De liderazgo y futuro, pero también de negocios en familia- herencia, valores, relevo generacional- de innovación y sostenibilidad, habla Rafael Juan, CEO de Vicky Foods, en esta entrevista muy personal con D/A Retail.
Es uno de los líderes de la industria alimentaria más conocidos y reconocidos en el momento actual. Ello no se consigue por azar. Tampoco lo es, llevar a su empresa, 100% familiar y con más 70 años de historia, al liderazgo del sector de alimentación y con clara apuesta por el futuro. Un futuro, dice Rafael Juan, “el de Vicky Foods, y el de cualquier empresa de alimentación, que se tiene que basar en las tres S: salud, sostenibilidad y responsabilidad social, y solidaridad”.
Nacido en Villalonga, un precioso pueblo de La Safor, en el seno de una familia cuando menos “inquieta”. Abuelo panadero multifacético, padre multioficios, madre visionaria innovadora. Cuéntenos un poco de todos ellos y de su aportación a la empresa hasta llegar donde está hoy.
Vicky Foods fue fundada en Villalonga por mi padre, Antonio Juan, en la década de los 50. Al principio funcionaba como una panificadora que abastecía de pan a toda la población y sus alrededores. Como comentabas, mi abuelo era panadero, así que esa tradición nos viene de la rama paterna.
Durante unos años el éxito de la empresa fue impresionante, pero fue la incorporación de mi madre, Victoria Fernández, una década después, la que dio continuidad a un proyecto que estaba abocado al cierre. Podemos decir que la visión creativa e innovadora de mi madre, sumada a la ambición emprendedora y a las ganas de crecer de mi padre, dieron un buen resultado.
De mis padres hemos recibido un legado de liderazgo y valores, y una empresa sólida y comprometida con las personas y el territorio”
A lo largo de más de 50 años mi madre lideró la empresa y la familia, especialmente después del fallecimiento de mi padre en 1983, dejándonos una profunda huella en nuestra cultura, marcada por su decidida apuesta por la innovación, su humildad, empatía y accesibilidad con las personas, y el carácter familiar.
Primero se licenció en Ciencias Químicas, ¿cuándo y por qué dio el paso al liderazgo empresarial? En otras palabras, ¿la innovación le “viene de fábrica”?
Efectivamente estudié Químicas y, cuando acabé la carrera, quise dedicarme a la enseñanza, pero mi madre quería que estuviera en el negocio familiar. No he tenido tiempo de arrepentirme. La empresa me gusta, ha sido mi vida. Acaba metiéndose en vena el gusanillo, acaba calando. Sobre todo, cuando sientes la responsabilidad de todas las personas que dependen de ti, de las decisiones que tomas cada día. Ese es el auténtico peso que llevamos los empresarios a la espalda.
Siempre hemos tenido un equipo muy bueno, muy comprometido. Es el secreto de la pervivencia durante más de 60 años»
En la actualidad, sus hijos han mantenido el 'cuquet', el “gusanillo “, de la empresa. ¿Qué ventajas y qué inconvenientes tiene mantenerse como empresa familiar en un grupo de tal magnitud, hoy y ahora?
Una de las cuestiones que más me preocupa es el relevo generacional. Nos encontramos a caballo entre la segunda y la tercera generación. La incorporación de la familia en la gestión es un valor importante siempre que esta reúna las condiciones adecuadas para asumir el reto. Podemos pensar lícitamente que sería mucho más fácil encontrar una persona cualificada entre el talento disponible en la empresa más que únicamente en la propia familia, sin embargo, la autoridad que confiere ser miembro de la familia es irreemplazable si se utiliza adecuadamente y es la seña de identidad de la empresa familiar.
¿Dónde está la clave de la permanencia?
En nuestro caso se está llevando a cabo un proceso planificado que minimice los riesgos del cambio generacional y de liderazgo, y que asegure que la generación siguiente está preparada para así elegir quiénes pueden ser los candidatos adecuados para el relevo. Lo mejor es que sean personas de consenso, ajenas a la familia y que conozcan ampliamente todos los factores clave de la empresa quienes determinen la idoneidad y propongan uno o varios candidatos, entre los que la familia pueda decidir con objetividad.
No necesariamente se debe dar continuidad, lo importante es que la familia asuma la cultura y los valores de la empresa como propios, con una conducta ejemplar que ayude al cambio generacional y, por qué no, también a un cambio cultural. No hay que olvidar que empresa y familia están vinculados no solo accionarialmente también socialmente, pues la conducta familiar tiene una enorme trascendencia en la empresa.
