Heineken crece gracias a su cerveza sin alcohol
La marca Heineken ha crecido este 2018 un 7,7% de volumen gracias a su nueva cerveza 0.0, disponible en 38 países.
El ejercicio de 2018 ha conseguido buenos resultados de crecimiento sobre todo en la segunda mitad, con un ritmo de 11.1% debido a un aumento de los ingresos y una menor cantidad de gastos. Los datos ofrecidos por Heineken muestran que en 2018 han contabilizado unos beneficios netos de 2.424 millones de euros frente a los 2.247 millones de euros de 2017.
Tanto Heineken® Original como el éxito continuo de Heineken® 0.0 se ha mantenido en los países europeos y en países como Brasil, Sudáfrica, Rusia, el Reino Unido, Nigeria, México, Polonia y Alemania, y China. Compensaron así los volúmenes más débiles de Vietnam y los Estados Unidos. Las previsiones para 2019 sobre Heineken® 0.0 es que supere los 38 mercados en los que está presente actualmente.
El grupo contabilizó el crecimiento de dos dígitos el volumen de las marcas internacionales, Tiger, Desperados, Birra Moretti y Krušovice. Amstel solo creció un dígito impulsado por el crecimiento de Barsil, y Tecate medio dígito por la solidez de México que compenso el descenso en EE. UU.
Jean-François van Boxmeer, Presidente de la Junta Ejecutiva / CEO, comentó que estos resultados sitúan el ejercicio de 2018 como el de mayor crecimiento de volumen en más de una década. Recalca el hito que supuso en 2018 la asociación con CRE que supone la unión de fuerzas en el mercado chino.
Prioridades para 2019
En 2019 esperan mantener su tendencia de crecimiento siempre apoyando la sostenibilidad de este crecimiento en el ámbito social y ambiental. Como anunció Jean-François van Boxmeer buscan apostar por la innovación y la excelencia para ofrecer la mejor calidad a sus clientes. Para 2019 esperan un entorno incierto y anticipa unas ganancias de un dígito.
En las expectativas sobre el respeto ambiental, a finales de 2017 Heineken superó su compromiso con el CO2 par a 2020. Redujeron un 47% frente a 2008 las emisiones. Para 2030 esperan conseguir reducir el 70% todas las necesidades de energía eléctrica y térmica en producción cubiertas con energía renovable. A fines de 2018, el 15% de la energía eléctrica y térmica utilizada en la producción provino de fuentes renovables. En 2018 el consumo promedio de agua se redujo un 30% respecto a 2008, supone alcanzar la meta de eficiencia hídrica impuesta para 2020. En 2019 se presentará un nuevo programa para reducir aún más es consumo de agua para 2030.