Las consecuencias de la inflación, el crecimiento del tipo de interés en las hipotecas, la eliminación de la ayuda de la gasolina, así como el ambiente político tenso en España fueron factores determinantes en 2023 para el estallido de una caída paulatina en las ventas de moda.
Estos alicientes generaron una sensación de incertidumbre y preocupación entre los consumidores españoles, quiénes destinaron sus gastos a otros sectores y dejaron que la moda pasara a un segundo plano. La realidad es una. La ropa no es una de las prioridades de una población que en líneas generales prefiere centrar sus gastos a otras actividades como el transporte, la alimentación, los viajes o los productos de tecnología.
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2024 comenzó con una caída de la producción textil del 5%
El Índice de Producción Industrial (IPI) con datos facilitados hasta noviembre de 2023, determinó una caída del 0,8% en la producción, al igual que en el ejercicio anterior. Este año ha comenzado con una caída en la producción industrial del 5%, siendo el mayor descenso en abril (-10,2%).
La inflación ha sido un factor determinante. 2023 comenzó con un alza del 8,5%, especialmente el cuero y calzado, con incremento del precio del 2,4%. Las exportaciones también registraron descensos. Según el ICEX España Exportación e Inversiones, entre enero y octubre de 2023, el país exportó prendas textiles valoradas en 3.554 millones de euros, lo que significó una caída del 5,33% en comparación con los primeros meses del año 2022.
Progreso de las ventas de enero de 2023 a abril de 2024
En el mes de enero de 2023, las ventas del sector textil se incrementaron un 9,9%, respecto al año 2022. Si bien febrero logró un crecimiento del 5,8%, el final de la campaña de las rebajas se presentó con mejoras respecto al año pasado, pero no se logró conseguir los datos del mes anterior.
Según Acotex, el descenso de las ventas se deben, entre otros motivos, a los escasos descuentos aplicados a la ropa de temporada, así como también que el cliente mira más el bolsillo, como consecuencia al contexto de incertidumbre económica y crisis política.
Mientras que, en marzo de 2023, el turista nacional prefirió destinar su economía a la Semana Santa, en abril hubo un incremento en las ventas de moda del 1,2% respecto al mes anterior, gracias al buen clima que ayudó a aumentar las ventas de la campaña de verano. No obstante, en mayo las ventas cayeron un 5,7% respecto a 2022 con unos datos que no existían desde agosto de 2021. Estos hechos se debieron a la notoria de los elevados tipos de interés en las hipotecas, lo que ocasionó que el consumidor potencial tuviera menos renta disponible.
Sin embargo, junio cambió el panorama en las ventas de moda al alcanzar los niveles positivos con un 4,9% de incremento, según el barómetro mensual de Acotex. Esto se debe a que las ventas no se hicieron en el mes de mayo a causa de las condiciones climatológicas adversas y los consumidores trasladaron sus compras a junio. Estos resultados positivos continuaron en julio de 2023 con un incremento del 6,3%, pero en agosto descendieron al 3,2%. Se estima que esta bajada se debe a la priorización por destinar el presupuesto en las vacaciones de verano.
Seguidamente, en septiembre las ventas de moda cayeron dos puntos respecto al mes anterior al llegar al 1,2%. Esto está ligado a las cuotas de la hipoteca elevadas, el incremento de la cesta de la compra y la vuelta al cole. La situación derivó a que, en octubre de 2023, las ventas alcanzaran cifras negativas al caer un 3,7% respecto a 2022. El buen tiempo no invitaba a los consumidores a comprar ropa de otoño-invierno y menos cuando tenía menor renta disponible para destinarla a los productos textiles.
