En esta nueva edición del Informe D/A Retail Tech Métodos de pago, analizamos el uso de los distintos métodos de pago de los consumidores realizado en el último año y echaremos un vistazo a las últimas tendencias que se divisan a medio plazo, con un foco en el pago biométrico, el nuevo Reglamento contra la morosidad aprobado por el Parlamento Europeo y los avances realizados por el Banco Central Europeo (BCE) en materia de euro digital.
Informe D/A Retail Tech: Métodos de pago 2024
Evolución de los métodos de pago en 2023
En 2023, el efectivo continuó siendo la opción de pago mayoritaria en las compras en tiendas físicas. Según datos del segundo Estudio sobre hábitos del efectivo realizado por el Banco de España en colaboración con Ipsos, el dinero en efectivo representó el 61% de los pagos realizados en establecimientos, un punto porcentual más que lo registrado en 2022. Como segundo método predilecto, encontramos las tarjetas, empleadas en el 32% de operaciones, un 3% menos que hace un año, seguido de los dispositivos móviles – tanto smartphone como smartwatch-, que registraron el 6% de las compras, un 2% más que en 2022.
La comodidad (29,3%), la costumbre (23,3%) o la sensación de control de los gastos personales o familiares que parecen tener los usuarios (17,3%) son las principales razones expresadas para el uso del efectivo. La comodidad también es el atributo destacado para quienes emplean tarjetas y dispositivos móviles, como indican el 71,8% y el 73%, respectivamente, seguido de la rapidez (11,6% y 17,1%) y la seguridad (7,9% y 5,4%). Un 48% de encuestados afirma emplear el efectivo de manera diaria, no así las tarjetas; un 17% emplea ambos métodos de pago a diario; un 15% emplea la tarjeta, pero no el efectivo; mientras que un 20% asegura no utilizar ni lo uno ni lo otro.
Como ha ocurrido en años anteriores, el uso del efectivo es mayor entre las franjas de edad más altas, con un 77% de usuarios del efectivo con una edad de entre 55 y 64 años y un 74% aquellos de 65 años y más. Los más jóvenes también usan de forma mayoritaria el efectivo, como indica que un 48% de entre 18 y 24 años lo emplee, seguido de un 30% que utiliza la tarjeta y un 26% el dispositivo móvil. En el caso de las tarjetas, los mayores asiduos los encontramos en las franjas de edad de entre 25 y 34 años y entre 35 y 44 años, con un 47% y un 43% cada uno, mientras que los smartphones y relojes inteligentes para pagar son empleados en mayor medida por jóvenes de entre 18 y 24 años (26%) y entre aquellos con una edad entre 25 y 34 años (23%).
Los más jóvenes también usan de forma mayoritaria el efectivo, como indica un 48% frente al 30% de tarjeta y 26% de dispositivo móvil
El mayor uso del efectivo responde en parte a que sigue siendo el método de pago que emplea la totalidad de tiendas físicas, no así en el caso de la tarjeta o los dispositivos móviles. En 2023, un 89% de comercios aceptaba tarjetas como método de pago, un 2% más que hace un año. Mientras que los dispositivos móviles eran aceptados en un 75% de establecimientos, un 3% más que en 2022.
Más tarjetas en Europa
A pesar de que las operaciones con tarjeta en tiendas físicas han decrecido en el último año, el pago con tarjeta continúa siendo el principal medio de pago alternativo en Europa. Según datos del primer semestre de 2023 del Banco de España, en la primera mitad del año las operaciones pagadas con tarjeta aumentaron un 15,6% hasta los 36.500 millones de los 67.000 millones de transacciones totales registradas, lo que supone una cuota del 54%, seguida a bastante distancia por las transferencias (22%), los adeudos directos (15%) y las operaciones con dinero electrónico (7%).
