Estudio. El impacto de la COVID-19 en la cadena de suministro
Más del 80% de empresas señalan el impacto que ha tenido la COVID-19 en sus cadenas de suministro. De ahí que aumentar su resiliencia sea prioritario para seis de cada 10.
La pandemia de coronavirus ha supuesto un punto de inflexión para una mayoría de empresas respecto a su operativa. Más del 80% de compañías declara que sus cadenas de suministro han salido perjudicadas por la crisis de la COVID-19. Un 68% se han visto obligadas a adaptar su modelo de negocio, y un 62% ve prioritario incrementar la resiliencia de la cadena de suministro tras la pandemia.
Son algunas de las conclusiones extraídas del último informe del Instituto de Investigación de Capgemini, Fast forward: Rethinking supply chain resilience for a post-COVID-19 world (Mirar hacia el futuro: reconcebir la resiliencia de la cadena de suministro para un mundo post-COVID-19, en español), después de haber analizado el impacto de la crisis sanitaria en las operaciones de compañías procedentes de una variedad de sectores.
Entre los problemas más vistos por las firmas encuestadas, destacan la escasez de materiales o componentes clave (74%); retrasos en los envíos y plazos de entrega más largos (74%); dificultades a la hora de ajustar la capacidad de producción en respuesta a la fluctuación de la demanda (69%); y problemas para planificar en un contexto de volatilidad de la demanda de los consumidores (68%).
Un 55% asegura haber tardado entre tres y seis meses en recuperarse de las disrupciones sufridas en la cadena de suministro este año, y un 13% entre seis meses y un año. Datos que muestran que son pocas las empresas que están listas para cualquier posible acontecimiento inesperado que ocurra en el futuro.
No obstante, una mayoría de empresas es consciente de que necesita mejorar para ser resiliente. Lo indica el hecho de que un 84% esté adoptando medidas para mejorar su preparación ante una crisis como la COVID-19 y situarla como prioridad. Un 65% está invirtiendo en localizar o regionalizar su base manufacturera y de proveedores para reducir el riesgo y estar más cerca de los clientes. Un 68% está diversificando proveedores y un 62%,su base manufacturera.
También es un dato indicativo del cambio de mentalidad el hecho de que un 55% de compañías planea incrementar su inversión en tecnologías que ayuden a ganar resiliencia en la cadena de suministro. En este sentido, un 47% afirma estar acelerando sus inversiones en automatización y un 39%, en robótica.
Conseguir una cadena de suministro más sostenible también se encuentra entre las tareas prioritarias para un 77% de empresas, que aseguran estar acelerando sus inversiones en este aspecto a tres años vista, siendo la logística y la producción los segmentos prioritarios.