De todas formas, no hay ningún manual ni curso que explique cómo hacerlo. La teoría puede evitarnos algún golpe, pero nada más. Al final, la generación precedente debe ser generosa y estar al servicio del cambio, dejando libertad a la nueva generación para que asuma íntegramente el timón y la responsabilidad de la empresa. Siempre contando con los órganos de gobierno que aseguren con objetividad la buena marcha del negocio y la idoneidad del nuevo liderazgo. A la nueva generación corresponde asumir el reto con humildad y reconocimiento a los que les precedieron por el enorme legado recibido.
Es uno de los lideres más reconocidos – seguidos y escuchados- de la industria alimentaria. ¿Cómo se consigue?
Para mí, lo más gratificante es sentir que en Vicky Foods todos formamos un equipo, que la cultura de nuestra organización se parece en realidad a una gran familia. Por eso, nuestro modelo de organización se basa en el liderazgo participativo, en el trabajo en equipo y, como consecuencia, en la generación de compromiso con la empresa. Fomentamos la creación de equipos autogestionados, aprovechando al máximo el talento de las personas e integrándolas en el proceso de innovación.
¿Ser líder- profesional y empresarialmente- obliga mucho? ¿qué hay que dejar por el camino?
El liderazgo requiere tener muchas habilidades. Se necesita mucho más que tener un gran conocimiento sobre gestión de empresas, por ejemplo. También hay que entender que para que proyecto funcione hay que estar las 24 horas del día, los siete días de la semana, pensando en él. En el caso de mi familia, si estamos en casa, si nos vamos de vacaciones, en cualquier comida, hablamos de la empresa. Hay que dedicarse en cuerpo y alma.
Tener capacidad de liderazgo precisa empatía, escucha, comunicación constante hacia adentro y hacia fuera y, sobre todo, mucha honestidad”
Entremos en la empresa. Explíquenos qué es Vicky Foods, cuáles son sus retos y cuáles los pilares de la compañía para conseguirlos.
Vicky Foods es una empresa líder en el sector de la alimentación, 100% familiar y con más 70 años de historia. Actualmente contamos con una plantilla media global de 2.809 empleados y, entre nuestras marcas propias, se incluyen Dulcesol®, Horno Hermanos Juan®, Be Plus®, Don Giovanni® y FIT´z®.
La evolución del grupo en los últimos años ha estado marcada por la consolidación y el fuerte crecimiento de nuestros resultados económicos. Cerramos el año 2022 con una facturación global de 536 millones de euros y una producción de 203.00 toneladas. Estas cifras se han visto impulsadas por los avances en nuestras tres palancas clave: internacionalización, innovación y sostenibilidad, ejes que continuarán marcando la estrategia de la compañía los próximos años.
Con presencia en más de 60 países, contamos con tres centros de producción dedicados a la elaboración de cerca de 2.500 referencias en Gandía, Villalonga y Argelia además de 18 delegaciones comerciales repartidas entre España, Argelia, Reino Unido y Francia. Por último, también poseemos una granja productora de huevos, que abastece el 90% de nuestra producción, una planta de fabricación de envases que se ocupa de cubrir la práctica totalidad (98%) de nuestras necesidades de packaging, un Centro de Innovación para coordinar todo nuestro potencial innovador y la Fundación Vicky Foods con la que vertebramos la gestión de nuestra acción social.
De la Safor al fin del mundo. ¿qué papel Juega hoy la internacionalización en Vicky Foods?
Vicky Foods tiene vocación de desarrollo internacional. Por ello, el mercado exterior es y seguirá siendo nuestro principal eje de crecimiento en los próximos años. En este sentido, la compañía facturó el año pasado 116 millones de euros, un 30% más que el año anterior. De esta manera, de los ingresos obtenidos por el grupo de alimentación a nivel global, cerca del 21% corresponden al mercado exterior.
Nuestro plan de crecimiento pasa por seguir siendo reforzando nuestra posición en nuestros países estratégicos, así como abrir nuevos mercados ligados a tendencias globales de consumo saludables e innovadoras.
¿Desde cuándo son internacionales, en qué países y cuáles han sido los resultados?
El proceso de internacionalización de la compañía comenzó en 2009. Es ese año en el que hacemos un análisis estratégico para ver qué palancas de crecimiento teníamos y nos dimos cuenta de que la internacionalización estaba prácticamente por explorar. Entonces, creamos dentro del comité de dirección un área nueva dedicada exclusivamente a ello.
Hasta ese momento, habíamos intentado vender en el exterior lo que fabricábamos en España. El cambio se produce cuando nos damos cuenta de que nos tenemos que adaptar a los clientes y, sobre todo, a los hábitos de consumo de cada país. Eso es lo que hicimos.
Con esta estrategia, a partir del 2009, le dimos la vuelta a la tortilla y, aunque seguimos creciendo en España, empezamos a avanzar mucho más fuera que dentro. Hoy en día, nos encontramos inmersos en un ambicioso plan de expansión que nos permite estar presentes en más de 60 países entre los que destacan, por volumen, Francia, Portugal, Argelia, Reino Unido, Italia y Alemania.
