Miró más cerca de la viabilidad

El próximo 23 de diciembre podría ser la fecha en que Establiments Miró levantara el concurso de acreedores que pesentó el pasado mes de mayo. Ese día, el Juzgado Mercantil número 1 de Barcelona celebrará la junta de acreedores en la que previsiblemente se aprobará la propuesta de convenio presentada por la empresa a finales de octubre para saldar su deuda en diez años sin quitas que deberá ser aceptada por un número de acreedores que represente como mínimo el 50% del pasivo ordinario, más de 250 millones de euros, algo menos que la deuda total cifrada en 282,67 millones

Antes de la prevista junta de acreedores del próximo 23 de diciembre, Establiments Miró ha dado a conocer el convenio en los términos en los que se ha presentado al juzgado. Al adherirse al mismo, los acreedores podrán elegir entre una de las dos alternativas que ofrece Miró para el cobro de su deuda. La primera es la quita del 40% de la deuda, y el 60% restante a los seis años. El primer año se pagará entre el 1,25% y el 5% de la deuda, en el segundo, entre el 3 y el 10%, en el tercero entre el 5 y el 15%, en el cuarto entre el 7 y el 20%, en el quinto entre el 10 y el 25% y finalmente al sexto año el 25% restante.

La segunda alternativa pasa por el pago total de la deuda en un plazo de diez años. En el primero, segundo y tercero se pagaría entre el 2 y el 8% de la deuda cada año, en el cuarto y quinto, el 9% anual, en el sexto y séptimo año Establiments Miró pagaría el 10% anual y finalmente tanto en el noveno como décimo se pagaría un 15% en cada año.

El convenio establece la creación de una comisión de control y seguimiento formada en principio por Caixa Catalunya Tarragona Manresa, Euler Hermes Seguro de Crédito, Crédito y Caución y Banc Sabadel. En caso de que alguno renunciara, Bankia y Electrodomésticos Taurus, figuran como suplentes.

Desde que presentara el concurso de acreedores, Establiments Miró ha llevado a cabo un plan de viabilidad que pasaría primero por el cierre de las tiendas menos rentables, 53 de las 150, la negociación de algunos de los alquileres más elevados y un ERE que afectó a 493 trabajadores. La empresa catalana, fundada en 1977 por Francesc Miró, en Martorell (Barcelona), había conseguido en el ejercicio 2010 unas ventas de 364 millones de euros, muy inferiores a los 380 millones del año anterior, con unas pérdidas de 9 millones de euros.

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