La confianza de los consumidores se estanca ante una economía «al ralentí»
Crece el número de consumidores que no saben si tendrán asegurados sus ingresos en los próximos seis meses, un 25%.
A pesar de la sensación de regreso a la normalidad que experimentan los consumidores a día de hoy, son más sobre los que pesa una mayor incertidumbre respecto al futuro nivel de ingresos con el que contarán. Un 25% desconoce cómo evolucionarán y un 8% cree incluso que descenderán.
Son algunas de las conclusiones de la tercera edición del Informe de Perspectivas de Consumidor de 2021 de Kantar, tras analizar la confianza del consumidor en torno a la economía propia y del país.
De acuerdo a los datos obtenidos por la consultora, la recuperación anímica de los consumidores ha sido rápida pero desequilibrada y entra en este momento en una situación de estancamiento. Esto se debe, explican, a una economía global ‘al ralentí’, y al descenso de los ingresos de gran parte de los consumidores, paliado en parte por los ERTE.
El Índice de Comportamiento del informe, que es resultado de la valoración de la situación económica propia y del país, la valoración del momento de consumo y las perspectivas económicas a seis meses, se ha situado en el -5,5, un punto menos que en el segundo trimestre del año.
La valoración de la situación económica del hogar sigue siendo el único indicador en positivo dentro del índice, un 45%, aunque experimenta una bajada de seis puntos. La previsión de la economía doméstica ha descendido seis puntos respecto al trimestre anterior hasta situarse en el -7%. La situación del país, tradicionalmente el peor valorado, mejora tres puntos y se posiciona en el -49%.
Respecto al empleo, un 84% cree que lo mantendrá en los próximos seis meses, el mejor dato de seguridad desde que se puso en marcha el índice en 2010. No obstante, se ha incrementado el porcentaje de aquellos que no saben si tendrán asegurados sus ingresos en el futuro (25%). Un 8% piensa que descenderán.
El consumidor se vuelve austero
El índice de consumo señala también un retorno a la normalidad, aunque ha caído el número de los que piensan que se puede mantener el consumo, un 67%, y se ha incrementado levemente aquellos que opinan que se debe reducir, un 25%.
La valoración del momento para comprar productos y servicios ha bajado cuatro puntos respecto al trimestre anterior, y excepto en el caso del ocio, hogar, pequeños electrodomésticos y ropa – que aumentan ligeramente-, todos los productos empeoran su valoración.
La euforia de la apertura de las actividades relacionadas con el ocio que se experimentó el trimestre pasado ha dejado paso a la estabilización. Cae casi seis puntos la intención de viajar los fines de semana y cuatro puntos hacer largas vacaciones o un crucero.