Los categorías non food impulsan la “compra verde”

Productos como limpiadores para baño o quitagrasas, incluidos en las categorías non-food, están impulsando la compra sostenible en nuestro país.

Una tendencia que está dejando paso a un nicho de mercado con un crecimiento anual del 3% en momentos como el actual, como ha señalado Alexis Mavrommatis, miembro del Centro del Retail Management de EADA, durante la presentación esta mañana, en Madrid, del primer estudio 360º sobre gestión medioambiental en España (Green Retailing), elaborado conjuntamente con la consultora IRI, para analizar las prácticas de consumo sostenible en España.

Los resultados del informe indican que el 80% de los consumidores posee una conciencia medioambiental alta o media-alta y que el 60% estaría dispuesto a comprar productos verdes. Una intención que sólo se hace realidad en tres de cada diez clientes, por las barreras que impiden un mayor acceso a estas categorías, entre ellas, la falta de una mayor oferta, la rutina de compra , el precio (un 120% más caro en alimentación seca) o la dificultad para identificarlos en el punto de venta, manifestada en el 70% de los casos.

Además, la mayoría (90%) cree que la comunicación en la tienda no es adecuada y sólo un 10% piensa que la enseña le ayuda a comprar “verde”. La percepción general es que hay poca oferta y aunque el 57% de los consumidores se define como “ responsable” (el 72% afirma haber comprado algún producto de comercio justo en el último mes), lo cierto es que la mitad no está dispuesto a cambiar sostenibilidad por precio y calidad.

Sin embargo, es un hecho que la venta de productos sostenibles aumenta en gran consumo. En el último año lo ha hecho un 3,3% hasta alcanzar los 250 millones de euros, frente a la caída del 2,6% registrada por los productos tradicionales, cuya facturación ascendió a 12.165 millones de euros, explica Maribel Suárez, marketing manager de IRI.

La conclusión es que nuestro consumo está en la “senda verde”, pero todavía le queda un largo camino para alcanzar los niveles de algunos países europeos como Reino Unido o Alemania. A juicio de Mavrommatis, hay que poner el acento en la colaboración entre fabricantes y distribuidores para emprender acciones de forma conjunta, como ya han hecho Tesco, Sainsbury o Marks & Spencer en materia de packaging, up-cycling, cambio de etiquetado, envases, eco-orientación, etc

España va más despacio, aunque hay también experiencias positivas, como las de Carrefour, con las bolsas de plástico ( el 30% ya lleva bolsa propia), Alcampo o Condis.