Pese a que había cierto optimismo de cara a la campaña de Navidad y España gozaba de una oferta calidad-precio de un 15% más económica que la de otros países, llegados a diciembre, sólo hubo un incremento del 0,9% respecto a 2022 y las navidades no dieron a las ventas los resultados esperados, hecho que puso en claro que la ropa no es una de las prioridades de un consumidor que tiene otros frentes abiertos tras poseer menor renta disponible. Según Acotex, los clientes potenciales preferían gastar en salir a comer o cenar o realizar algún viaje que en productos textiles.
Al aterrizar en el año 2024, un período marcado por la incertidumbre y la preocupación en el sector textil, las rebajas no obtuvieron el efecto deseado demostrando que la ropa ha pasado a un segundo plano y está lejos de recuperar los niveles prepandemia. El clima primaveral para las ventas de los productos de invierno en los primeros dos meses no ayudó a las ventas y en marzo, éstas cayeron un 7,9% ocasionando serias dificultades para el sector textil.
Las consecuencias directas, según Acotex, están relacionadas con un cliente que posee menor renta disponible para realizar sus compras, el efecto Semana Santa y las lluvias del mes de marzo. Si bien es cierto que abril de 2024 mejoró los resultados del mes anterior, las ventas continuaron en rojo con un 1,2%. Estos datos en nada se parecen a los del mismo mes del año anterior que ayudó a incrementar las ventas de la campaña de verano.
En relación con las ventas del sector textil, los consumidores españoles evolucionaron hasta comprarse lo estrictamente necesario y optar por retailers de precios bajos o nuevos operadores low cost como Shein, Pepco, Zeeman o Kik. No sólo por tener una menor renta disponible y recurrir a los que mejor se ajustan a sus posibilidades, sino también por multiplicar sus opciones de elección, así como contar con una variedad de productos.
Según la evolución anual de Acotex de enero de 2023 a abril de 2024, la industria crece en valor, pero no en volumen. No se trata de un tema de precio, sino que el volumen decrece pese a no incrementarse los precios. Todo esto se une a la sostenibilidad debido a que la moda está sujeta a cumplir los patrones sostenibles, lo que deriva en un incremento de los precios de las prendas.
Acerca de la sostenibilidad, según Euratex, Europa es el segundo exportador mundial de textiles y ropa, por detrás de China. Por lo tanto, es importante que el mercado mundial sea abierto, libre y justo con unas condiciones equitativas para todos. Otra de las peticiones es incentivar la demanda de textiles sostenibles, los cuales tienen un precio elevado, hecho que dificulta su adquisición.
Según las encuestas europeas, más de la mitad de la población no compra productos de moda sostenibles a causa del precio elevado. En este sentido, Euratex considera que para ayudar a los consumidores a comprar ropa sostenible harán falta requisitos estándar e incentivos fiscales.
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España cerró 2023 con 43.889 tiendas de moda
Si bien, el sector textil comenzó enero de 2023 con un incremento en sus ventas de un 9,9% respecto a 2022, cerró en diciembre con cifras negativas con una bajada de facturación del 9,8%, siendo agosto el mes en el que menos se facturó al descender al 11,3%, según datos del INE. Esto deja en evidencia que la moda no ha podido recuperar los cifras que logró antes de la pandemia.
A pesar de que el sector textil cerró 2023 con unos ingresos de 11.021 millones de euros, es decir, un 3,4% más que en 2022, Acotex afirma que esas cifras suponen un 39,2% menos de facturación que en 2019, año en el que se alcanzó una facturación de 18.078 millones de euros.
Puntos de venta
En lo referente a los puntos de venta, mientras que en 2019 hubo un total de 61.891 establecimientos textiles abiertos en España, 2023 cerró el año con 43.889 espacios enfocados en moda, es decir, 18.002 tiendas menos que en el período anterior a la pandemia y 100 menos que en el ejercicio de 2022.
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Las ventas online crecieron 1,6 puntos en 2023 respecto a 2022
En 2023, el ecommerce creció en España dejando atrás dos años de estancamiento. El peso de las ventas online ganó 1,6 puntos en comparación con el ejercicio del año anterior hasta situar el incremento en el 22,8%. Estos datos forman parte de un informe online en España de 2024 realizado por Kantar y Mckinsey & Company.
