Texto / Pilar Chacón
Fotos / Empresas y Archivo
Cambios acusados en retailers y operadores configuran la nueva etapa de la supply chain como analiza este informe de D/A Retail
Los problemas vividos en la cadena de suministro han motivado a más empresas a considerar el acortamiento de su supply chain, al tiempo que el sector Retail continúa reforzando su red logística, incorporando nuevas tecnologías que otorguen robustez a la cadena para adaptarla a los imprevistos propios de un entorno VUCA.
El retador entorno macroeconómico no desincentiva el apetito inversor por los activos logísticos. Según datos de la consultora CBRE, el segmento industrial y logístico concentró en 2022 entre el 12% y el 14% de la inversión inmobiliaria que se movió en el país en el último año. En el caso de los activos logísticos, el año finalizó con 1,2 millones de metros cuadrados contratados solo en la zona centro peninsular.
La buena sintonía de la inversión se observó a lo largo del año. En la primera mitad de 2022, la inversión inmologística alcanzó los 1.175 millones de euros en España, un 18% menos que en el mismo periodo de 2021 pero la tercera cifra más alta alcanzada hasta la fecha. Según los datos manejados por la consultora CBRE, en los primeros seis meses del año la contratación de activos logísticos ascendió a los 1,48 millones de m2., cifra a la que han contribuido los movimientos vistos en ciudades como Zaragoza, Sevilla, Bilbao y Valencia. En esta última, el total de superficie contratado alcanzó los 270.000 m2, un 112% más que en el mismo periodo de 2021. Acompañando a la contratación, se encuentra el precio, que continuó la tendencia alcista observada en el tercer trimestre del pasado año.
El mayor interés por los activos logísticos también se observa en Europa. Según cifras de Savills, la inversión en el sector logístico europeo en el primer trimestre del año se situó en los 14.300 millones de euros, superando la cifra récord alcanzada en el primer trimestre de 2021, cuando la inversión en este tipo de activos se posicionó en los 11.500 millones.
El segmento industrial y logístico concentró en 2022 entre el 12% y el 14% de la inversión inmobiliaria total
La consultora se muestra optimista en su previsión para el resto del año, previendo alcanzar los 60.000 millones de euros en Europa a finales de 2022 – un dato similar a como terminó 2021, con 62.000 millones-. Por mercados, los mayores volúmenes de inversión se registraron en Alemania, con 4.100 millones, y Reino Unido, con 2.900 millones, ambos países siendo responsables del 50% de la inversión total. En España, la inversión logística alcanzó los 725 millones, un 7% más que en el último trimestre de 2021.
Respecto a la contratación en el Viejo Continente, se contabilizan 10 millones de m2 alquilados en los tres primeros meses del año, un 28% por encima de la media de los últimos cinco años. Según la consultora, este mayor interés en los activos logísticos responde al impulso de las ventas ecommerce otorgado por la pandemia, además de la mayor necesidad por parte de las empresas de disponer de más espacio de almacenamiento y asegurar así la cadena de suministro.
También incentiva la inversión la falta de stock disponible, a pesar del incremento de las contrataciones. Desde Savills prevén que la escasa oferta en el continente continúe reforzando la demanda de los inversores por los activos industriales. Es precisamente esta falta de stock lo que está ejerciendo una presión al alza de las rentas prime, que han registrado un aumento medio del 5,9% en los últimos doce meses. Aún así, el aumento de los costes de financiación ha provocado que las rentabilidades de los activos prime hayan alcanzado su nivel más bajo.
De cara a 2023, se prevé que los activos logísticos continúen como uno de los segmentos inmobiliarios más interesantes para los inversores. De acuerdo a las previsiones de BNP Paribas Real Estate, “a partir de 2023, serán los proyectos llave en mano y, en general, las plataformas configuradas a medida de un operador concreto, los que recibirán un mayor interés inversor ante las condiciones del mercado inmobiliario, marcado por un incremento de costes y riesgos que, a su vez, generan una presión al alza en las rentas”. Subirá en un 20% la cartera de activos inmobiliarios logísticos de ecommerce, lo que elevará la superficie de almacenaje y una mayor capacidad de absorción de distribución de mercancías.
