Mujeres en retail. Compran ellas ¿deciden ellos?
Eroski ha aprovechado estos días de celebración mundial de la mujer trabajadora para divulgar el reparto de tareas entre sus recursos humanos. Fifty-fifty. Felicidades Eroski. Rara avis. No es común en casi ningún sector económico, no digamos en el del gran consumo. Vean la imagen que acompaña estas líneas. Pertenece al Congreso de Aecoc celebrado como siempre en el mes de octubre. O la siguiente, del Equipo Directivo de Mercadona. ¿Qué ven en ellas?
Al Congreso de Aecoc, acuden cada año un millar de profesionales en representación de miles de empresas de Retail y Gran Consumo que entre todas mueven nada menos que un 12 % del PIB. ¿Mujeres? Pocas se distinguen en la imagen. Como apenas existen en los puestos de decisión entre retailers fuera de España, en Carrefour, en Leclerc, en Wal-Mart. Se vislumbran, si, en otros especialistas como la moda, la perfumería o la cosmética. O en los más modernos conceptos de e-commerce gracias en buena medida al creciente número de emprendedoras.
Vaya por delante. No creo en encuestas recientes que afirman se trabaja mejor con jefas que con jefes, que de todo hay. Llevo tiempo moviéndome en un mundo masculino clásico y el respeto ha sido mutuo. Aún en los años, no hace tanto, en que mi editor, Miguel de Haro, tenía que pedir permiso para que yo asistiera a los foros de retail que organizaba en el Club Financiero Génova. Mis primeros foros en los que, ignorante en el tema y con permiso concedido a regañadientes, recordaba haber leído de inquietas señoras de los años treinta – María de Maeztu, Zenobia Camprubí, Carmen Baroja- creadoras del Lyceum Club Femenino. Con exposiciones y debates al que acudían intelectuales y artistas varones, generación del veintisiete al completo, a dar charlas a quiénes consideraban, al fin y a la postre, “maridas de sus maridos”
Al margen de cuotas o de la obligatoriedad 50-50 en los Consejos, se cuestiona lo que aún es un hecho. Cien años después de que Alfonso XIII permitiera a las féminas acudir a la Universidad, seis de cada diez estudiantes que culminan estudios superiores son mujeres que después, en el mundo real, ocupan uno de cada diez puestos directivos. El poder judicial es la excepción, con un 65 % de juezas y un 43 % de magistradas aunque apenas un 7 % lo sean del Tribunal Supremo. En prensa, se habla de feminización de la profesión. Un 63,6 % de los nuevos periodistas son nuevas periodistas, con un saldo de ninguna mujer en la dirección – 14 entre 61 subdirecciones- en los ocho diarios nacionales de mayor influencia. ¿Cuántas mujeres en las altas esferas del Grupo Prisa? Sin hablar de salarios, un 30 % menores en España, muy por encima de la diferencia europea.
¿Y entre los retailers? Para no hablar por hablar, hemos indagado en los recursos humanos de los grandes grupos. Salvo Eroski, mencionado al principio, con la mitad de los puestos de la máxima ejecutiva o el 27 % de los cargos directivos ocupados por mujeres, el resto da lugar al interrogante. Apenas presencia femenina en la cúpula de Carrefour, dos mujeres en El Corte Inglés – Paloma García, hija del consejero fallecido José Antonio García Miranda y Carlota Areces, en nombre de Corporación Ceslar- otras dos en Inditex o en la Asociación de Centros Comerciales, una en Consum. Excepción en Ikea, con Belén Frau en la Dirección general.
También en Mercadona algo empieza a cambiar. Reciente la incorporación de Julia Amorós como directora general de Prescripción de Frescos. Hasta ahora, estaban en el consejo como vocales, sin participación en las funciones ejecutivas, tres de las hijas del presidente, Hortensia, Amparo y Juana Roig, con Carolina, la cuarta, como secretaria. La puesta de largo de Amorós tenía lugar el 10 de marzo de 2011 en la presentación en Valencia de los resultados de la cadena de supermercados. Excelentes, como siempre. Enhorabuena por la gestión. No pongo en duda a la vista de la eficacia, que Juan Roig ha elegido a los mejores. Se que son los mejores. Felicitaciones también por dar un paso adelante.
Aún así, algo no cuadra. Cuando el 80 % de las decisiones de compra en el hogar son tomadas por mujeres, sin apenas hijos, preparadas, incorporadas al mundo laboral y por ello con unos hábitos de consumo y vida diferentes y ritmo frenético ¿por qué entonces las decisiones de y entre tenderos sobre qué, dónde, cómo y cuándo compramos, horarios incluidos, siguen siendo cosa de hombres? Seguro que alguien puede explicarlo. Porque funcionar, parece que funciona, aunque no sepamos por cuanto tiempo.