En este sentido, este es el segundo año consecutivo que el sector moda supera la cuota de mercado, siendo el calzado, según Kantar, el que se posiciona como la categoría de mayor crecimiento de la venta online. La cuota de las ventas del ecommerce pasó del 27,8% en 2022 al 29,2% en 2023. Por su parte, los accesorios están en segundo lugar, tras aumentar cerca de dos puntos y situarse en el 23,8%. Además, las prendas de vestir retoman su crecimiento tras el estancamiento de 2022 y recuperan 1,8 puntos hasta alcanzar el 20,7% de cuota de mercado.
Anteriormente a estos hechos y como consecuencia directa de la pandemia, hubo un impulsó del aumento temporal de las ventas del comercio electrónico para satisfacer las necesidades de compra de un consumidor que se encontró con las tiendas cerradas. Sin embargo, la vuelta a la vida real consiguió alinear las ventas digitales con las procedentes de los establecimientos físicos, pero esos cambios estrepitosos influenciaron en los hábitos de compra venideros.
Mientras que el gasto medio se ha mantenido en cerca de 55 euros, algunas actividades han experimentado cambios. Por ejemplo, el teletrabajo aumentó el gasto del mobiliario y equipo del hogar. Sin embargo, en lo referente al textil y el calzado, categoría que mantuvo una fuerte presencia en el universo digital antes del Covid-19, este sector experimentó un impulso adicional durante la pandemia.
Este hecho sugirió un cambio en los hábitos de compra de ropa y calzado entre los consumidores, probablemente impulsado por la comodidad y la variedad que ofrecen los distintos ecommerces. Consecuentemente y a cuatro años de este suceso mundial, a principios de 2024, la cuota de mercado se multiplicó por dos alcanzando cerca de un 20% del consumo en este segmento.
Volviendo al período actual, el gasto medio de los españoles fue de 226,1 euros por consumidor en 2023. En línea con todo esto, en España, las ventas a través del comercio electrónico supusieron un 19,9% del total y el sector con mayor volumen de ventas fue el de la moda al generar 4.700 millones de euros. Estos datos fueron recopilados por la consultora emarketer, la misma que determinó que los servicios auxiliares y la intermediación financiera obtuvieron 3.500 millones de euros de beneficios.
Así es como el ecommerce de moda en España continúa avanzando de manera lenta. La penetración online en el sector, que en 2022 se situó en un 17,4% alcanzará el 19,7% en 2026 por debajo de la media mundial y sin llegar tampoco a la media europea, según el pronóstico de Euromonitor.
Mientras que en 2023, se estimó que las ventas online de prendas de ropa y calzado en España crecerían un 7,8%, en 2024 se estimó que tendría un alza de 1,5 puntos porcentuales con un 6,3% de crecimiento. En este aspecto, el comercio digital en el sector continuará reduciendo su ritmo con un salto del 5,8% y, en 2026, el alza será del 5,3%, cinco décimas por debajo, hasta alcanzar cifras de 5.581,1 millones de euros.
Estimaciones de venta hasta 2027
Por su parte, Euromonitor estimó que las ventas de prendas de moda y calzado en España se elevarían un 3,6%, hasta 26.083,5 millones de euros, y reducirán su crecimiento año a año: en 2024, su alza será del 3%; en 2025, del 2,5%; en 2026, del 2,1% y, en 2027, sólo se elevarán un 1,9%, hasta una cifra de negocio de 28.667,5 millones de euros.
El informe de Kantar refleja que en 2023 los productos rebajados ocuparon sólo el 38% de las adquisiciones de moda online en España, lo que supone un descenso de 6,3 puntos porcentuales respecto a 2022. Por detrás del sector textil, uno de los que reinan en el universo del ecommerce en el que la mayoría de sus compradores tienen edades entre los 35 a 33 años, se encuentran las agencias de viajes y los operadores turísticos que generaron ingresos de 2.700 millones de euros en 2023 con una facturación total del 11,2%.
