PASTA, UN MERCADO A DOS VELOCIDADES
La industria de pastas alimenticias ha generado un mercado a dos velocidades. Por un lado, la variedad seca, la de mayor consumo y, por otro, la pasta fresca, un nicho más pequeño, que crece más deprisa y engloba especialidades más elaboradas.
En los últimos doce meses, los dos subsectores han incrementado su demanda, aunque la evolución ha sido diferente en cada uno de ellos. Los efectos de la crisis han reducido el consumo de pasta fresca en favor de la categoría tradicional. El ascenso de la marca del distribuidor (MDD), que ya alcanza la mitad del mercado, unido al descenso del precio medio del producto, son denominador común en ambas versiones.
Consumo diversificado
El consumo nacional de pasta se sitúa alrededor de los 3,7 kilos per cápita. Los hogares absorben el grueso (más del 80%), seguidos de la restauración (12%) y de las instituciones y colectividades (cerca del 8%).
La producción española se destina en su mayor parte al mercado doméstico, ya que nuestro comercio exterior es deficitario y las exportaciones sufren la competencia de países como Argentina, Turquía o Argelia, que se abren paso con precios muy ajustados. Además, España importa el 60% de producto de Italia, nuestro principal proveedor. A pesar de ello, el sector goza de un gran potencial y en los últimos años ha logrado diversificarse en líneas y gamas, haciendo de la pasta un alimento versátil, con un alto valor nutritivo y de bajo coste. La innovación preside los nuevos lanzamientos, enfocados a satisfacer la demanda de meal solutions y platos preparados.
Categorías estrella
La pasta seca domina las ventas en distribución organizada, con más de 1.646 millones de kilos, distribuidos en el último año, por un valor superior a los 234 millones de euros, lo que representa un incremento del 1,7% en volumen y un descenso del 1,3% en ventas, atendiendo a los datos de Symphony IRI.
Su inclusión en la dieta mediterránea y la ventaja de ser un alimento no perecedero, que puede emplearse hasta tres años después de su fabricación, avalan su posición en los segmentos estándar y especialidades, que de forma conjunta captan más del 89% del valor y más del 97% del volumen. El primero se mantiene estable con valores del 74,7% del volumen y el 57,3% de la facturación, lo que supone aumentos del 1,1% y del 1,8%, respectivamente.
Las especialidades secas captan casi un cuarto de la demanda y más del 32% del gasto, subiendo ligeramente desde el periodo anterior, mientras que la pasta seca laminada y la rellena absorben un pequeño nicho, que apenas supera el 1% en volumen y se coloca por debajo del 10% en valor.
Por su parte, el subsector de pasta fresca registra un crecimiento sostenido, que, en el último periodo, se ha materializado en un ascenso del 2% en ventas (61 millones de euros) y del 5,5% en la demanda (9,6 millones de Kgs).
A pesar de que su avance se ha ralentizado respecto a años anteriores, todavía presenta un gran potencial, sobre todo en categorías como la pasta rellena, cuyo gasto ha crecido casi un 4% (47 millones de euros), aumentando un 6,6% el volumen (6,4 millones de Kgs), lo que le otorga el 77% del valor y más del 66% de la demanda.
La variedad lisa acapara algo más del 17% de las ventas y se lleva cerca de un cuarto del total comercializado (23%), pero, a diferencia de la anterior, ha rebajado sus niveles, mientras que el tipo gnocchi y los lotes mixtos han permanecido más o menos estables.
MDD al alza
La marca propia sigue ganando enteros. En el subsector de pasta seca araña el 48,6% del valor y más del 65% del volumen, restando protagonismo a las primeras referencias. A pesar de ello, Gallo mantiene el liderazgo ( (35% en valor y 27,3% en volumen ), marcando un ancho margen frente al resto de fabricantes, entre los que figuran Barilla, Gallina Blanca Star, Siro, Nestlé y Oromas.
La división estándar también evidencia el dominio de la MDD, que logra el 55% de gasto y el 68,6% de la demanda. Gallo repite segundo escaño (40,9% y 28,8%, respectivamente), imponiéndose a marcas como Romero, Baviola y Da Rocca.
En pasta fresca, la penetración de la MDD es ya del 40,6% en valor y el 53% en volumen, mientras que las ventas de la competencia marquista consiguen ratios que van desde el 28% de Rana al exiguo 1% de Faisán, pasando por el 20,7% de Buittoni o el 9% de Gallo.
En el subsegmento de pasta rellena, la gran distribución absorbe el 35% del negocio y cerca de la mitad de la demanda (47,8%), aunque, aquí, los primeros operadores acortan distancias. A sólo tres puntos aparece Rana (31,5% en valor ), seguida de Buittoni (23%), Gallo (9% ) y Faisán.
Los grandes supermercados concentran el grueso de las ventas, con ratios que superan el 40% en la demanda, tanto en pasta seca como en pasta fresca, seguidos de los establecimientos de tamaño medio, con casi un cuarto del total y de los hipermercados (18% seca y 27% fresca).