Grupo Freixenet prueba el biocombustible renovable de Repsol
Durante cuatro meses, Grupo Freixenet utilizará biocombustible de segunda generación en los camiones de Serveto para transportar mercancía desde su sede a Madrid.
Grupo Freixenet y la empresa de transporte Serveto participan en una prueba piloto liderada por Repsol para contribuir a la descarbonización del transporte de mercancías a través del uso de biocombustibles renovables.
La prueba piloto, en la que las tres compañías colaborarán durante cuatro meses, servirá para probar el transporte de mercancías por carretera usando biocombustible de segunda generación. Este tipo de biocombustible se genera con aceites procedentes de residuos, como aceites de cocina usados, y permite reducir las emisiones de dióxido de carbono en un 85%.
Para su fabricación, Repsol está construyendo la primera planta de la península ibérica de biocombustibles avanzados en Cartagena (Murcia), un proyecto que cuenta con el apoyo del Banco Europeo de Inversiones y que tendrá una capacidad de 250.000 toneladas.
En la prueba piloto, Grupo Freixenet realizará los trayectos entre su sede central, situada en Sant Sadurní d’Anoia (Barcelona) y Madrid con camiones de Serveto, propulsados por el biocombustible renovable de la empresa energética. Se trata de la primera vitivinícola en participar en este tipo de proyectos, informan.
“Llevar a cabo un proyecto de estas características con empresas de referencia como Repsol y Serveto supone un paso adelante no solo para el grupo como compañía fuertemente comprometida con el transporte sostenible y el medio ambiente, sino para el tejido empresarial español, que poco a poco va adaptándose a una nueva realidad marcada por los objetivos recogidos en el pacto verde europeo”, ha explicado Cristina Durán, responsable de logística de Grupo Freixenet.
“Sabemos que la transición energética es uno de los aspectos que debe marcar nuestra hoja de ruta y se ha convertido en fundamental para el correcto desarrollo de nuestra actividad. Grupo Freixenet es una compañía de referencia a nivel europeo, nuestro principal mercado, por tanto, la movilidad sostenible se ha convertido en una de nuestras prioridades”, ha señalado por su parte Gloria Martí, responsable de sostenibilidad y medioambiente de la vitivinícola.
La correcta aplicación de esta prueba piloto permite reducir las emisiones de CO2 en un 85% con la flota actual de vehículos sin necesidad de hacer cambios en el motor. Su principal ventaja es que pueden utilizarse en cualquier vehículo actual y aprovechar las infraestructuras existentes de distribución y repostaje. Además, se trata de una medida complementaria a la electrificación de los vehículos.