Los resultados reflejan cómo el consumidor español apuesta por la diversificación de la actividad comercial electrónica. En otro orden de cosas, el gasto medio de los españoles en compras de moda online supera ya los 200 euros. En cuanto a los productos de moda donde el comercio electrónico tiene más peso en relación a las ventas totales, estos son, por orden, el calzado, los accesorios, la ropa y los productos textiles para el hogar.
Finalmente, el rápido auge del ecommerce entre la población nacional, la creciente confianza de los consumidores en los sistemas de pago electrónicos y el auge del uso de los dispositivos móviles para realizar compras por Internet, han sido algunas de las claves del desarrollo del sector a nivel nacional.
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El gasto medio de los españoles rozó los 310 euros en 2023
Todo parece apuntar a que el sector se estancó y según Kantar, los jóvenes gastaron un 1,7% menos en productos textiles que el ejercicio del año anterior. Estos hechos asociados a los cambios en los hábitos de compra de los españoles ocasionan que gasten un 33% menos de media que en 2008, es decir, de los 584 euros de media se han pasado a 393 euros.
Estos resultados subrayan una evidencia. Desde el aterrizaje de la pandemia, España gasta menos en ropa, un hecho que se sustenta en que, al cierre de 2023, la moda seguía representando el 4% del total del gasto medio de los españoles cuando en 2016 era del 12%.
Aunque según Acotex los datos se incrementaron en 2023 respecto a 2022 con un aumento del 4,89%, el sector textil no llegó a los niveles anteriores a la pandemia y mucho menos a los alcanzados en 2006. En 2023, las familias españolas gastaron de media 922 euros frente a los 1.256 euros que dejaban en el sector textil antes de la llegada del Covid-19.
Aun así, el gasto medio en España pasó de los 298 euros de 2022 destinados a la moda a rozar los 310 euros en 2023, generando un pequeño crecimiento. En este terreno, el País Vasco es la zona que más invirtió en ropa al destinar 414 euros de media. Le sigue de cerca la Comunidad de Madrid con 377 euros y Cantabria con 368,5 euros. Por lo contrario, las Islas Canarias y las Islas Baleares son las que menos gasto destinaron al sector moda. Todo lo contrario a Cataluña y Andalucía, quiénes también se coronaron como las regiones con mayor cuota de facturación.
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En 2023 hubo un recorte de personal de 800 trabajadores
El sector textil cerró 2023 con una plantilla de 48.600 empleados y un descenso del 2% frente al número de trabajadores que tenía en el primer trimestre de 2023. La caída fue del 17,3%. De esta manera, 2024 comenzó con mal pie en la confección al empezar con 35.400 trabajadores, lo que supone un 38,4% menos que en los primeros meses de 2023.
En este sentido, según datos facilitados por el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, sólo el calzado logró engordar su plantilla con un alza del 3,8%. Si comparamos con diciembre del año 2022, el empleo del sector de la moda descendió hasta un 0,6% y un 2,5% menos que en el ejercicio del año anterior.
No obstante, España ha vuelto a superar los 21 millones de personas ocupadas en este período, lo que supone un incremento del 3% en comparación con el primer trimestre de 2023. Sus mayores contrataciones en el sector textil han tenido lugar en la Comunidad de Madrid con más de 44.700 personas empleadas. Por otro lado, el mayor descenso ocurrió en el País Vasco con una caída de 39.200 personas ocupadas.
En lo relacionado con el paro, la mayor bajada se registró en Canarias, con un descenso de 14.500 personas menos y el mayor incremento en Islas Baleares, con un alza de 28.300 empleados más. Si bien la mayoría de los empleados están contratados bajo el Régimen General, se mantiene el número de autónomos respecto al año anterior. Sin embargo, el número de empleados está por debajo de 2019 con casi 6.000 personas empleadas menos en el sector textil que en el período anterior al Covid-19, momento en el que el número de afiliados se situaba en las 137.000 personas. Sólo del 2022 al 2023 hubo un recorte de personal de 800 personas.