El pago con tarjeta se realizó en mayor medida en tienda física, como indica que el 83% de las operaciones realizadas con tarjeta se hicieran en no remoto, frente al 17% que resultaron online. La cuantía tramitada con dicho método de pago se situó en los 1,5 billones de euros, un 14,1% más que en el mismo periodo de 2022, dejando un importe medio por operación de 40 euros.
Asimismo, son más las tarjetas que circulan en el Viejo Continente. Según datos del Banco de España, al cierre del primer semestre de 2023, el número de tarjetas de pago se elevó un 4,7% hasta los 669,5 millones de tarjetas, lo que significa que cada ciudadano europeo tiene una media de 1,9 tarjetas de pago. Aumentan las tarjetas y también los terminales en punto de venta (TPV): del orden de un 13,3% hasta los 19,9 millones de dispositivos.
Respecto a las operaciones realizadas con dinero electrónico, se contabilizaron un total de 4.400 millones de operaciones, un 6,9% más que hace un año, por un importe de 0,2 billones de euros (+7%). La mayor parte de estas operaciones se realizaron con cuentas de dinero electrónico (91%), acaparando el 89% del importe total. Solo un 9% se efectuaron con tarjetas en las que es posible almacenar dinero electrónico.
Mayor uso del efectivo
En España, un 67% considera que seguirá usando el efectivo de forma similar durante el próximo año, frente al 25% que cree que será menor, siendo los más jóvenes los consumidores que opinan que el pago en efectivo se reducirá en los siguientes 12 meses (un 44% entre 18 y 24 años, y un 36% entre 25 y 34 años).
Con una media de 43 euros en billetes y 6 euros en monedas, los compradores no suelen comprobar la autenticidad de los billetes que manejan como sí ocurre con los retailers. Según datos del Banco de España, un 57% de usuarios nunca comprueba su autenticidad, seguida de un 19% que afirma hacerlo a veces. En los establecimientos, un 52% de ellos lo hace siempre, seguido de un 20% que afirma hacerlo casi siempre. Solo un 13% señala no hacerlo nunca.
Entre las fórmulas empleadas para realizar dicha verificación, un 48% de establecimientos asegura hacerlo de forma manual; un 45% mediante rotulador, y un 31% a través de una máquina o dispositivo. Un 55% comprueba el tipo de papel, el 14% el hilo de seguridad, un 10% la impresión en relieve y un 8% el holograma.
Tendencias en métodos de pago en 2024
Si bien métodos de pago tradicionales como el efectivo o las tarjetas de débito y crédito siguen siendo las predilectas por una mayoría de compradores, se prevé que este año vaya aumentando el número de aquellos que opten por otras soluciones de pago, como las carteras digitales, los pagos de cuenta a cuenta (P2P) o el compra ahora, paga más tarde (BNPL).
Según las previsiones manejadas por la consultora Deloitte, el impulso de nuevas regulaciones en Europa podría aumentar el número de métodos de pago alternativos que pueden ofrecer los proveedores de servicios de pago, de tal forma que, si en 2022, un 57% de pagos europeos se realizaban con métodos de pago alternativos, en 2026 se estima que dicha cuota alcance el 62%.
Parte responsable de esta mayor predilección por métodos de pago diferentes al efectivo y tarjetas de pago se debe a la mayor interoperabilidad que se desarrollará a medio plazo, tal y como estiman desde Visa. En concreto, “que haya un movimiento más fluido de dinero global gracias a una mayor colaboración en todo el ecosistema de pagos – entre bancos, instituciones financieras, comercios, proveedores de tecnología y emisores-, que traerá consigo una mayor inclusión financiera a nivel global, accesibilidad, compatibilidad entre sistemas e interoperabilidad”.
Sirve de muestra de esta interoperabilidad el objetivo que persiguen la española Bizum, la italiana BancoMat Pay y la portuguesa MB Way, con el acuerdo firmado en diciembre para posibilitar los pagos instantáneos entre los usuarios españoles de Bizum, los italianos de BancoMat y los portugueses de SIBS. Entre los tres países suman 42,7 millones de consumidores que en 2023 realizaron 1.470 millones de pagos.
