ProVeg WWF y Green Protein Alliance piden que la oferta de proteína sea 60% vegetal

Recuerdan que los minoristas pueden ayudar a la sociedad a adoptar una alimentación más sostenible estableciendo objetivos para reequilibrar el reparto de proteínas.

Las ONG’s de alimentación y medioambiente ProVeg International, WWF y Green Protein Alliance han unido sus fuerzas para pedir a los distribuidores de alimentación que fijen objetivos ambiciosos para reequilibrar las ventas de alimentos en consonancia con la Dieta Planetaria Saludable elaborada por la Comisión EAT-Lancet.

En esta dieta, la proporción entre alimentos de origen vegetal y de origen animal es de un 70 % de vegetales y un 30% de animales si se incluyen todos los grupos de alimentos, y de un 60 % de vegetales y un 40 % de animales si sólo se tienen en cuenta las fuentes de proteínas, como la carne, los huevos, el pescado y las legumbres.

El llamamiento se produce cuando Lidl se convirtió la semana pasada en el primer minorista del Reino Unido en fijar un objetivo de reparto de proteínas. El objetivo de la empresa es garantizar que las ventas de proteínas vegetales (en tonelaje) representen el 25 % de sus ventas totales de proteínas de aquí a 2030.

ProVeg y sus socios piden a los minoristas que aprovechen estas tendencias de de los consumidores por optar por un plan más saludable para establecer objetivos aún más ambiciosos en el reparto de proteínas. Por su parte, Lidl Países Bajos está probando la integración de sustitutos de la carne en el lineal de productos cárnicos para alcanzar su objetivo de 60/40 en 2030.

En el Reino Unido, nueve minoristas, que representan más del 80 % de los principales supermercados británicos, han adoptado la metodología de la «cesta WWF» para informar sobre las ventas de alimentos con fuentes de proteínas, entre ellos Tesco, Sainsbury, Waitrose, Coop, M&S, Lidl y Aldi. Los principales minoristas de Bélgica, Alemania y Austria también han adoptado metodologías para hacer un seguimiento de sus objetivos de reparto de proteínas.

Como mínimo, los minoristas deben informar sobre las ventas de alimentos de origen proteico,  mientras que la mejor práctica incluiría informar y establecer un objetivo para reequilibrar las ventas de alimentos de origen animal y vegetal en toda la cartera de productos, incluidos los productos compuestos y preparados.

Joanna Trewern, directora de partnerships de ProVeg International, declara que » […] Algunos minoristas ya han fijado objetivos claros para reequilibrar sus ventas de proteínas, y ahora pedimos a los demás que fijen un objetivo acorde con las recomendaciones dietéticas esbozadas en la Dieta Planetaria, y que se aseguren de que cuentan con una estrategia que apoye a los/as clientes/as en la transición hacia dietas ricas en plantas […]».

En palabras de Mariella Meyer, directora de Mercados Sostenibles de WWF: «Los minoristas deben estar dispuestos a adaptar sus estrategias de venta para cumplir sus propios compromisos de sostenibilidad y contribuir a los objetivos mundiales. Sabemos que la agricultura intensiva es la principal causa del catastrófico declive de la vida silvestre y la naturaleza, por lo que es fundamental promover opciones alimentarias sostenibles […]».

Impacto en alimentación

La modificación del sistema alimentario puede reducir drásticamente las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero, con una reducción potencial del 61 % de las emisiones agrícolas en los países de renta alta de aquí a 2050. Los cambios en este sistema pueden reducir el impacto medioambiental en múltiples indicadores, incluidos el uso del suelo y la pérdida de biodiversidad y permitir una transición hacia una agricultura positiva para la naturaleza.

Los cambios en la alimentación también pueden suponer un importante ahorro de costes sociales y una mejora de la salud pública, con el potencial de mejorar aún más el hambre en el mundo y el bienestar de los animales. Cambiar los hábitos alimentarios es una de las mejores formas de mitigar y abordar estos problemas interconectados.