Mejoras laborales
En base a las mejoras de las condiciones de los trabajadores en el sector textil, Euratex realizó una primera reunión el pasado 27 de febrero de 2024 para demandar la subida mínima mensual del 5% más, así como que el salario base superior fuese mayor al mínimo interprofesional con la finalidad de establecer una unificación en las tablas salariales. También solicita un bono de 250 euros, como mínimo, a aquellos trabajadores que trabajan fines de semana o festivos.
En esta línea, Euratex estableció las políticas que se deben tomar en cuenta. “Europa debe crear políticas que mejoren la competitividad, en lugar de crear cargas administrativas”, afirma el manifiesto de la asociación. Además, se debería crear un entorno favorable para fomentar la educación y el empleo de un sector en el que más del 30% de los empleados en el sector textil tiene más de 50 años. También, exige a la UE inversión en innovación y digitalización como claves para que España se convierta en un país europeo competitivo.
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Revolución en el sector textil: De la 'pop up store' al concepto ‘fast fashion’
El sector de la moda ha evolucionado en los últimos años yendo al compás de la demanda de los consumidores y generando la transformación de las tiendas físicas como se conocían tradicionalmente a establecimientos en los que conviven lo físico con lo digital. Sin embargo, en España la tendencia de las pop up stores sigue en alza. Aunque no son un concepto nuevo, estas tiendas efímeras que se abren temporalmente, generalmente por ecommerce que no disponen de tienda física permanente, se han convertido en una herramienta estratégica para diversas marcas y sectores
Estas tiendas efímeras pueden surgir en cualquier lugar, bien sea un antiguo cine de una ciudad o un almacén permitiendo crear una experiencia de compra única y un sentimiento de exclusividad, que a su vez es capaz de generar expectación a través de un diseño innovador a los consumidores. Todo ello con una combinación entre lo físico y digital para que los visitantes puedan aumentar su interactividad y participación.
Entre los beneficios que una pop up store puede generar a una marca destacan el refuerzo del marketing experiencial y el branding a través de la creación de experiencias de marca memorables. Otra de ellas es la posibilidad de probar si los productos, estrategias de precios o los nuevos conceptos de marca lanzados funcionan debido a que se obtiene comentarios inmediatos de los clientes. En base a esto, estas tiendas efímeras son una forma ágil de hacer un análisis de mercado. Aliexpress, Amazon o Shein, son algunos de los ecommerce que han abierto sus respectivas pop up store.
En lo referente a la fast fashion cabe destacar que compañías como Zara están apostando por esta estrategia rápida y barata con la finalidad de incrementar el consumo de ropa y aumentar sus ventajas respecto a la competencia. De esta forma, se apela por un modelo de rotación de las ofertas en prendas de vestir en el que los consumidores tengan mayor variedad donde escoger y no se vean tan limitados.
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Pacto textil europeo. Nuevas medidas en 2025
La producción textil utiliza mucha agua. Para elaborar una sola camiseta de algodón, se necesitan 2.700 millones de litros de agua dulce, lo que equivale al consumo de agua que una persona bebe en dos años y medio. Según datos del Parlamento Europeo, el consumo textil por habitante medio de la Unión Europea (UE) requirió una media de 391 kg de materias primas, nueve metros cúbicos de agua y 400 metros cuadrados de tierra, lo que causó una huella de carbono de unos 270 kg.
