Heineken estima unas pérdidas de 300 millones de euros hasta junio
Las consecuencias de la crisis sanitaria en las grandes marcas del mundo comienzan a ver la luz. Heineken, que engloba enseñas como Cruzcampo, Amstel, El Águila, Guinnes o Paulaner, estima unas pérdidas de 300 millones de euros en el primer semestre de 2020, acompañado de un impacto negativo de 550 millones por amortización de activos tangibles e intangibles.
El próximo 3 de agosto la cervecera holandesa publicará sus resultados económicos, pero la compañía ha anunciado unas pinceladas de los efectos de la pandemia mundial en su cuenta de resultados. Según un comunicado, Heineken espera una caída del 16,4% de sus ingresos en la primera mitad del presente año antes de aspectos extraordinarios y amortizaciones (BEIA), como consecuencia de la bajada del 13,4% de los volúmenes de comercializaciones y del 3,6% de la facturación neta por hectolitro.
En ese sentido, la empresa calcula que su beneficio neto operativo semestral, antes de amortizaciones y otros extras, caerá un 52,5%, mientras que el beneficio neto (BEIA), bajará en un 75,8%.
“En la primera mitad de 2020, los mercados y negocios de Heineken se vieron significativamente afectados por la pandemia, con una volatilidad e incertidumbre sin precedentes”, han señalado fuentes de la entidad, añadiendo que el impacto de la crisis sanitaria se ha hecho más fuerte en el segundo semestre. Así, después de un abril negro, la empresa comenzó a recuperarse poco a poco en junio a medida que se levantaba las distintas prohibiciones en todo el mundo.
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