Hábitos de compra, deseos y hechos
La actual situación económica ha transformado los hábitos de compra y consumo de los hogares. Racionales, formados e informados, los consumidores valoran aquello que consumen y el valor que les aporta. Buscan la mejor relación calidad-precio a pesar de que en una buena mayoría se declaren dispuestos a pagar más por productos alimenticios de calidad. Hasta seis de cada diez, de acuerdo a un Estudio de AIMC Marcas, son conscientes de la importancia de seguir una buena alimentación.
Por ello, muestran interés en gastar más en productos con denominación de origen controlado y en productos procedentes de granjas o de comercio justo.
Así, dos de cada tres españoles se declaran preocupados por la calidad de los productos que consume. Más marquistas que el resto de europeos y fieles a marcas de bebidas, leche, café, yogur, desodorante y champú, a la hora de comprar, precio y promociones son las variables decisorias. Datos de Nielsen Global Consumer Survey lo confirman. Consultados 29.000 consumidores que utilizan internet en 58 países de todo el mundo, solo un tercio se definen como compradores impulsivos. El resto, se mueven alrededor de cuatro ejes que definen las inquietudes ante la compra y en consecuencia, la decisión última
Precio y promociones resultan especialmente importantes. También las marcas y la calidad de los productos. Para equilibrar los factores, informarse y consultar opiniones es cada vez más habitual. Más de la mitad lo hacen, en España por encima de la media del resto de Europa. También dedican más tiempo a planificar la compra, comparar precios, fijarse en los folletos, usar cupones de descuento y utilizar las promociones en las tiendas.
Los datos de hoy mantienen la tónica de hace seis meses, expresada en la Encuesta Global Nielsen sobre la Confianza del Consumidor e Intenciones de Compra para el último trimestre del año anterior. El Índice de confianza entre los españoles es doce puntos menor que hace cuatro años, manteniéndose a la cola de todos los países del mundo. Ello se traduce en un gasto inferior en ocio fuera de casa, facturas de gas y electricidad, telefonía, ropa, o vacaciones. Junto a comprar alimentos de marcas más económicas, reducir el consumo de bebidas alcohólicas o la adquisición de tecnología, son algunas de las medidas de ahorro en la actual coyuntura.
El deseo, pagar más por productos de calidad, ecológicos, naturales o con denominaciones de origen, contrastan con los hechos. A la hora de la verdad, el descuento, el precio más bajo, las promociones o la utilización de canales alternativos de venta, más económicos, mandan. La racionalidad se ha instalado ya en la mente del consumidor y no parece que vaya a cambiar cuando la situación económica se recupere. Es de esperar que si se transforme en hechos los deseos hoy por hoy no satisfechos de cada vez mayor número de compradores. Comprar más y mejor.