Nuevas normativas europeas de sostenibilidad en materia de envases
Un artículo de Paloma Sánchez Pello, directora de competitividad y sostenibilidad de FIAB.
Cada vez son más numerosos y exigentes los retos a los que nos enfrentamos la industria de alimentación y bebidas con el objetivo de construir un entorno industrial sostenible y dar respuesta a las necesidades de una sociedad cada vez más comprometida. Desafíos como alimentar a una población creciente en un escenario de recursos limitados, la mitigación de los efectos del cambio climático o las tensiones derivadas de una coyuntura global inestable, llevan a las empresas a la búsqueda de soluciones eficaces, sostenibles y duraderas para seguir asegurando el suministro de alimentos de calidad ante cualquier circunstancia.
Para hacer frente a estos retos, desde la industria estamos trabajando hace tiempo por el impulso y la adaptación a modelos de producción más sostenibles, asegurando el equilibrio ambiental, incrementando la biodiversidad y la continuidad de los recursos para generaciones futuras.
Aspectos claves como la gestión del agua -con una reducción del 20% del consumo hídrico equivalente a 14 millones de m3 ahorrados desde 2014-, el manejo de recursos naturales, la mitigación de emisiones -con una reducción del 8,2% respecto a 2014- o la transición hacia una economía circular resultan hoy inherentes a la industria.
Además, dada su transversalidad, nuestro sector es uno de los pocos que puede impactar positivamente en los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Por ejemplo, 3 de cada 4 empresas del sector aprovechan los subproductos generados en sus procesos productivos y 4 de cada 5 cuentan con acuerdos para la donación de excedentes alimentarios. También su aportación a la biodiversidad hace de la cadena agroalimentaria un sector básico para la lucha contra el cambio climático y la sostenibilidad del territorio a medio y largo plazo.
Excesiva regulación
No obstante, en la actualidad son muchos los desafíos que tenemos por delante como sector, entre ellos, una excesiva regulación. En los próximos meses hay que implementar una serie de normativas como el Real Decreto de Envases y Residuos de Envases, el Reglamento de envases europeo y la Ley de Residuos, además de reglamentos relativos a ecodiseño, greenwashing, green claims, diligencia debida, deforestación y otras normas sobre agua, desperdicio o cambio climático, cuya aplicación supone un auténtico reto para nuestro sector, especialmente para las pymes, que constituyen el 96% de nuestra industria.
Es imperativo dar a las compañías una seguridad jurídica y unidad de mercado que evite el elevado número de iniciativas legislativas europeas, nacionales y autonómicas que limitan nuestra actividad
En concreto, para poner en marcha las medidas que entran en vigor del Real Decreto de envases en los próximos meses, hay que trabajar en una evolución de los sistemas de gestión de los residuos de envases incluyendo la reutilización y el rellenado, cambios en el etiquetado y nuevas exigencias de la responsabilidad ampliada del productor que supondrán importantes inversiones para las empresas, y cambios importantes en los modelos de negocio de las compañías.
En este sentido, apostamos por el impulso a la autonomía estratégica del sector, por la colaboración público-privada. Es imperativo dar a las compañías una seguridad jurídica y unidad de mercado que evite el elevado número de iniciativas legislativas europeas, nacionales y autonómicas que limitan nuestra actividad, en ocasiones con las competencias sobre una misma materia tan repartidas entre tantos y diversos organismos que es difícil lograr una actuación coordinada. Imprescindible por tanto una armonización europea para que se compita en igualdad de condiciones. Por ello, hemos solicitado al Gobierno que, en la tensionada situación económica actual, no adopte ninguna medida regulatoria que reste competitividad al sector o a las familias y que pueda afectar al empleo.
Asimismo, nuestro sector no es ajeno a los episodios de sequía -recurrentes en nuestro país- o fenómenos meteorológicos extremos cada vez más frecuentes que conllevan consecuencias directas para los elaboradores de alimentos y bebidas. Conscientes de ello, desde FIAB hemos solicitado también el acceso preferente al agua para garantizar el suministro estable y seguro de alimentos y bebidas. Recibimos con satisfacción la medida recientemente aprobada para que se permita el uso de agua reutilizada en las labores de limpieza de materias primas, así como de superficies, objetos y materiales que puedan estar en contacto con alimentos.
Innovación y digitalización
Nuestro compromiso como industria no es solo con la sostenibilidad y la competitividad, sino también con la innovación e internacionalización de nuestros alimentos y bebidas, así como la seguridad alimentaria y la calidad de sus productos.
En este sentido, y entendiendo que el futuro del sector pasa por su digitalización, la innovación es clave para garantizar una industria más moderna y competitiva que vaya acorde a un entorno y consumidor cada vez más exigente. De hecho, la innovación forma ya parte de todos los procesos de la industria y las compañías la incluyen en sus planes de inversión tanto para el desarrollo de nuevos productos y servicios como para el diseño de una oferta más sostenible.
Así pues, el uso de nuevas herramientas y los datos que podemos extraer de ellas nos permiten la formulación de opciones más personalizadas o la toma de mejores decisiones y prácticas industriales, gracias al análisis avanzado de datos, así como la seguridad de las propias compañías, afrontando la lucha contra los ciberataques.