Escenario ecónomico según CEPREDE. Más sombras que luces
Esta mañana se ha celebrado en toledo la 61 Junta semestral de Predicción Económica de Ceprede. Después de un amplio, los asistentes, analistas y directivos de importantes instituciones, han llegado a unas conclusiones no muy esperanzadoras para la economía española. Como escenario base, el crecimiento de nuestra economía en 2012 quedará por debajo del 1% e incluso del ritmo estimado para el presente año. Para superar el 1,5% de crecimiento del PIB habrá que esperar hasta 2014.
El comercio minorista de alimentación es una de las actividades que pueden tener una evolución por encima de la media, en torno al 1% en 2012, y jugar un papel relevante en la necesaria recuperación económica. Tanto por sus interrelaciones con otras actividades, de distribución, de transporte, de las contrataciones de otros servicios, como por el empleo que generan.
Esta es una de las conclusiones del debate sobre Predicción económica de ceprede en su asamblea general celebrada esta mañana en Toledo. En la apertura del debate han intervenido Ignacio Cobo, Presidente de la Asociación de Cadenas Españolas de Supermercados (ACES), entidad patrocinadora de esta Junta semestral, Timoteo Martínez, viceconsejero de Economía de la Junta de Comunidades de Castilla – La Mancha y Antonio Pulido, presidente de CEPREDE.
Por su parte Antonio Pulido, ha comentado como la profundidad de los acontecimientos y la necesidad de poner en valor la marca España exige unir esfuerzos para incrementar la confianza. A nivel nacional se establece un escenario alternativo con horizonte de predicción de largo plazo en el que no aparecen grandes luces, sino más bien sombras, ya sea porque la consolidación fiscal tuviera que ser muy rápida para cumplir con la Comisión Europea o bien porque el entorno internacional entrase en recesión (el mencionado ‘double dip’). En concreto, cualquier contratiempo nos podría suponer quedarnos con tasas de paro superiores al 20% en los dos próximos años y crecimientos muy bajos de entre -0,4% y 0,7%.
Precisamente, por este contexto tan complejo, Ignacio Cobo como presidente de ACES ha destacado en su intervención la necesidad de que el nuevo Gobierno que se constituya establezca un marco claro para lograr la estabilidad financiera y presupuestaria. También debe abordar importantes reformas en el ámbito laboral: “no se puede seguir poniendo parches al Estatuto de los trabajadores. Hay que redefinir unas nuevas reglas de juego, con principios claros que jueguen a favor de la actividad empresarial”.
Dentro del análisis sectorial, los datos obtenidos a partir del Modelo Sectorial de CEPREDE y de las aportaciones del Panel de expertos coinciden en un panorama desfavorable y de apatía generalizada en 2011 y 2012 (-0,4% y -0,1%, respectivamente). Queda inevitablemente en entredicho la capacidad aceleradora de la demanda interna, sólo el mercado No habrá crecimiento superior al 1,5 % hasta 2014. El comercio de alimentación podría tener empresarial podría arrojar ligeros crecimientos de actividad, en 2012 todavía de mínima intensidad (≈1,4%) pero claramente por encima de la media.
Existen tres argumentos sólidos para considerar al consumo privado como protagonista 2015, la evolución demográfica, los cambios en la tipología de hogar y, la nueva estructura en los presupuestos familiares. En este sentido, ¿Qué cabe esperar en los próximos años?. Considerando los cambios anteriores, la evolución más positiva en el trienio 2011 – 2013 aparece en bienes de consumo no cíclicos (alimentación y salud), servicios especializados (comunicaciones), mercados exteriores e, inversión en racionalización y eficiencia (equipos TIC).
Midiendo la competitividad regional, mediante el indicador ISCRE que considera dieciocho indicadores reconocidos internacionalmente con la valoración de competitividad, cinco Comunidades (Navarra, País Vasco, Madrid, Cataluña y Aragón) superan la media nacional. Al margen de las CCAA líderes en este benchmarking, Asturias, Canarias, Comunidad Valenciana, Cantabria, Galicia y La Rioja, con los datos de cierre a 2011 superan los niveles de competitividad (de 2007) previos a la crisis de manera notable.