Kyoto somos todos

Cristina Garcia Orcoyen, gerente de la Fundación Entorno, explica con firmeza y rotundidad “Ahora es el momento de competir en sostenibilidad también en el retail y nos ayuda sobremanera que algunos retailers como Mark & Spencer demuestren que sostenibilidad y rentabilidad pueden ir de la mano”.

Hasta ahora los retailers han estado más preocupados por la responsabilidad social como herramienta de diferenciación, y en muchos casos de cumplir con medidas o políticas a las que la legislación les conducía inexorablemente. Hoy ha llegado el momento de la sostenibilidad, y en ello hay que ser proactivo.

Es cierto que tenemos un retraso en este sentido, un retraso cultural. Frente a los mercados anglosajones estamos muy lejos de su cultura de sostenibilidad. Un ejemplo claro está en el uso de productos orgánicos y ecológicos que no se circunscribe a un pequeño corner en el supermercado, sino que el conjunto del supermercado anglosajón respira ecología y sostenibilidad. Esa forma de verlo, aquí en España, está todavía por llegar.

Aquí estamos penalizando la popularización del consumo de estos productos, por posicionarlos con precios superiores.

Dos socios en retail
Pero volvamos al tema del retail. La verdad es que hemos tenido muchos contactos con empresas de retail, pero sólo contamos con dos asociados. Y es que el consumidor español todavía no está exigiendo esa posición de empresa sostenible a las empresas distribuidoras.

Fabricantes y distribuidores están utilizando el cambio climático como crisol de los temas de sostenibilidad, básicamente por ser este el concepto más popularmente divulgado y conocido. Lo cierto es que hay otros muchos aspectos de sostenibilidad, como el efecto de la actividad humana en los ecosistemas, la perdida de especies marinas, la cada vez más atacada biodiversidad y muchos más. Comienzan a exigirse certificaciones medioambientales a los proveedores, que garanticen sus formas de actuar.

Hay que destacar, que las grandes empresas tanto proveedoras como distribuidoras son las que están haciendo el esfuerzo, sin embargo España es un país de pymes. Este es el desafío que nos gustaría alcanzar.

Y gracias a que las medidas legislativas, la trasposición de la legislación europea ha supuesto un enorme paso adelante para España, pero no olvidemos que el cumplimiento de la ley nos iguala a todos, y hay que intentar ponerse un poco más adelante. Un ejemplo de esto es lo sucedido con las eléctricas, el mix de producción de energías concedía a las limpias renovables: geotermia, RSU, solar fotovoltaica,solar térmica, biocarburantes, biogas, biomasa, hidráulica y eólica un muy pequeño porcentaje hasta hace unos años, y hoy felizmente esta situación está cambiando.

Y por supuesto que habrá que plantearse desarrollos en el sentido de mayor autonomía energética para el país, pero ese es otro tema.

La pelota en el lado del consumidor
Dependerá de su actitud, para que la velocidad del movimiento se incremente. El uso eficiente de los recursos, no está sólo en las nuevas tecnologías que hacen una utilización más respetuosa, sino en el nivel de concienciación que logremos en cada caso. Y en este sentido los medios, la prensa han empujado mucho y deben seguir haciéndolo, hasta lograr ese cambio.

Hay que romper una lanza por la industria y la empresa que cada vez están intentando poner en el mercado productos más sostenibles, mientras el españolito medio se empecina en utilizar el coche para todo, es ineficiente en el uso del agua o utiliza la electricidad como un bien a derrochar.

Y es que Kyoto somos todos, no sólo las grandes empresas sino cada uno de los consumidores con su actitud hacia el entorno, de ahí que la educación sea una de las herramientas de cambio más importantes.