El 20% de la contaminación mundial de agua potable es provocada por la producción textil, a través de tintes y productos de acabado. Como recoge el Parlamento Europeo, la mayoría de los microplásticos de las prendas se liberan durante los primeros lavados, por lo que la moda rápida, también conocida como fast fashion, es responsable en gran parte de que se produzcan muchos de estos primeros lavados. “Una sola carga de poliéster puede verter 700.000 fibras microplásticas que pueden llegar a la cadena alimentaria”, recoge la UE. El lavado de materiales sintéticos lleva a la acumulación anual de más de medio millón de toneladas de microplásticos en el fondo de los océanos. A ello, se suma que la industria de la moda es responsable del 10% de las emisiones mundiales de carbono, más que los vuelos internacionales y el transporte marítimo combinados.
Además, se une el comportamiento de la sociedad y de las propias compañías, a la hora de deshacerse de la ropa no deseada, puesto que suelen tirar al contenedor de residuos alimenticios las prendas en lugar del contenedor correcto de textiles o donarla. Según la UE, menos de la mitad de la ropa usada se recoge para ser utilizada o para que sea donada, mientras que sólo el 1% se recicla en ropa nueva, porque las tecnologías que permiten reciclar la ropa en fibra vírgenes se están desarrollando en la actualidad, además de otros problemas a la hora de reciclar, como, por ejemplo, que los ciudadanos tiran la ropa no deseada sin estar cubierta por una bolsa lo que puede deteriorar los productos del interior, así como también los ciudadanos quitan las etiquetas, y muchas empresas necesitan esa información para el reciclaje.
Menos ‘fast fashion’ y apostar por la circularidad
La Comisión Europea presentó en marzo de 2022 una nueva estrategia de acción para hacer que las prendas sean más duraderas, reparables, reutilizables y reciclables, y así hacer frente a la moda rápida. Se establecieron, entre otras cosas, nuevos requisitos de diseño ecológico para los productos textiles, información más transparente para el usuario, un pasaporte digital de cada producto y mayor responsabilidad por parte de las compañías.
Más medidas legislativas
En junio de 2023, los eurodiputados se reunieron nuevamente para pedir a la Comisión y a los países miembros acabar con la cultura del fast fashion y ayudar a los ciudadanos a tomar decisiones de compra más sostenibles y conscientes.
Con 600 votos a favor, la nueva estrategia propone medidas para que las prendas vendidas en la UE sean más duraderas y fáciles de reutilizar, reparar y reciclar. «La producción textil debe ser más ética, respetando los derechos humanos, sociales y laborales, además de los animales y el medioambiente, en toda la cadena de suministro», según el Parlamento Europeo. El documento recoge la prohibición de destruir el género no vendido o devuelto, así como también trata el tema de los residuos, en el que se detalla que a partir de enero de 2025, las empresas, especialmente las grandes compañías, deberán contar con contenedores especiales en sus centros porque será obligatorio la recogida de residuos de manera individual.
En este nuevo horizonte, la nueva normativa europea en torno a la industria de la moda presenta cambios en la fabricación, comercialización y diseño de las prendas. Como ya se adelantaba en 2022, en la estrategia renovada, los artículos deben cumplir unos requisitos mínimos en su producción para permitir su venta en la UE, la implementación de un pasaporte digital del producto con información detallada para el consumidor, así como también se va regular el greenwashing. Desde el 1 de enero de 2025, además del contenedor textil obligatorio en las grandes empresas, todas las compañías que quieran vender en Europa, tendrán que pagar una tasa. Además, la tecnología también entra en juego, ya que el impacto medioambiental se medirá para controlar los niveles de contaminación.
‘Pacto Verde Europeo’. Objetivos de aquí a 2050
La Comisión presentó su estrategia de la UE para los textiles sostenibles y circulares el pasado 30 de marzo de 2022, para abordar el ciclo completo de los productos de confección y proponer medidas, con el fin de hacer realidad el compromiso de ‘Pacto Verde Europeo’. En este pacto, se recoge que de aquí a 2050, Europa debe ser el primer continente climáticamente neutro, debe reducir al menos un 55% las emisiones de gases de efecto invernadero de aquí a 2030, frente a los datos de 1990, y deben plantarse 3.000 millones de nuevos árboles en la UE hasta 2030.
