lector y de la frecuencia de onda, que tanto el lector como el tag emplean para concretar la comunicación. Existen otros componentes utilizados en una implementación de RFID: los programas que manejan las computadoras locales para procesar el flujo de datos que envían los lectores a las bases (host systems) y el que manejan las computadoras de la empresa para usar los datos.

3Antenas: elemento utilizado por el lector para comunicar a través de ondas de radio (radiofrecuencia).

3Etiqueta inteligente (tag o transponder): elemento adherido al ítem que almacena información y puede transmitirla. Por norma general, los tags, que pueden ser extremadamente pequeños, están compuestos por un chip y una pequeña antena, y a menudo forman parte de la misma etiqueta autoadhesiva o de cartón utilizada con el código de barras. Existen centenares de tags, con formas, dimensiones, formatos, materiales y capacidades de información distintas en función de cada necesidad.

Quién
REl enorme potencial de las tecnologías RFID implica la participación en su desarrollo de un buen número de elementos implicados. Una ofreta con distintos actores.

RLos industriales, es decir, los grandes fabricantes de componentes industriales, como son presentes en el campo de la RFID son Hitachi, Infineon, NEC, Philips Semiconductors, STMicroelectronics, Texas Instruments,
RLos creadores capaces de desarrollar e implantar sistemas que utilizan las RFID que se basan en tecnologías de la información, como gestión de bases de datos, redes,… Encontramos aquí a IBM, Bearing Point, Unysis o Verisign.

RProveedores de software, como Microsoft, Oracle o SAP
RAlgunos industriales de telefonía móvil

RLos organismos encargados de la gestión de EPC, como es el caso de EPC Global

Para cuándo
JLa tecnología del etiquetado electrónico, EPC (Electronic Product Code) con un chip que puede ser leído a distancia, formará un tandem con la RFID que significará en los próximos años la gran revolución en los procesos de fabricación y distribución.

JEl nuevo chip es un estándar global que ya ha comenzado a extenderse internacionalmente, en países como Estados Unidos, Alemania, Suiza o el Reino Unido.

JSegún AECOC, que trabaja activamente para su mejor implantación, ésta prodría ser realidad de forma global en España en un plazo de diez años.

JLa cifra de inversión necesaria por parte de los futuros usuarios de esta tecnología cercana a los 10 millones de euros.

JEn 2008 ya habrá un volumen de compañías usuarias suficiente para que la tecnología sea rentable.

Por qué

En la red EPC, todo son ventajas
RLecturas más rápidas y más precisas. Un lector de RFID detecta automáticamente todas las etiquetas EPC que pasan a través de su campo de radiofrecuencia. Como resultado, puede leer el número EPC de cada objeto etiquetado en una sola operación. Así se consigue la lectura simultánea de los códigos de identificación de multitud de objetos.

RNiveles más bajos en el inventario. La RFID consigue reducir los niveles de inventarios posibles sin que la disponibilidad de los productos se vea afectada, proporcionando información en tiempo real sobre la ubicación de los productos.

RReducción de roturas de stock. La radiofrecuencia de identificación tiene la capacidad de informar al personal o a los encargados de cuándo se deben reponer las estanterías o cuándo un artículo se ha colocado en el sitio equivocado.

RReduce la pérdida desconocida. Utilizando RFID se podrá calcular con exactitud las pérdidas en tiempo real, automatizar totalmente de los procesos y la agilización de todos los procedimientos de comprobación de mercancías, tener información detallada de los movimientos de cada producto, integrar múltiples tecnologías, luchar contra la falsificación o retorar del mercado productos concretos.

Etiquetado
Un mercado en expansión

La expansión del mercado de bienes de consumo embalados auguran un buen crecimiento para la producción mundial de etiquetas que registra crecimientos de un 7% anual. Los mercados emergentes, con China y Japón como principales productores, se situarán solo por detrás de Estados Unidos que lidera el ranking mundial. Los países del este, Asia e Iberoamérica crecerán de igual forma beneficiados de una rápida expansión de la industria de bienes de consumo
No obstante, el sector del etiquetado industrial continua en España muy atomizado. Con gran número de pequeñas empresas y con un número de empleados en descenso, los resultados en los últimos años acusan la falta de modernización en las estructuras empresariales. Poco más de mil millones de euros supone el mercado de etiquetas industriales en España. Una facturación en descenso a pesar de ser un mercado que crece en número de empresas. Los ratios medios y su evolución desde el año 2002 reflejan una pérdida de ventas ligera en 2005, con mayor número de empresas, que se han duplicado con creces en tres años. El número medio de empleados ha descendido en buen porcentaje, con el consiguiente mayor venta por trabajador y año. No así las ventas por unidad empresarial, prácticamente la mitad en 2005 que tres años antes.