En 2023, subirá en un 20% la cartera de activos inmobiliarios logísticos de ecommerce
Como muestra de este apetito inversor en los activos logísticos, destaca el cambio de foco de Pontegadea, el family office de Amancio Ortega. En septiembre, la compañía inversora del fundador de Inditex dedicó cerca de 900 millones de euros para la adquisición de siete centros logísticos en Estados Unidos, situados en los estados de Tennessee, Carolina del Sur, Virginia, Pensilvania y Texas, sumándose a los almacenes de Pensilvania y Wisconsin, adquiridos anteriormente por un total de 180 millones. Hasta ahora, la empresa de inversión de la familia Ortega centraba su interés en los activos del sector terciario (oficinas, hoteles y Retail).
El mayor volumen de ventas generadas en el comercio online está incentivando a varias cadenas de supermercados a reforzar su operativa logística de ecommerce. Así ocurre con Condis. El pasado verano, la cadena regional inauguró su almacén logístico de Montcada i Reixac, en Barcelona, diseñado para cubrir la demanda online de la mitad del territorio catalán y dar respuesta a las mayores ventas registradas en su ecommerce.
El nuevo centro, que cuenta con una superficie de 2.800 m2, concentra las actividades de preparación y reparto de pedidos ecommerce que hasta el momento se realizaban en dos ubicaciones distintas: en el almacén central de la compañía en Montcada i Reixac y en Sant Andreu, este último habilitado como consecuencia de la alta demanda del canal online durante la pandemia. Con una inversión de 1 millón de euros, el nuevo almacén dispone de cerca de 7.000 referencias y gestiona 9.000 entregas al mes.
Otro supermercado que continúa ampliando su red de centros logísticos para su tienda online es Mercadona. En mayo, la firma que dirige Juan Roig puso en marcha su cuarta colmena en Alicante, a través de la cual gestiona los pedidos online de la ciudad valenciana y Murcia. Mercadona aplica este modelo logístico a zonas con alta densidad de pedidos ecommerce, como sucede en Valencia, Barcelona y Madrid, ciudades donde ya dispone de una colmena. En aquellas regiones donde la cadena de supermercados cuenta con menos volumen de transacciones online, la compañía está probando en Castellón y Tarragona un nuevo modelo basado en el reparto desde la tienda física. Un sistema que podría extenderse a medio plazo a otras ciudades.
Quien ha tenido que dar marcha atrás a la apertura de nuevos centros es Amazon. El gigante del comercio online informó este verano que paralizaría la construcción de nuevos almacenes en Reus (Tarragona), Girona, Vitoria y Sevilla, un total de 150.000 m2 que aún se hallaban sin firmar o en fase muy embrionaria y cuya paralización se producía ante la necesidad de reducir costes operativos para su ejercicio de 2022. Una decisión que la compañía estadounidense también tomó en su país natal en julio, cuando anunció el retraso de la apertura de al menos 12 centros de distribución a tenor de la caída de la actividad de ecommerce que experimentó en el primer trimestre y que dejaba a la compañía un exceso de capacidad de almacén.
Amazon ha tenido que paralizar la construcción de nuevos almacenes en España, como ya hizo en Estados Unidos
También aprovechará la ampliación de su centro logístico para la venta online y su expansión en otros mercados Mango. Después de haber finalizado las obras de ampliación del almacén de Lliçà d’Amunt (Barcelona), y que ha supuesto una inversión de 88 millones de euros, la firma de moda puso en marcha este verano la instalación de sistemas de intralogística dentro del almacén. Las nuevas instalaciones entrarán en funcionamiento en 2023 y servirán a la compañía para centralizar toda su operativa online.
