Lidl, la primera cadena en alcanzar los objetivos del plan NAOS de nutrición saludable
La cadena alemana de supermercados, Lidl, ha alcanzado los objetivos sostenibles del Plan NAOS (‘Plan de Colaboración para la mejora de la composición de los alimentos y bebidas y otras medidas 2020’), promovido por el Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social a través de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN). La enseña, que se unió al proyecto en 2019, ha conseguido reducir en una gran parte de sus productos de marca propia los índices preestablecidos.
Este plan recoge los compromisos de reformulación de los sectores de la fabricación y de la distribución para varios tipos de alimentos y bebidas de consumo habitual en la sociedad, centrándose en la reducción de azúcares añadidos, sal y grasas saturadas.
Reduce hasta 425 toneladas de azúcares y sales anuales
La enseña germana, que ha analizado los 13 grupos de productos del Plan NAOS, ha reformulado un 10% sobre el total de su surtido envasado de marca propia. Con esta medida, ha logrado reducir hasta 425 toneladas de azúcares y sales anuales, lo que equivaldría a más de un millón de terrones o más de 21.200 tazas de café llenas de azúcar o sal. Cabe destacar que esta reducción se realiza sin perder de vista las calorías totales.
La cadena ha conseguido reducir en su gran mayoría de artículos un porcentaje superior a lo preestablecido. Por ejemplo, las croquetas Monissa, tienen ahora un 31% menos de media de sal del requerido, destacando las croquetas de pollo, con un 60% menos de sal del exigido.
Las 13 categorías de productos analizadas y trabajadas desde la marca son: aperitivos salados, bebidas refrescantes, bollería y pastelería, cereales de desayuno, cremas de verduras, derivados cárnicos, galletas, helados, néctares de frutas, pan envasado, platos preparados, productos lácteos y salsas.
Menos sal y azúcar en sus marcas propias
Por otra parte, Lidl trabaja, desde hace cinco años y con el objetivo de llegar en 2025, en la optimización de sus marcas propias en cuanto a contenido de azúcar y sal. El proyecto se basa en reducir al menos el 20% la cantidad de estos materiales añadidos del surtido de su marca. En 2017, la empresa logró eliminar 1.000 toneladas de azúcares de sus refrescos.
“Nuestro compromiso con la alimentación saludable nos exige contribuir y seguir trabajando de forma muy estrecha con todos nuestros proveedores, de forma que podamos promover activamente una alimentación consciente, ofreciendo a nuestros clientes un surtido amplio de alimentos de alta calidad que les permita llevar una dieta saludable y responsable” afirma Miguel Paradela, director general de compras de Lidl España.