Eroski compra Caprabo

Finalmente, ha sido el Grupo Eroski quien se ha llevado el gato al agua en el proceso de venta de Caprabo. La compañía perteneciente a Mondragón Corporación Cooperativa (MCC) realizó la oferta más jugosa por la empresa y, además, se ha comprometido a mantener el nombre comercial y la sede de Caprabo en Barcelona.

El montante de la operación, cerrada el 6 de junio, no ha sido oficialmente desvelado pero, según distintas fuentes, rondaría los 1.125 millones de euros por el 75% de la compañía. Las actuales familias accionistas Elías, Carbó y Botet mantendrán el 16% de la empresa y La Caixa el 9% restante.

El acuerdo establece que Caprabo conservará su marca comercial en aquellos mercados donde su penetración es más importante: probablemente en Cataluña unicamente. Asimismo, la cadena conservará su sede en Barcelona, si bien no está claro cuáles serán las funciones de dicha sede ni si se mantendrán los puestos de trabajo en las oficinas centrales. Por su parte, Eroski extenderá su estructura cooperativa a los trabajadores de Caprabo, a los que dará la oportunidad de integrarse en el capital de la compañía, como socios.

Financiación
Eroski recurrirá a tres vías de financiación para hacer frente al pago de Caprabo. Una primera vía vendría de los recursos generados por la propia compañía (el grupo generó un cash-flow de más de 400 millones de euros en 2006). Adicionalmente, Eroski prepara una emisión de bonos (Aportaciones Eroski), que pondrá en el mercado en junio, por 225 millones ampliables a 300 millones de euros. Esta fórmula ya ha sido utilizada por Eroski en varias ocasiones desde 2002 para sufragar su expansión. Finalmente, como tercera fuente de finaciación, Eroski ha obtenido un préstamo, del que no se ha dado a conocer el importe, a través de un consorcio liderado por el BBVA.

La operación está pendiente del visto bueno por parte del Servicio de Defensa de la Competencia que, en caso de observar problemas, elevará informe al Tribunal de Defensa de la Competencia. El plazo para la resolución del expediente podría prolongarse más allá de cuatro meses. Fuentes de Eroski confirmaron a DISTRIBUCIÓN ACTUALIDAD que no descartan tener que vender cierto número de tiendas en algunos lugares de España. Navarra, Baleares y, en menor medida, Madrid son las regiones donde la presencia de ambas empresas sumadas es más relevante. Con la incorporación de los 500 supermercados de Caprabo, Eroski conforma una cadena de algo más de mil supermercados, a la que hay que sumar unos 800 establecimientos más, pertenecientes a la red comercial del grupo, entre ellos 84 hipermercados.

En total, Eroski y Caprabo suman prácticamente los mismos supermercados que Mercadona (1.050 locales al cierre de 2006). La facturación de Eroski más Caprabo totaliza 8.610 millones de euros, lejos de los 12.000 millones declarados por Mercadona.

Medio siglo de historia

La madrugada del 5 al 6 de junio fue testigo del cambio de propiedad de Caprabo con la firma de un acuerdo que puso término a casi cuatro meses de negociaciones. El proceso de venta de la cadena catalana se remonta al mes de febrero, pocos días después de que la compañía anunciara la vuelta a los beneficios tras las pérdidas registradas el año anterior. Caprabo pagaba, así, su vertiginoso crecimiento de los años anteriores.

Entre 1998 y 2001, Caprabo adquirió activos de las cadenas Valvi (Gerona) y Zero (Miquel Alimentació) y la totalidad de las sociedades Gigante (Palma Mallorca) y Alonso Alarcón (Madrid). Esta política de expansión se amplió en los años posteriores con la compra de las cadenas Enaco (Valencia, 2002), Nekea (Navarra, 2002) y Alcosto (Madrid, 2003). Todas estas adquisiciones se realizaron en época de bonanza económica. Con la perspectiva del tiempo, los analistas coinciden en que Caprabo pagó un precio demasiado alto por su expansión. El crecimiento de la sociedad en estos años es un tanto desordenado. Se compran hipermercados y supermercados de muy diferente perfil. La dirección de la empresa se ve en el trance de gestionar una “Torre de Babel” de diferentes culturas empresariales, en palabras del director general de la compañía Ramón Mas.

Así las cosas, Caprabo decide echar el freno a su expansión y poner orden en casa. Tras una década en la que duplica superficie de ventas y facturación, Caprabo recibe en 2005 una “cura de humildad”, según Mas, al registrar pérdidas netas por 32,5 millones de euros: se trata de las primeras pérdidas de la historia de la compañía. La cadena emprende un plan de recuperación a tres años y reformula su modelo comercial. La empresa orienta el negocio hacia el segmento de supermercados en zonas donde su presencia es más relevante; es decir, Cataluña, Baleares, Madrid y Navarra. La cadena vende a otros operadores sus cuarenta gasolineras, dos hipermercados, varios supermercados situados en medio de ninguna parte y se va de las Comunidades de Valencia, Murcia y Andalucía. La nueva estrategia no tarda en dar sus resultados. En 2006, Caprabo obtiene un beneficio neto de 7,5 millones, si bien sus ventas netas caen un 4,5% hasta 2.194 millones de euros. Cumplida esta fase, los accionistas de la compañía, las familias Elías, Botet y Carbó (80%) y La Caixa (20%), creen llegado el momento de proceder a la venta de la empresa. El banco de inversión Morgan Stanley es el encargado de dirigir la operación de venta. Fondos de capital-riesgo e importantes cadenas de distribución se interesan por la compañía. La decisión definitiva se baraja entre los siguientes finalistas: las empresas minoristas Eroski, Carrefour, El Árbol y Auchan, y los fondos Permira. Eroski es la elegida con una oferta que, aunque oficialmente no es conocida, supera con creces los 800 millones de euros que vale Caprabo, según las primeras estimaciones de los analistas. Acaba así la historia de Caprabo como compañía independiente. Una historia iniciada en 1959 cuando dos botiguers: Pere Botet y Pere Carbó (Silvio Elías se incorporó en 1961), inauguraron un autoservicio en el número 318 de la Avenida. Sant Antoni Maria Claret de Barcelona.