El miedo a perder el empleo, causa del presentismo en las empresas
El empleado ha terminado su trabajo pero, o no se atreve a irse porque su jefe le mirará mal, o se pone a realizar otras tareas no relacionadas con el trabajo consciente que un día más llegará tarde a casa. Esto es lo que los expertos denominan presentismo: estar más tiempo en el trabajo del que se debería y en consecuencia estar presente pero ausente.
Todavía muchas organizaciones valoran a sus trabajadores en función del tiempo que pasan en su puesto de trabajo en lugar de hacerlo midiendo su productividad. Según un estudio de Adecco de 2019, el 30,8% de las empresas españolas han detectado prácticas de presentismo lo cual conlleva efectos negativos tanto para los trabajadores como para la empresa.
¿Cómo se explica este fenómeno?
“Esto puede ocurrir por falta de ética del trabajo, cuando el trabajador se escabulle de sus tareas, pero también cuando la dirección valora más las horas de presencia que la cantidad y calidad del trabajo realizado», afirma Eva Rimbau, experta en recursos humanos y profesora de los Estudios de Economía y Empresa de la UOC.
Que el empleado esté más horas en el trabajo que las establecidas, que no disfrute de las vacaciones que dispone o que no pide la baja cuando está enfermo son alguno de los motivos que explican este fenómeno. “Está presente en el lugar de trabajo pero no puede desempeñar correctamente porque no ha descansado, se siente mal o está enfermo”, detalla Rimbau.
Se convierte, pues, en un trabajador presente pero desconectado, mentalmente ausente. Según un informe de OBS Business School de 2015, cada día hay más empresas que detectan trabajadores que no están concentrados en su trabajo, aunque físicamente estén en supuesto.
Entre las posibles razones está la inseguridad del empleo, a causa de los expedientes de regulación y otros proceso de reestructuración de plantillas, el tener un contrato temporal que no se sabe si se va a renovar. En España el número de trabajadores afectados por expedientes de regulación de empleo (ERE) ha aumentado un 40% más que el año pasado en estas mismas fechas, y en Cataluña representa el 42,72% más.
«Si un empleado está viviendo una situación de este tipo, puede darle miedo irse del trabajo antes que sus compañeros o jefes por temor a un despido, lo que alarga innecesariamente su jornada de trabajo», advierte Rimbau, también miembro del grupo de investigación DigiBiz. El estudio OBS Bussiness School alertaba que el presentismo en España creció un 40% por el miedo a perder el puesto de trabajo.
Directivos
En cuanto a los directivos, según Rimbau, también pueden darse practicas de presentismo porque exista una cultura de trabajar muchas horas que deriva de los fundadores de la empresa y la alta dirección, que están «enamorados» del proyecto y piden la misma dedicación a su personal. «También podría darse en empresas donde hay realmente una excesiva carga de trabajo porque no se contrata a las personas necesarias o no se ponen los medios adecuados», advierte.
Por otro lado para la experta, también puede que se dé porque no saben concretar objetivos y hacerles un seguimiento. Entonces, «valoran si sus colaboradores son buenos o malos trabajadores guiándose principalmente por sus horas de presencia», explica Rimbau.
Consecuencias
En cualquiera de los casos, este fenómeno tiene efectos negativos en forma de reducción de la productividad, aumento de la cantidad de errores cometidos, incremento del número de accidentes de trabajo y de los problemas de salud física y psicológica, y empeoramiento del equilibrio entre vida y trabajo, que puede a su vez, perjudicar a la equidad de género dado que las mujeres son aún las que llevan más carga logística en la familia y sufren más por el presentismo.