Por otro lado, los supermercados hard-discount de origen alemán, Aldi y Lidl, se encuentran en expansión en el norte de España y esta hoja de ruta ha incentivado a ambas compañías a abrir nuevos centros logísticos.
En abril, Aldi inauguró su almacén situado en Miranda de Ebro (Burgos). Con una superficie de más de 40.000 m2 y una capacidad de almacenamiento de 24.000 palets, la nueva plataforma está diseñada para poder expedir hasta 500.000 palés al año. Cuenta con cerca de 90 muelles de carga y domótica y placas fotovoltaicas para generar hasta 600 kW de electricidad consumida diaria. Estará plenamente operativa a finales de 2023.
Un mes antes Lidl presentó su nuevo modelo de almacén logístico en Nanclares de la Oca (Álava), reemplazo del ubicado en Llodio, en la misma provincia. Con una superficie de 53.000 m2, dispone de más de 120 muelles de carga y descarga y capacidad de almacenaje de 40.000 palés, lo que le permite abastecer a las más de 90 tiendas que posee en País Vasco y otras de Cantabria, Castilla y León, La Rioja o Navarra.
El nuevo centro, que ha supuesto para la cadena de supermercados una inversión de 75 millones de euros, es además el primer centro logístico de tipo modular de Lidl en nuestro país. Es decir, todos los muelles de carga pueden emplearse tanto para recibir como para expedir mercancías gracias a una tecnología que optimiza su uso y disponibilidad en tiempo real.
Más allá de aumentar o reducir el número de centros logísticos que forman su red, son numerosas las empresas que han empezado a considerar el acortamiento de su cadena de suministro ante los problemas logísticos vividos en los últimos años. Según datos del estudio European Real Estate Logistics Census, elaborado por Savills y Tritax Eurobox plc., un 40% de empresas cliente de operadores logísticos estudia acortar o redistribuir su cadena de suministro con el objetivo de mitigar riesgos. Un 38% estima incrementar su stock; un 31% diversificar su cartera de proveedores; y un 30% invertir en automatización.
El estudio también expone cuáles han sido las principales preocupaciones de las compañías en este ámbito. A saber, el incremento de los costes y la falta de mano de obra, y sobre el primero, consideran que estos seguirán al alza a medio plazo.
Una investigación de Accenture pone cifras a este incremento de costes. Con un 90% de bienes comercializados que se transportan por mar, la pandemia de coronavirus y la guerra de Ucrania han incentivado y continuado con las congestiones en los puertos; las rutas de tráfico y los tiempos de tránsito más largos; los retrasos en el transporte por carretera y ferroviario; la falta de disponibilidad de contenedores y los mayores precios de los envíos marítimos. Lo que ha supuesto un alza de las tasas de envío 10 veces superior a lo registrado en junio de 2020.
De acuerdo con la consultora, se calcula que las pérdidas económicas debido a las disrupciones en la cadena de suministro en la Eurozona han alcanzado los 112.700 millones de euros en 2021, un 0,9% del PIB. Dependiendo del tamaño y la severidad de la guerra de Ucrania, se estima que el volumen de pérdidas para el periodo 2022-2023 sea de 242.000 millones en el escenario actual de la guerra o de 920.000 millones en un escenario de guerra prolongado, un 2% y un 7,7% en términos de PIB.
Desde JLL también han detectado la búsqueda por aproximar los centros de distribución. En su informe Descubrir el potencial de la deslocalización en EMEA señalan la tendencia de varias compañías del sector Retail e Industrial de situar todo o parte de su producción en ubicaciones más próximas, un fenómeno conocido como nearshoring. En concreto, las firmas europeas están mirando hacia Rumanía, Turquía y Marruecos como mercados alternativos a la producción en Ucrania y Asia tras meses de interrupciones de la cadena de suministro.
A los retos a los que ha tenido que hacer frente la cadena de suministro en estos últimos años se añaden otros, como la sostenibilidad o la digitalización, que presionan a las empresas para reconfigurar su modelo logístico.
