Medio lleno o medio vacío

Había vuelto del congreso de Aecoc, preocupado por los comentarios de pasillo sobre los resultados de final de año de la industria y la distribución alimentarias, confiados todos en una campaña navideña que levante las ventas y la moral.

El estudio sobre las nuevas conductas del consumidor, presentado por L. Simoes de TNS, logró mostrarme otra cara de la situación. Más del 50% de las categorías estudiadas por TNS muestran crecimientos en valor, hasta septiembre y nada hace temer que terminen el año en otra situación.

Los periodistas contribuimos al desasosiego de los consumidores subrayando los problemas y no las oportunidades. Para remachar en esta actitud, un catedrático de estructura económica, Santiago Niño Becerra, proclama desde el pasado septiembre que la crisis no se empezará a levantar hasta el 2018 y que va a ser tan dura que hasta el cannabis será legalizado para adormecer las conciencias de los sufridores de la situación.

Algo más cercano, el estudio de TNS confirma que crece la sensibilidad al precio, 23% frente al 20% anterior; y que los consumidores se acercan más a las marcas de distribuidor. Esto supone que todavía nos encontramos lejos del modelo inglés o alemán. Demuestra también que la fuerza de la marca es muy importante y que en aquellas categorías donde la diferenciación de la marca es fuertemente percibida, hay un valor añadido que mantiene las cifras, mientras allí donde no se percibe ese plus de diferenciación las cifras bajan.

Otro factor que hay que tener en cuenta es el contacto cercano con el consumidor. Una marca que debido a la crisis opte por retirar sus inversiones publicitarias, estará comenzando a entrar en una peligrosa espiral. Y es que todo compite con todo, precio, valor de marca, etc. Para los industriales el contacto con el consumidor es vital y perderlo puede ser una tragedia.
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