IA generativa
La mayor digitalización de los métodos de pago también ha traído consigo un aumento de los casos de fraude en los pagos. Según datos de Adyen, un 35% de usuarios a nivel global fueron víctimas de este tipo de fraudes en 2023, un 12% más que en 2022. En España, los consumidores víctimas de fraude en sus pagos perdieron una media de 670 euros, lo que ha supuesto un crecimiento de la cuantía sustraída del 234% en tan solo un año.
Se calcula que el sector Retail perdió 429.000 millones de dólares por fraude a nivel global. Una cuantía que en el caso de nuestro país se sitúa en los 1,3 millones de euros. Un 35% de empresas españolas han sido víctimas de actividades fraudulentas, ciberataques o filtraciones de datos en los últimos doce meses, un 30% más respecto a 2022. A modo de solución, un 65% afirma que disponen de sistemas eficaces de prevención del fraude, un 5% más en comparación con el año anterior.
El mayor robo del número de las tarjetas o de una cuenta corriente para realizar una compra no autorizada ha originado una sensación de inseguridad para el comprador. De acuerdo a los datos del estudio de Adyen, un 21% de consumidores se siente más inseguro a la hora de comprar hoy en día que hace 10 años por el aumento del riesgo de fraude en los pagos; de ahí que el 28% elija de forma activa comprar en tiendas con mayores medidas de seguridad, y cuando compran por internet, a un 21% les gusta que los comercios les pida que verifiquen su identidad con, al menos, dos formas diferentes antes de realizar una compra, a pesar de las posibles molestias que esto les pueda traer.
Se prevé, además, que el fraude en pagos aumente gracias al uso de inteligencia artificial (IA) generativa, como predicen desde Visa, ya que este tipo de herramientas “ayudarán a los estafadores a crear estafas de phishing más realistas, haciendo más difícil para los consumidores detectar errores ortográficos y gramaticales”. Pero esta misma tecnología podría ayudar, a su vez, a mejorar los sistemas de defensa, debido al potencial que tiene para extraer información de múltiples dominios y generar nuevo conocimiento, “ayudando a entrenar herramientas de fraude para que tomen decisiones más informadas y precisas para diferenciar las transacciones fraudulentas de las compras legítimas”, aseguran.
Buy Now Pay Later: Revolucionando el consumo con 3x 4x Oney
En la última década, el mundo de los pagos ha experimentado una transformación sin precedentes, impulsada por la digitalización y la innovación tecnológica. Entre las múltiples opciones que han surgido para facilitar las transacciones, el método Buy Now Pay Later (BNPL) se ha destacado como una alternativa atractiva tanto para consumidores como para comerciantes. En este artículo, exploraremos en profundidad el funcionamiento y las ventajas del BNPL, centrándonos especialmente en el servicio 3x 4x Oney, una solución de financiación flexible que ha ganado popularidad en España.
Evolución de los Métodos de Pago
Para entender el auge del BNPL, es fundamental repasar brevemente la evolución de los métodos de pago. Tradicionalmente, los consumidores utilizaban efectivo o tarjetas de crédito para realizar sus compras. Sin embargo, con la llegada de la era digital, surgieron nuevas formas de pago, como las tarjetas de débito, las transferencias bancarias online y, más recientemente, las billeteras digitales y los pagos contactless, los cuales han crecido de manera exponencial en los últimos años. La pandemia de COVID-19 aceleró esta tendencia, ya que los consumidores buscaron formas de pago que minimizaran el contacto físico. En paralelo, la necesidad de opciones de pago flexibles y seguras también aumentó, abriendo la puerta a soluciones como el BNPL.
¿Qué es Buy Now Pay Later?
El concepto de Buy Now Pay Later no es completamente nuevo; de hecho, tiene sus raíces en los sistemas de crédito tradicionales. Sin embargo, la versión moderna de BNPL es mucho más accesible y está diseñada para la era digital. Básicamente, BNPL permite a los consumidores realizar una compra y pagarla en cuotas a lo largo del tiempo, generalmente sin intereses si se cumplen ciertos plazos.