Según el estudio Evolución de la logística: pasado, presente y futuro de la Universidad Oberta de Catalunya, la búsqueda por reducir la huella de carbono – asociado sobre todo al transporte-, el apoyo de las estrategias omnicanal de cada vez más retailers, y la necesidad de conseguir una cadena robusta que evite rupturas por eventos inesperados está potenciando la reconfiguración de un nuevo modelo logístico, circular y no lineal, que traiga consigo cadenas más cortas.
Varias empresas de Retail e Industrial están situando todo o parte de su producción en ubicaciones más próximas, un fenómeno conocido como nearshoring
Una teoría que también apoyan desde Accenture y que concretan en la transición de un modelo que busque optimizar costes a uno que potencie el valor y la resiliencia. “Redes reimaginadas que se centran en la seguridad del suministro y los servicios, priorizando la diversificación de fuentes. Cadenas de suministro que priorizan el incremento de la relevancia de los consumidores, próximos a estos, y con la sostenibilidad incorporada en el diseño, volviéndose circulares”, detallan en su informe From disruption to reinvention: the future of supply chain in Europe.
Este nuevo modelo está sustentado en tres claves: resiliencia, relevancia y sostenibilidad. La primera, relacionada con la visibilidad, la agilidad y unas redes robustas. “Las organizaciones pueden, de forma proactiva, gestionar riesgos e impulsar la resiliencia al construir cadenas de suministro inteligentes y resilientes que conocen los riesgos, seguras, transparentes, adaptadas, que se mueven rápido y están optimizadas”, gracias al uso de soluciones de identificación y mitigación de riesgos o el uso de simuladores, tests de estrés y opciones multi-sourcing.
Resiliencia, relevancia y sostenibilidad son las claves del nuevo modelo logístico
La segunda, centrada en la incorporación de inteligencia y agilidad en la cadena. Desde Accenture informan que una cadena de suministro relevante es inteligente y ágil, “capaz de anticiparse y adaptarse a las cambiantes condiciones de las empresas y permanecer vigentes a las expectativas del consumidor, las demandas del stakeholder y el potencial del ecosistema con datos, analítica y automatización”. Para ello, recomiendan la captura de nuevos conjuntos de datos procedentes de la interacción directa de los consumidores, tanto desde dentro como fuera de la organización y a través de toda la cadena; transitar hacia una estructura corporativa más horizontal; e incorporar herramientas de business intelligence.
Para incorporar la sostenibilidad, por último, proponen la búsqueda de fórmulas que logren un impacto ambiental y social cero de la cadena de suministro; transformar los procesos lineales en circulares que minimicen los desechos; o el uso de sistemas multiparte como blockchain para añadir transparencia a la cadena de valor.
En la búsqueda de transformar la cadena de suministro y convertirla en una a prueba de entornos VUCA, existen una serie de tecnologías que ayudarán a las empresas en este camino. Entre ellas, la robótica y la inteligencia artificial.
Según Gartner, para 2026 un 75% de grandes compañías habrán adoptado alguna forma de robótica intralogística en sus operaciones de almacén.
La falta de mano de obra y el incremento de su coste obligarán a más compañías a invertir en sistemas ciberfísicos y, en concreto, en robots inteligentes intralogísticos que pueden desplegarse en almacenes y centros de distribución. De acuerdo con la consultora, tales sistemas son más rápidos y más económicos de implementar que medios más tradicionales de automatización como las cintas transportadoras o los vehículos automatizados.
Se popularizará de igual modo la implantación de sistemas de analítica avanzada integrada (AA), inteligencia artificial (IA) y ciencia de datos, ante el mayor número de proveedores tecnológicos en incorporar en sus aplicaciones estas funciones. Aunque también serán mayoría (80%) las compañías que sufran una pérdida de valor significativa debido a un fallo en la integración de su gemelo digital de la cadena de suministro y en las iniciativas de torre de control – para más información de este último, consultar el Informe D/A Retail Logística 4.0-.