Aquí, la entrevista con Ignacio Sierra, director general corporativo de Tendam, quien habla, entre otros temas, de la nueva legislación textil en Europa.
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Tendencias. De la sostenibilidad a la IA
En un momento en el que las redes sociales se han convertido en grandes aliadas de la moda online, gracias a escaparates como Instagram o TikTok donde residen las nuevas tendencias y las marcas realizan sus promociones. Los influencers son generadores de contenido clave para promocionar los productos. Nombres como Paula Echevarría, Dulceida o María Pompo resuenan con fuerza entre las empresas textiles que quieren llevar cabo sus campañas.
Entre las tendencias textiles del momento sobresalen las sudaderas con capucha, las camisetas extragrandes, así como los accesorios deportivos como zapatillas y mochilas. Aún así y debido a su vínculo con la salud y el bienestar de los clientes potenciales, han destacado los pantalones de yoga, los leggins, sujetadores deportivos y la ropa deportiva elegante.
Moda sostenible
En un contexto en el que la moda sostenible es una tendencia significativa que demanda el consumidor del sector textil, las marcas priorizan los materiales ecológicos a través de prácticas de fabricación éticas e iniciativas que impulsen el comercio justo. En esta tesitura, destaca el algodón orgánico, las telas recicladas o los productos libres de experimentos con animales. En este aspecto, es clave la reutilización de materiales para contribuir a una economía de moda circular.
En este punto, las marcas se esfuerzan por integrar prácticas sostenibles en todas sus fases de producción, desde la elección de los materiales hasta la gestión de los residuos, llevando a la moda hacia la responsabilidad social y ambiental abrazando, a su vez, la diversidad y la inclusión.
Además, las marcas de moda apuestan por la fusión de estilos vintage con toques futuristas. De esta manera, la ropa nostálgica que recuerda a décadas pasadas se mezcla con tejidos más vanguardistas hasta el punto de crear una armonía entre lo clásico y lo contemporáneo.
Moda de género neutro
En lo referente a las texturas y colores, hay mayor diversidad al crear combinación de colores y texturas menos convencionales. Otro de los factores es la moda de género inclusiva en la que existe una línea muy delgada entre la ropa de hombre y mujer generando que las prendas textiles no tengan género y no estén atadas a restricciones. Así es como las marcas celebran la individualidad y diversidad a través de estilos unisex, siluetas sin género y paletas de colores neutros que representan a un rango amplio de clientes potenciales. En esta tesitura, las prendas textiles son capaces de adaptarse a diversos tipos de cuerpos, asegurando que la moda sea accesible y favorecedora para todos.
En otro apartado, los colores y patrones llamativos están marcando tendencia, especialmente los tonos neón, amarillos, brillantes y rosas vivos, pero tampoco desaparecen los estampados de animales y florales. Además, emerge la combinación de múltiples colores en una sola prenda, una tendencia que dota de dinamismo al producto textil.
Por otra parte, el calzado también experimenta una gran popularidad. Las zapatillas, chanclas y sandalias con suelas acolchadas, así como los diseños ergonómicos se adelantan a las tendencias actuales. En relación con el respeto al medio ambiente, las marcas optan por opciones de cuero de origen vegetal, amortiguación sostenible y la comodidad de sus clientes.
Además, la moda inspirada en lo “retro”, los estampados vintage, pantalones de talle alto, las gafas de sol extragrandes y los accesorios llamativos han vuelto a los armarios de los clientes. También la moda minimalista y atemporal dota a las prendas textiles de cierta versatilidad para poder combinarlas fácilmente. No obstante, las lentejuelas, los acabados metálicos y las texturas de terciopelo también están ganando terreno entre la ropa y los accesorios de 2024.