Ventajas del BNPL
Las ventajas del BNPL son diversas y han contribuido a su popularidad creciente. En primer lugar, ofrece una flexibilidad financiera significativa, permitiendo a los consumidores comprar productos que quizá no podrían pagar de una sola vez al distribuir el costo en pagos manejables. Además, muchas opciones de BNPL ofrecen planes sin intereses, siempre y cuando los pagos se realicen a tiempo, lo que lo hace aún más atractivo.
El proceso de aprobación para BNPL es generalmente instantáneo y menos riguroso en comparación con los préstamos tradicionales, facilitando el acceso a este método de pago. Por último, el BNPL también impulsa el comercio, beneficiando a los comerciantes al aumentar sus ventas y el valor promedio de los pedidos, ya que los consumidores están más dispuestos a comprar cuando pueden pagar en cuotas.
Crecimiento del BNPL en España
El BNPL ha visto un crecimiento significativo en España en los últimos años. Según un estudio de KPMG, el uso de BNPL en España creció un 50% en 2021, y se espera que esta tendencia continúe en los próximos años. La adopción de BNPL se ha visto impulsada por la creciente digitalización del comercio minorista y la demanda de los consumidores por opciones de pago más flexibles.
El crecimiento del BNPL en España ha sido impulsado por varios factores clave. En primer lugar, la digitalización del comercio ha jugado un papel crucial. Con un número creciente de consumidores comprando online, la necesidad de métodos de pago digitales y flexibles ha aumentado considerablemente. Este cambio en el comportamiento del consumidor, especialmente entre los más jóvenes, refleja una preferencia por opciones de pago que les permitan gestionar mejor su flujo de efectivo.
Además, la pandemia de COVID-19 ha acelerado la adopción de tecnologías digitales y ha cambiado las prioridades financieras de los consumidores. La crisis sanitaria ha obligado a muchos a reevaluar sus hábitos de gasto y a buscar alternativas que ofrezcan mayor flexibilidad y seguridad, contribuyendo así al auge del BNPL.
Oney: Líder en Soluciones de Pago BNPL
Oney es una empresa que ha sabido capitalizar la creciente demanda de soluciones BNPL en España con su producto estrella, 3x 4x Oney. Este servicio permite a los consumidores dividir el pago de sus compras entre tres y hasta en 12 cuotas mensuales, lo que lo convierte en una opción atractiva y accesible para muchos.
El servicio 3x 4x Oney se destaca por su simplicidad y accesibilidad. Los consumidores pueden utilizar este método de pago tanto en tiendas físicas como online, lo que les brinda una gran flexibilidad. El proceso de inscripción es rápido y fácil, y una vez aprobado, los consumidores pueden utilizar 3x 4x Oney para dividir el costo de sus compras pagos mensuales iguales.
Futuro y desafíos del BNPL en España
El futuro del BNPL en España parece prometedor. Se espera que el mercado continúe creciendo a medida que más consumidores y comerciantes adopten estas soluciones de pago. Según un informe de Juniper Research, se prevé que el valor total de las transacciones BNPL en España alcance los 4.000 millones de euros para 2025.
A pesar de su crecimiento, el BNPL también enfrenta desafíos. La regulación es una de las áreas que probablemente verá cambios, ya que los gobiernos buscan proteger a los consumidores de posibles riesgos asociados con el endeudamiento. Además, la competencia en el sector BNPL es feroz, lo que obligará a los proveedores a innovar continuamente y ofrecer valor agregado para mantenerse competitivos.
