LÁCTEOS Y DERIVADOS, NEGOCIO MADURO
La leche y los derivados lácteos configuran un sector diversificado, que avanza en dos direcciones. Por un lado, la distribución y la industria, salpicados por la guerra de precios y la competencia de las marca blanca y, por otro, la producción en origen, acuciada por la baja rentabilidad de las explotaciones, la caída de los precios en origen y los intermediarios.
La leche y sus derivados suponen algo menos de un cuarto del gasto total en alimentación. Se estima que el consumo nacional (producto fresco y derivados) alcanza entre 8,5 y 9 millones de toneladas anuales. Se trata, en su mayoría, de productos de consumo familiar, que se ingieren a diario y en ocasiones más de una vez al día, ya que también se pueden utilizan para elaborar otros alimentos (bechamel, repostería, etc.) o como complemento en postres y meriendas.
Producto básico
Salud y precio marcan los drivers de compra. En los últimos años, los fabricantes han puesto en marcha toda una maquinaria de medidas, encaminadas a reducir el impacto medioambiental de sus productos, mejorar su packaging, envases y lanzar nuevos formatos, en medio de un mercado estancado, con una demanda estable, que tiende a descender. La cesta se reduce. Se vuelve a lo básico y, en muchos hogares, la compra de lácteos no significa ‘darse un capricho’, sino adquirir un alimento necesario.
Productos de alta rotación, los lácteos y sus derivados han ampliado su portafolio a base de gamas y líneas específicas (leches sin, bios funcionales, yogures bídifus, quesos saludables, etc), adaptadas a diferentes necesidades. La marca del distribuidor (MDD) se ha hecho fuerte en todas las plazas (excepto en yogures), incrementando la cifra de negocio a nivel global, pero desplazando a los principales players en segmentos como leche, postres y queso frescos, donde capta la mitad de la demanda
Leche y batidos
Los datos aportados por Kantar Worldpanel (actualizados al 4º trimestre 2010) evidencian las tendencias actuales de gran consumo, trasladadas al sector de leche y batidos, que reflejan el descenso de las ventas en todas las categorías (excepto en batidos), cifrado en un 5,8%, hasta los 2.909,6 millones de euros y en una disminución del 2,7% en el volumen, situado en 3.775 millones de kilos.
La leche líquida envasada es el motor de crecimiento de este subsector y tira del conjunto, a pesar de haber perdido peso en los meses auditados, saldados con una contracción del 7% en valor, hasta los 2.461,4 millones de euros y una disminución de casi el 3% (2,7%) en volumen, igual a 2.437,4 millones de litros.
En esta categoría se incluyen cuatro tipos: entera, desnatada, semidesnatada y condensada. Los mayores contingentes de comercialización, en el periodo analizado, corresponden a la entera (805,7 millones de euros y 1.104,6 millones de litros) y a la semidesnatada (982,9 millones de euros y 1.437,6 millones de litros). Sin embargo, ambas variedades han experimentado una contracción importante de sus niveles, que supera el 9% y ronda el 5% en ventas, respectivamente, para rebajar un 6,7% el volumen en la leche entera y un 0,1% el de la semidesnatada.
Las cifras de la consultora reflejan una curva de descenso, sólo interrumpida por el alza de la leche condensada (3,7% en ventas y 5% en volumen) y los batidos (3,3% y 6,4%, respectivamente).
Por su parte, Symphony IRI señala un total de 2.118,4 millones de euros y un volumen de 2.855,8 millones de litros, en el último año móvil (abril’10-abrol’11) para el contingente de leche y soja en distribución organizada, lo que ha supuesto contracciones del 2,8% y 1,4%, respectivamente.
Siguiendo la estela de otros sectores, Kantar Worldpanel constata un aumento en el número de compradores de leche y batidos, que en su conjunto suma 282.000 nuevos consumidores, que no obstante, han recortado su gasto medio, que ha pasado de superar los 193 euros en 2009, a quedar por debajo de los 180 en 2010 (179,1 €). La frecuencia de compra también cae y se coloca en 26,7 días desde los 27,1 del año anterior. De la misma manera, el gasto por día ha bajado hasta los 6,7 euros, frente a los 7,2 euros de 2009.
Oferta y demanda
Podríamos decir que el sector de la leche es más complicado que complejo. Su proceso de producción, fabricación y venta es igual al de cualquier otro mercado, sin embargo en él intervienen variables, que modifican el resultado final, tanto a nivel industrial como empresarial.
La industria debe reestructurarse si quiere salvar escollos como el alza de las materias primas o los precios en origen, que siguen bajando, mientras que los intermediarios cobran grandes márgenes y los consumidores tienen que pagar más caro el litro de leche. España, destino de materia prima y producto lácteo terminado francés, ha visto mermada su competitividad, mientras se genera un desfase entre la oferta y la demanda.
El MARM ha diseñado el Plan del Sector Lácteo Español Horizonte 2015, cuyo fin es facilitar la estabilidad de los precios, así como apoyar la rentabilidad y liquidez de los productores. Las explotaciones lecheras deben estar preparadas para afrontar la desaparición de las cuotas lácteas comunitarias, prevista también para 2015. .
La concentración se impone. Seis grupos, Lactalis (Lauki, Puleva, Prado y Forlasa), Central Lechera Asturiana (CLAS), Pascual, Latogal-Celta, Iparlat y Río-Leyma controlan más de la mitad de la producción. En medio de este escenario, vuelve a ser complicado hallar una solución que contenten a todos los implicados por igual.
En lo que a marcas se refiere, en hipermercados y supermercados, gana la MDD en las categorías de leche y soja, con casi el 40% (39,4%) de las ventas y cerca de la mitad del volumen (49,9%). En el top 5 le siguen Capsa , Lactalis, Pascual y Lence, con tasas en valor que van desde el 18% al 2%.