Moda “smart”
Por otro lado, tecnología y moda convergen con la presencia de prendas inteligentes, textiles innovadores proporcionando una experiencia al consumidor potencial que va más allá de lo meramente estético. En este sentido, la fabricación de textiles con sensores incorporados, así como la tecnología de realidad aumentada en prendas de vestir, ofrecen oportunidades en la moda, un sector en el que la demanda en productos personalizados por parte del consumidor continúa en aumento.
En base a esta personalización, la tecnología de fabricación avanzada permite la elección de los colores y diseños hasta la posibilidad de adaptar las prendas a las medidas exactas de cada cliente. En otro orden de cosas, la robótica y la automatización están mejorando la eficacia de la producción de las prendas de vestir. Además, la implementación de nuevos materiales sostenibles y funcionales permiten textiles reciclados o más resistentes al agua o con capacidades de auto-reparación.
En vistas a todo esto, la sostenibilidad y la integración de tecnologías inteligentes, así como el auge de la robótica están dado espacio a la innovación y la adaptabilidad, conceptos clave de 2024 al que se suma la personalización, no sólo como respuesta de la demanda de un consumidor activo, sino también como una necesidad en la que se apuesta por la producción con materiales reciclados, la ética y la transparencia.
La fusión entre tecnología y moda, está surgiendo como una tendencia notable. Los wearables se incorporan a las prendas con características como seguimiento de la actividad física, control de temperatura y telas interactivas. No obstante, una de las tendencias que ha sonado con fuerza en todos los sectores y que también se ha colado en la industria textil ha sido la inteligencia artificial, clave para la eficiencia, la personalización y la agilidad.
Sepiia, es un ejemplo de firma textil que trabaja con tecnología en el desarrollo de sus nuevas prendas. En la última jornada de Best!N Retail Marketing Summit, celebrada el 3 de julio, la directora de marketing de la compañía, Verónica Olivares, habló del proceso de trabajo que hay detrás de las colecciones, las cuales son conocidas porque no se arrugan, no se manchan de sudor o evita el olor.
La cultura y la ética en la moda
Además, la moda se nutre de la riqueza cultural de todo el mundo y los diseñadores se inspiran en tradiciones de diversos países. Mientras que las tendencias de invierno giraban alrededor de prendas de ropa de colores como el marrón, el beige y el camel; en verano sobresalen los estampados florales y tropicales añadiendo un toque de frescura. De esta manera, los principales materiales de 2024 son el lino y el algodón orgánico.
Aparte de la sostenibilidad integral, la transparencia en la cadena se convierte en una norma permitiendo a los consumidores conocer el origen de los materiales, las condiciones de trabajo y las prácticas comerciales de las marcas. Además, en 2024 la moda celebra la diversidad en todas las formas presentando modelos de diferentes orígenes, tallas y edades para reflejar esa variedad que existe entre sus audiencias.
De esta manera, la moda se compromete a ofrecer condiciones de trabajo justas y seguras al garantizar que los trabajadores reciban salarios dignos y trabajen en ambientes seguros. En otro orden de cosas, la moda de 2024 promueve el diseño de prendas textiles duraderas y atemporales revelándose contra la moda efímera y fomentando la calidad antes que la cantidad.
Según The State of Fashion 2024 publicado por Business of Fashion y Makinsey, las previsiones de moda a nivel mundial para este 2024 circulan sobre un crecimiento de ingresos del 2% al 4%, siendo el segmento de lujo el mayor beneficiado económicamente.
En una industria en la que el lujo se queda con el 36% de las ganancias económicas, la incertidumbre y la inflación ocasionan un crecimiento moderado en las ventas que también es consecuencia directa de la débil confianza de los clientes potenciales hacia las marcas. Así ha evolucionado un sector que en 2024 sigue enfrentándose a obstáculos económicos, cambios tecnológicos y un panorama competitivo en el que el las prioridades del consumidor seguirán marcando las pautas.
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