Formas de pago en Ecommerce: Elección VS personalización, Global VS local
Santiago Caballero, head of BNPL en Oney España
Hasta ahora, en las webs de comercio electrónico, se estaban ofreciendo de 2 a 4 formas de pago en el checkout. Sin embargo, ha aumentado durante este último año. Las nuevas tendencias respecto a medios de pago alternativos, como BNPL (Buy now pay later), wallets (Android pay, amazon pay, apple pay…) o incluso el pago con criptomonedas, ofrecen cada vez más opciones de pago a los clientes, llegando en algunos casos a ofertar hasta 10 métodos diferentes en el checkout… Pero ¿es la mejor opción presentar tantas opciones? Aunque está demostrado que ofrecer varias alternativas de métodos de pago puede aumentar las tasas de conversión entre un 20% y un 30%, abrir demasiado el abanico puede confundir al consumidor que, tras un rechazo, puede verse frustrado y acabar abandonando el proceso, perdiendo al final esa venta.
Por lo que, nos encontramos con un reto: la hiperpersonalización del checkout. Esto conllevaría el hecho de presentar según perfil del cliente, carrito, momento… sólo algunas opciones de pago concretas, o incluso cambiar el orden de presentación o pre-selección de las mismas. El objetivo sería evitar esos checkouts infinitos cada vez más comunes, que, en muchas ocasiones, confunden más que aportan.
Así, una de las principales reflexiones sería qué métodos de pago incluir, teniendo en cuenta el esfuerzo técnico, operacional y económico. Es cierto que los PSP’s y concentradores de pago cada vez simplifican más la integración, pero aun así debemos tener muy en cuenta qué es lo que realmente necesitan nuestros clientes y dar un sentido a cada nuevo método de pago que ofrecemos.
En este contexto, tenemos los básicos más globales como son las tarjetas bancarias o Paypal, la inclusión de métodos de pago locales, además de un servicio al cliente que incrementa la fidelización y conversión. Medios de pago como Bizum, en España, o Interac, en Canada, alcanzan el 10% de pagos ecommerce de estos países, ejemplos también como UPI, en India, con el 50% de las transacciones ecommerce en esta región, o iDEAL, en Holanda, que se posiciona en el 70%. Del mismo modo, en tienda física, cada vez existen más soluciones que tecnológicamente permiten aceptar medios de pago locales de una manera más sencilla y económica. Muchas de estas soluciones, además, permiten alinear los medios de pago disponibles en ecommerce con los de la tienda física en el caso de comercios omnicanal. Este aspecto para verticales como Hospitality, Ocio o Restauración es muy interesante, principalmente en aquellas ciudades donde parte importante de su clientela es extranjera, así el cliente sentirá más seguridad pagando con el medio de pago habitual de su país de origen.
Es decir, supongamos un ciudadano holandés que quiere reservar un coche de alquiler en el aeropuerto de Madrid. A través de la web de la empresa de alquiler, realiza la reserva del coche, y al ser holandés le ofrecemos específicamente la opción de pago con iDEAL. Al llegar a Madrid, se dirige a la oficina de recogida donde tiene que pagar la fianza del coche, igualmente le permitimos la opción de hacerlo en su método de pago habitual, iDEAL. Esta experiencia de compra del cliente holandés le dará mucha más confianza y seguridad.
Así, en un futuro próximo quizás podamos ir más allá, y presentar pago con Wallet sólo a los usuarios que realmente dispongan de ellos, o formas de pago BNPL o de financiación sólo a clientes que sepamos que tienen una pre-aceptación. Esto sería posible gracias a interacciones transparentes para el usuario durante el proceso de compra entre el ecommerce y los diferentes proveedores de pago, de cara a mostrar un checkout totalmente personalizado y focalizado en la experiencia cliente, que finalmente derivará en conversión y fidelidad.
En conclusión, en un mundo cada vez más global, de nuevo lo local y la experiencia cliente se presenta como uno de los factores clave para conseguir el éxito, también como no podría ser de otra forma, en el ámbito del comercio y los pagos.
