Loss Prevention, clave de un negocio sin fisuras

Siempre hay elementos inherentes al desarrollo del negocio del retailer que resultan difíciles de predecir. Uno de esos elementos es el de la pérdida desconocida. Una disminución del porcentaje de esta partida puede ser la clave para mejorar el margen de beneficios del retailer. Las pérdidas desconocidas, aquellas que surgen de un desarrollo laboral descuidado, son un grave problema para los retailers. Según el European Retail Theft Barometer, su valor puede alcanzar el 1,42 % de la facturación total de una empresa. Otras fuentes como Ernst & Young, calculan un porcentaje aún mayor, un 1,7%.

En su mayoría, están ocasionadas de forma interna por los propios empleados, que cometen costosos errores y/o fraudes, con la consiguiente erosión del margen comercial.

Hurto interno
Históricamente, el retailer ha tenido la percepción de que el fraude de empleados era muy difícil de detectar. Las fórmulas empleadas son muy diversas: un reponedor que etiqueta un producto con un valor tres veces inferior al real, un conteo incorrecto a la recepción de un albarán de entrega en el muelle de la tienda, devoluciones erróneas, fraude electrónico en el TPV, descuentos mal hechos, abusos en las tarjetas de crédito y un largo etcétera que hace muy difícil que el empleado que comete fraude sea descubierto.

Si esto fuera poco, la conducta del empleado que actúa de forma fraudulenta no se distingue de la de aquellos que se comportan de forma honesta. Así, detectar un fraude electrónico en devoluciones o descuentos inapropiados, aunque deje huella en los datos del TPV y en las transacciones, no es nada sencillo, por lo que esta clase de pérdidas desconocidas ha ido en aumento. Así, las pérdidas de origen interno se estiman ya en torno al 45%.

¿Son los retailers conscientes del fraude interno?.

Asumir que hay que mirar dentro de casa para ver donde se encuentra la “fuga de aire” no es tarea sencilla. Las devoluciones, el fraude en los descuentos, en las tarjetas de crédito y los errores de distinto tipo se engloban como los cuatro grandes métodos usados para provocar esas pérdidas.

Las devoluciones, y como consecuencia los abonos, eran prácticamente imposibles de detectar, especialmente cuando los abonos se hacen a diferentes tarjetas de crédito. Ahora es posible detectarlos estudiando el historial de datos generados por el TPV. Los descuentos también son una fórmula muy habitual para cometer fraude, a través de descuentos especiales a empleados, promociones de liquidación, promociones 2 por 1, ofertas de fidelización, etc. A más complejidad en la estructura de los descuentos, más facilidad para el fraude. La clave es saber como detectarlo.

Para poder detectar el fraude con tarjetas de crédito, la clave está en poder analizar toda la actividad de tarjetas de forma centralizada, no almacén por almacén. Un fraude común con tarjetas es la devolución de efectivo, cuestión que por ejemplo se puede monitorizar con operarios que tienen un volumen de devolución de efectivo inusual. Por último están los errores, al repetirse de forma sistemática se convierten en una constante fuente de pérdidas. Un análisis detallado de los datos generados en el punto de venta, contribuye a detectar errores de etiquetado, pesos, embalajes, etc. situaciones de ofertas especiales como por ejemplo 2×1, donde la cajera puede escanear los dos productos y aumentar el stock involuntariamente. Por su parte, los errores de proceso, que tienen un gran impacto en las pérdidas desconocidas, inciden de forma negativa en el resultado de la cuenta de beneficios del retailer. La mala previsión con frecuencia se traduce en falta de stock de productos. Por el contrario, una repetición innecesaria de pedido, o un mal conocimiento de las necesidades del usuario final, puede provocar una saturación de referencias de producto en los anaqueles del retailer, que en nada beneficia a la buena marcha del negocio. Hasta ahora se pensaba que el fraude de empleados era muy difícil de detectar. Las nuevas herramientas, como la solución Retial Key/IntelliQ, la respuesta Data Mining de Loss Prevention de Fujitsu, están ayudando a cambiar esta percepción.

Medidas para minimizar la pérdida desconocida
RCrear una cultura de prevención de pérdidas desconocidas, que comience desde la dirección e implique a todos los departamentos. Creando un equipo que eduque a las personas implicadas en el negocio y a todos los niveles.

RCentralizar las funciones de prevención de pérdidas desconocidas, una visión centralizada da una vista general y regional.

RDisponer de personal experto, capaz de analizar los datos y entender como el día a día del negocio
RIr más allá de soluciones físicas, que descuidan el fraude interno
RDesarrollar métricas de medida que permitan tener un estrecho control.

RComenzar con los temas más sencillos como abonos, descuentos, fraudes de tarjetas de crédito.

RTener una política de disuasión, la detección de fraude significa una mejora del beneficio, por ello es recomendable informar a las cajeras y personal cómo los transiciones dejan rastros que permiten detectar el fraude. Esto ha de hacerse de forma constante debido a la rotación de personal.

RUtilizar los datos de una forma eficiente a través de un sistema Data Mining adecuado y específico, que permita detectar los problemas y la implementación rápida de soluciones