La falta de mano de obra y su mayor coste incentivarán la inversión en robots inteligentes intralogísticos
También existen previsiones positivas para la tecnología blockchain. Según datos de GlobalData, se espera que el mercado global del blockchain alcance los 24.100 millones de dólares en 2025, y un total de 198.600 millones en 2030, un crecimiento del 569,4% y 5.416,6%, respectivamente, comparado con los 3.600 millones de 2020.
Según recuerdan desde Fundación Telefónica, a pesar de que se han ralentizado la creación de consorcios que ayudan a la implantación de esta tecnología, “la visión de crear ecosistemas confiables basados en blockchain para el intercambio de información entre diferentes empresas e instituciones se ha consolidado como la solución más eficiente y eficaz a los nuevos retos de algunos sectores, como por ejemplo, la gestión de la cadena de suministro”. Aquí, la tecnología blockchain permite aumentar la flexibilidad y anticiparse ante eventos externos, como lo han sido la pandemia de coronavirus, la crisis de semiconductores, la subida del precio de los combustibles o la guerra de Ucrania.
“La digitalización de las cadenas de suministro internacionales a través de tecnología blockchain puede aportar eficiencia y transparencia, permitiendo conocer en tiempo real la trazabilidad de las mercancías, su situación en cada momento y si ha sufrido algún daño o accidente. La creación de ecosistemas confiables de intercambio de información entre los diferentes actores provee a todos ellos de una visibilidad completa del proceso, con lo que se gana mucha más flexibilidad y capacidad de reacción frente a incidencias”, afirman.
El pasado diciembre, el Ministerio de Asuntos Económicos y Transformación Digital celebró una nueva subasta de la tecnología de conexión móvil 5G a nivel nacional. Telefónica, Orange y Vodafone fueron las adjudicatarias de la banda de 26 GHz, prioritaria para el desarrollo de esta tecnología. Aunque el Gobierno lleva desde julio de 2021 repartiendo las concesiones de las bandas que permiten el despliegue del 5G, esta última ha sido crítica, ya que resulta de especial importancia para las aplicaciones industriales y logísticas.
Tras esta subasta, se prevé que las tres grandes operadoras comiencen a materializar el lanzamiento de tarifas 5G para empresas, lo que podría llevar aparejada la implantación de otras tecnologías que dependen de la primera. Es el caso del Internet de las Cosas (IoT), solución que ha acogido un 10,9% más de compañías en 2021 y de la que ya disfruta un 27,7% del tejido nacional, según datos del Instituto Nacional de Estadística. Profundizando en las aplicaciones, son mayoría (75,83%) las empresas que aprovechan los sistemas de IoT para garantizar la seguridad de las instalaciones. Le siguen un 28,71% que los emplean en la gestión del consumo de energía; un 22,08% para tareas de mantenimiento; y un 21,19% para logística.
Un 21% de empresas usan Internet de las Cosas (IoT) para aplicaciones logísticas
Aplicado en este último campo, destaca el uso del IoT en la gestión de inventarios. Gracias al uso de dispositivos conectados es posible conocer en todo momento la situación de las mercancías, las existencias disponibles o su estado de mantenimiento, entre otros. Promueve la implementación de gestiones ágiles de entrada y salida en los almacenes; facilita el trabajo en las tareas de recogida de pedidos y gestión de stock; reduce las pérdidas; y previene el mal almacenamiento de mercancías, detectando de forma instantánea irregularidades y fallos, lo que ayuda a ahorrar tiempo y a aumentar la productividad de los equipos.
Si preguntáramos a cualquier responsable de Prevención de Riesgos Laborales, por la mayor de sus preocupaciones en el área de trabajo donde confluyen mercancías, máquinas elevadoras y personas, seguramente nos responderá que, lo que más le inquieta, son los accidentes laborales que, con demasiada frecuencia, se producen en ese espacio. De hecho, la siniestralidad en los almacenes muestra una alarmante tendencia al alza durante los últimos años.