La biometría en el checkout
La preferencia por métodos de pago alternativos que vaticinan Deloitte y Visa se observa también entre los usuarios cuando se les pregunta qué método de pago creen que conquistará el futuro. Según datos de Paynopain, recogidos en su estudio Nuevos hábitos en métodos de pago en España 2023, publicado el pasado marzo, un 51,7% de consumidores nacionales cree que los pagos biométricos marcarán el rumbo en los próximos años, superando a otros como las carteras digitales o las criptomonedas – respecto a éstas, solo un 8,5% cree que serán el método de pago del futuro-. La tarjeta, la alternativa al efectivo más empleada a día de hoy, quedará relegada a largo plazo, como predice que solo el 17,4% de encuestados lo sigan viendo en el futuro.
Aunque suene a ciencia ficción, lo cierto es que el pago biométrico es una realidad en Estados Unidos, gracias al despliegue que está realizando Amazon de su tecnología Amazon One en los establecimientos de los que es propietario. Amazon One es el nombre con el que se conoce a la tecnología que permite a los clientes pagar con la palma de la mano, al quedar esta última asociada a un número de tarjeta, una cuenta de Amazon y un teléfono móvil.
Desde finales de 2023, Whole Foods, la cadena de supermercados de Amazon, ofrece a sus clientes la opción de pagar con la mano, como ya se hacía desde 2021 en determinadas tiendas de Amazon Go. La tecnología desarrollada por la Big Tech ha llamado la atención de otras compañías, como la cadena de cafeterías Panera Bread, que desde el año pasado permite a sus clientes pagar con la mano o canjear los puntos que acumulan en MyPanera.
Todavía la solución no se ha extendido más allá de las fronteras estadounidenses y se desconoce si Amazon tiene planes para aterrizar Amazon Go en otros mercados. En cualquier caso, en España, el pago biométrico podría no resultar tan sencillo de implementar, debido en parte al Reglamento General de Protección de Datos (RGPD), que considera la información biométrica de los usuarios como datos sensibles, quedando su tratamiento prohibido salvo que ocurran determinadas circunstancias.
Según recuerdan desde Cuatrecasas, en varias resoluciones la Agencia Española de Protección de Datos (AEPD) ha señalado la importancia de tener presente en tratamientos que empleen datos biométricos, el grado de intrusión e impacto en la privacidad de los usuarios. No existen, de momento, casos que hayan analizado el pago con datos biométricos – sí, en cambio, el uso de los mismos para el control de acceso laboral-. Puede servir de orientación la sentencia emitida por la Audiencia Nacional el pasado marzo en el que se avalaba la suspensión cautelar de la recopilación de datos personales en España a través del iris, los ojos y el rostro por parte de la empresa Worldcoin para su procesamiento a cambio de un pago en criptomonedas, confirmando así lo dictaminado por la AEPD en una resolución anterior.
Los magistrados consideraron que, atendiendo a la ponderación de los intereses en conflicto y, a la vista de las circunstancias concurrentes, debe prevalecer “la salvaguarda del interés general que consiste en el derecho a la protección de datos personales de los interesados frente al interés particular de la empresa”. Y coinciden con lo dictado en la resolución de la agencia española cuando explicaba que el proyecto de Worldcoin era un tratamiento de datos biométricos que afecta a numerosas personas, incluidos menores, y no existe constancia acreditada de consentimiento ni información proporcionada sobre dicho tratamiento.
En el caso, no obstante, de contar con el consentimiento de los usuarios, la propia AEPD señala en la Guía sobre tratamiento de control de presencia mediante sistemas biométricos, “el tratamiento no superaría el juicio de necesidad cuando pueda ofrecerse un sistema alternativo equivalente que no requiera tratar dicha categoría de datos”. Tampoco existe una norma legal que habilite dicho uso, informa.
Nuevo reglamento contra la morosidad
Más allá de las preferencias cambiantes de los usuarios por determinados métodos de pago, el sector Retail afronta en los próximos meses una nueva revisión de la Directiva europea de morosidad, en vigor desde 2011, con el objetivo de reducir la morosidad entre empresas. Un problema que, según recordaba la Cámara de Comercio en un informe, ha seguido resultando elevado en los últimos años.
