Promarca alerta sobre prácticas discriminatorias en la distribución
Ignacio Larracoechea, presidente de Promarca, la patronal de empresas fabricantes líderes de productos de gran consumo, lamenta en unas declaraciones realizadas a la agencia Efe, “que distribuidores y grandes supermercados limiten la variedad de productos, encareciendo los precios de las marcas y ubicando sus artículos siguiendo una estrategia que lastra la calidad y los derechos del consumidor” "Para un producto, estar arriba o en medio en el lineal de un supermercado puede suponer que sus ventas suban o bajen un 20%" afirma.
Larracoechea demanda una legislación que permita que los compradores finales tengan derecho a un «precio justo», sin que una tienda pueda «inflar» los precios para que sus marcas sean más atractivas para los compradores, a los que se les limita la variedad de productos y la calidad para lograr más beneficios. Así, ha afirmado “se discrimina» y “se elimina de las líneas de venta a muchas marcas a pesar de las repercusiones económicas de esto, de la falta de libertad de compra que supone y la reducción de calidad que genera, mientras algunos se benefician de la legislación”.
Además, las exportaciones de estas empresas -gran consumo perfumería, alimentación, bebidas o droguería- se elevan a más de 16.000 millones de euros al año, con un crecimiento del 10% y una balanza positiva de más de 600 millones.
Cree también el presidente de Promarca que a pesar de la crisis actual, las marcas «líderes» están sobreviviendo al producir bienes de primera necesidad y pueden crecer y defender su cuota de mercado, si bien las segundas y terceras están sufriendo el avance de las marcas blancas e incluso muchas veces son excluidas de los supermercados.
La mitad de lo que se compra en España, en número de unidades, son marcas blancas de empresas de distribución, explica. Llevando, dice, a algunos supermercados a colocar colocar sus propias marcas en los lineales y a muchos sectores a «caer en monopolio». El consumidor «sólo puede comprar en un negocio una marca blanca o, como mucho, el de otra líder».
Respecto a la legislación, Larracoechea afirma que a pesar de que en España existen leyes como la de competencia y la de competencia desleal para corregir estas «deslealtades», es complicado aplicarlas, ya que si «el que abusa de ti es tu máximo cliente es muy difícil denunciarle porque la represalia puede ser muchísimo peor que la actividad que quieres denunciar»
«Casi todos los fabricantes prefieren pagar un poco más y ser discriminados, a que les echen del todo de este mercado, de 80.000 millones y controlado en un 60 % por cuatro distribuidores» (Mercadona, Carrefour, Día y Eroski). «Si sumamos dos más (Alcampo y El Corte Inglés), el 75% del mercado está en manos de seis centros de decisión», por lo que una denuncia relativa a competencia puede suponer un lastre demasiado pesado en las ventas de una marca.