Según datos del Ministerio de Trabajo y Economía Social de España, los accidentes de trabajo con baja, registrados en la actividad del transporte y almacenaje, se incrementaron un 10,3% en 2022 con respecto al año anterior.
Carttec no es ajena a esta situación, y hace también suya esta legítima preocupación por el bienestar y la seguridad de los trabajadores, en especial la de aquellos que se ven más expuestos al riesgo por las características específicas de su empleo. De esta inquietud surge la idea de desarrollar el proyecto Crash Stopper, un sistema de seguridad activa anticolisión capaz de detectar, con absoluta precisión, la ubicación de máquinas y personas dentro del almacén, alertando de su presencia, de su proximidad y actuando sobre los vehículos para frenarlos e, incluso, detenerlos completamente antes de que cualquier percance pudiera producirse.
Desarrollado por CarttecLAB, el centro de I+D+i de Carttec, en estrecha colaboración con el área de nuevas tecnologías de la Universidad de Salamanca, Crash Stopper aporta una solución eficiente para la prevención de accidentes.
El sistema se basa en la última tecnología de banda ultra ancha, UWB, para la localización y seguimiento de activos, a través de la instalación de balizas en las carretillas, eléctricas o de combustión, y de dispositivos de seguimiento, para el personal de a pie, que pueden llevar fácilmente como pulseras o tobilleras sin que interfieran en el desempeño de su labor. Crash Stopper cuenta con la ventaja añadida de su rápida y sencilla implementación, en pocas horas pueden estar protegidas todas las máquinas y personas que trabajan en el almacén.
Al evitar los incidentes, los activos permanecen durante más tiempo en buen estado de funcionamiento, además de la mejora de la productividad de los trabajadores, que se sentirán más seguros a la hora de desempeñar su actividad diaria. El sistema cuenta con grandes ventajas entre las que cabe destacar, su fácil usabilidad e instalación, su rentabilidad, su eficacia y su contribución al incremento de la confianza por la seguridad.
Isabel Alonso, marketing and product manager de Carttec
Otra tecnología clave en el despliegue de sistemas basados en Internet de las Cosas (IoT) es la inteligencia artificial (IA), de gran ayuda para tareas como la predicción de la demanda – y por tanto, de la producción y del stock disponible-, la gestión del riesgo o la monitorización del estado de la mercancía.
Sin embargo, todavía son escasas las compañías que aplican IA en el campo de la logística. Según datos del Observatorio Nacional de Tecnología y Sociedad 2023, publicado por el Ministerio de Asuntos Económicos y Transformación Digital, solo un 9,1% de empresas del sector de transporte y logística emplean este tipo de tecnología. De estas, más de la mitad (51,7%) son compañías de más de 249 empleados, frente a un 7,4% de firmas con plantillas de entre 10 y 49 empleados.
Entre las aplicaciones, destacan la automatización de flujos de trabajo o para la toma de decisiones, con un 46,2% de empresas de más de 10 empleados que utilizan la IA; seguidas de la identificación de objetos o personas en función de imágenes, con un 39,7%. El estudio añade que solo un 0,9% de compañías del sector cuenta con trabajadores especializados en inteligencia artificial.
Solo un 9,1% de empresas del sector de logística y transporte utiliza Inteligencia Artificial
Más compañías aprovechan las tecnologías de Big Data en el entorno logístico. De acuerdo con el informe del Ministerio de Asuntos Económicos y Transformación Digital, un 24,6% de empresas del sector han implantado tecnologías de Big Data, el mayor porcentaje entre los sectores analizados. Por tamaño de empresa, un 37,9% de empresas con más de 249 trabajadores cuenta con estas tecnologías, frente al 17,1% con plantillas de entre 50 y 249 empleados, y al 6,3% de las que tienen entre 10 y 49 asalariados. A nivel general, la geolocalización a partir de dispositivos móviles es la fuente de Big Data más utilizada (55,3%), seguido de los medios sociales (48,6%).