“Una revisión de la Directiva europea sobre morosidad, debido a la situación actual de incumplimiento habitual de la misma y de frecuentes retrasos en los pagos, es positivo. No en vano, los retrasos en los pagos suponen un escollo para las empresas, puesto que les privan de liquidez y de recursos para acometer actuaciones productivas. Esto a su vez frena el crecimiento empresarial y deja a las compañías con menos capacidad para invertir en áreas como la digitalización, la sostenibilidad o la internacionalización, lo cual repercute en el potencial económico del país”, escriben.
En abril, el Parlamento Europeo aprobó el Reglamento contra la morosidad en las relaciones comerciales de empresas y administraciones públicas, la norma que reemplazaría a la directiva de 2011 y que limita a 30 días el periodo para pagar facturas, una vez recibidas las mismas, con dos excepciones. Se podrá, por un lado, ampliar el periodo a 60 días siempre que haya consenso entre comprador y vendedor. O pagar hasta en 120 días en caso de que la mercancía adquirida sean productos de baja rotación, como juguetes, joyas, equipamiento deportivo o libros.
Excepciones que no se habían contemplado en el texto redactado por la Comisión Europea, suscitando el desacuerdo en un total de 24 países, entre ellos España. Según recordaba la Cámara de Comercio, fijar el pago de facturas a 30 días resultaría especialmente dañino para el comercio minorista, habituado a contar con la flexibilidad en los pagos que contempla la Ley 7/1996 de Ordenación del comercio minorista.
Para la Cámara de Comercio, fijar el plazo de pago a 30 días dejaría a las firmas Retail sin liquidez, recurriendo, para compensarlo, a la financiación de balance, “cuyo coste es superior a la actual financiación de cadena de suministro, perdiendo así optimización financiera y rompiendo las dinámicas de colaboración intensa entre proveedor y cliente que la financiación de la cadena de suministro permite”, explican. “Es importante tener en cuenta que no todas las empresas situadas al final de la cadena de suministro pueden asumir la gestión de la liquidez en 30 días”.
Otras medidas
Para determinar con exactitud los bienes que podrán ser pagados en un periodo de hasta 120 días naturales – más allá de las categorías incluidas como ejemplos en la norma-, el texto enmendado por el Parlamento apunta a la Comisión la tarea de definir cuáles son los bienes de movimiento lento o de baja rotación y los estacionales.
La norma también contempla el abono de intereses al acreedor, “excepto cuando el deudor no sea responsable del retraso en el pago” ni este último podrá “renunciar a su derecho a obtener intereses de demora cuando el deudor sea una autoridad pública o una empresa grande”. De igual modo, queda prohibido excluir o limitar el derecho del acreedor a realizar cesiones de créditos a terceros con el fin de acceder a servicios de financiación y de hacer uso de una orden ejecutiva de pago emitida por un órgano jurisdiccional. Ni impedir ni posponer el momento del envío de la factura por parte del deudor; prohibir, excluir o limitar la cesión de créditos a una institución financiera pertinente, ni usar métodos de pago que alteren las condiciones de pago.
La norma, aprobada por el Parlamento el pasado abril, se encuentra en fase de trílogos a la espera de un acuerdo entre Comisión, Parlamento y Consejo europeos.
El euro digital
El Banco Central Europeo (BCE) ha continuado con el desarrollo del euro digital, la versión digital del efectivo cuya creación se ha venido planteando desde hace dos años a tenor del menor uso de los billetes y monedas en las transacciones en el Viejo Continente y la aparición de stablecoins o monedas digitales como el proyecto (ya extinto) de Meta, Diem, que tal y como recordó el ex gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, en su discurso para la Convención Anual de la Asociación de Mercados Financieros celebrado el pasado noviembre, “generó una inquietud entre la comunidad de bancos centrales que llevó a más de uno, el Eurosistema incluido, a intensificar sus esfuerzos en torno a las monedas digitales”.
“El hecho de que esta iniciativa no prosperase no quiere decir que no puedan surgir otras en el futuro, en particular si consideramos el elevado dinamismo del mercado de pagos y los avances de la legislación en este ámbito”, añadió.
Después de dos años planteando cómo sería el futuro euro digital, el Consejo de Gobierno del BCE ha dado comienzo a la fase de preparación, que se desarrollará, como la anterior, en un periodo de dos años, y servirá para concretar las reglas de funcionamiento del euro digital, seleccionar los proveedores que podrían desarrollar la plataforma sobre la que se liquidarían las operaciones con euros digitales y decidir la tecnología sobre la que se sustentaría dicha plataforma.
De momento, el consejo ha avanzado en la primera tarea con la puesta en marcha de un grupo de trabajo, el Rulebook Development Group, en el que participan profesionales del sector privado y público para elaborar el primer borrador de las reglas de funcionamiento del euro digital, sometido actualmente a consulta pública.
En cualquier caso, tal y como recordaba en su intervención Hernández de Cos, “cualquier decisión sobre la emisión de un euro digital estaría siempre supeditada a la existencia de un marco normativo adecuado”. A este respecto, en junio de 2023, la Comisión Europea presentó una proposición de ley al respecto, “que una vez aprobada, proporcionará el soporte legal necesario para la potencial emisión de un euro digital”.
“Sabemos que el proceso normativo es complejo y no podemos anticipar durante cuánto tiempo se extenderá. De lo que sí tenemos certeza es de que cualquier decisión sobre la emisión de un euro digital deberá esperar a la adopción de dicho marco normativo”, aseguró el ex gobernador.
La versión digital del efectivo
A la espera de conocer más avances del BCE en materia de euro digital, sí se sabe ya cómo sería. Se trataría de la versión digital del efectivo que serviría para realizar pagos en cualquier país de la Eurozona, sin coste para operaciones básicas como la apertura de cuenta, los pagos o la gestión del instrumento de pago, y fácil de utilizar a través de un smartphone o tarjeta.
Estaría disponible para cualquier tipo de pagos, ya sea entre particulares, en comercio físico y online y para las Administraciones Públicas, y tendría dos modalidades: una offline, que permitiría las transacciones entre dos dispositivos sin necesidad de contar con electricidad o conexión a internet para mantener la privacidad que ofrece el efectivo; y otra online, similar a la experiencia de Bizum o los pagos efectuados con tarjeta. En ambos casos, el abono de pagos sería inmediato e incorporaría funciones de carga y reintegro automáticos para facilitar el control de los gastos.
Según explicaba Hernández de Cos en su intervención, desde el Eurosistema se plantea que el euro digital fuera distribuido por los proveedores de servicios de pago, responsables de dar el alta en el ecosistema, proporcionar el instrumento de pago y canalizar las órdenes de pago hacia la plataforma de liquidación del Eurosistema. “Se trataría, en definitiva, de replicar en la medida de lo posible la distribución de tareas existente en el mercado de pagos a día de hoy. Ello contribuiría, además, a que las entidades mantuvieran sin cambios su relación con los clientes, quienes podrían, incluso, consultar y operar con el euro digital a través de su banca online”.
Se fijarían asimismo límites máximos de tenencia de saldos de euros digitales, para evitar un posible trasvase de depósitos hacia el euro digital, pero al mismo tiempo contar con la opción de efectuar operaciones sin importar ese saldo máximo – es decir, poniendo en marcha cascada y cascada inversa-. Las entidades financieras podrán también cobrar comisiones a los comercios y otra a la entidad del cliente titular de euros digitales, similar a los esquemas de tarjeta. “Dado el carácter de bien público del euro digital, el Eurosistema se haría cargo de sus propios costes, por lo que no cobraría a las entidades por la gestión del esquema o la liquidación de operaciones”, concluyó.