¿Puede avanzar los proyectos más inmediatos y el plan de expansión de Vicky Foods a medio plazo?
Uno de los grandes hitos de la compañía este año ha sido que el pasado mes de marzo, pusimos la primera piedra de nuestra planta de producción en Francia, un ambicioso proyecto que cuenta con una inversión de 79,5 millones de euros y con el que tenemos como objetivo proveer al mercado francés y a otros colindantes como Alemania, Suiza, Benelux y Norte de Italia. Ubicada en el municipio de Fragnes-La Loyère, en la región de Borgoña-Franco Condado, una zona estratégica a nivel logístico y de infraestructuras, está contemplado que esté operativa a finales de 2024.
En cuanto al empleo, nuestras previsiones son que se incorporen inicialmente 80 personas y otras 40 más al final de la primera fase de construcción y, en las próximas etapas, la contratación podría superar las 250 personas según se vaya incrementando la infraestructura productiva de la fábrica.
INNOVACIÓN
La Innovación en el ADN de la empresa. Previo a entrar en el cómo, hablemos del qué. ¿Qué es Innovar para Rafael Juan?
La innovación ha sido uno de los ejes centrales de crecimiento de Vicky Foods a lo largo de nuestra historia. Lo fue para mis padres y lo seguirá siendo en el futuro para adaptarnos a los cambios, o mejor para formar parte de ellos, para entender las nuevas necesidades del consumidor, o incluso crear nuevos hábitos de consumo.
Por eso está implícita en nuestro propósito: Innovar para alimentar un mundo mejor. Y es que siempre hay que explorar nuevos retos, por supuesto manteniendo lo que funciona y el recuerdo vívido de los que somos, pero sin agarrarse a ello.
Al hilo de lo anterior ¿cómo se traduce la innovación en Vicky Foods?
Invertimos en mejoras continuas de nuestros procedimientos, procesos, en maquinaria de última generación y en proyectos relacionados con el desarrollo de nuevas propuestas acordes a la demanda de la cambiante sociedad actual. Más del 10% de nuestras ventas proceden de los nuevos productos desarrollados en los últimos años, gracias a nuestra innovación en productos y procesos.
La alimentación es un sector en constante cambio, donde continuamente surgen nuevas tendencias. Debemos estar preparados para asumir dichos cambios e, incluso, anticiparnos”
Para aglutinar todo el potencial innovador de la compañía, en 2019 inauguramos el Centro de Innovación de Vicky Foods en Villalonga (Valencia), a través de él, podremos concentrar todo el esfuerzo innovador de la compañía. Con una inversión de 6,5 millones de euros y un equipo de profesionales de 150 personas, sus áreas de actuación se centran en la mejora de aspectos nutricionales de nuestros productos, el desarrollo de actividad en el ámbito de I+D+i y la innovación tecnológica.
Sin inversión no hay innovación. ¿En qué parte y áreas destina Vicky Foods el esfuerzo inversor?
Siempre tratamos de invertir al máximo en innovación. Como muestra, en 2022 dedicamos más de 21 millones en inversiones que fueron destinados a mejoras en procedimientos y procesos, infraestructuras o al desarrollo de nuevas propuestas y proyectos de I+D+i.
Habla usted de tecnología y salud. En el primer caso, la tecnología para usted ¿es una herramienta o solución, una necesidad o aliada?
Las nuevas tecnologías nos tienen que ayudar a ser más eficientes. Y la mejor manera de medirlo es evaluando el retorno de los proyectos. De todo tipo. Cuando se trata de una inversión tecnológica hay que analizar el coste y la oportunidad que nos ofrece. Intentamos siempre adoptar las tecnologías que tenemos al alcance de la mano, pero no siempre tienen un momento de madurez suficiente como para que merezca la pena. A veces es mejor esperar a que el coste sea más asequible. Porque la empresa tiene que dar un rendimiento y sólo a base de implantar nuevas tecnologías no se consigue. A veces, anticiparse mucho no merece la pena, hay que medir muy bien a qué dedicas los recursos.
Nosotros contamos con el Centro de Innovación Tecnológica, dentro de nuestro Centro de Innovación, donde trabajamos para desarrollar tecnología propia y personalizada que adaptamos a nuestras necesidades y que aplicamos a nuestras líneas de producción. Esto nos ayuda a optimizar los procesos y llegar a un punto de diferenciación único en el mercado.
Además, nuestro equipo trata de profundizar en nuestro conocimiento en el ámbito tecnológico para convertirnos en una industria 4.0 y así poder seguir desarrollando soluciones de localización y monitorización de stock a tiempo real y soluciones de ajuste entre la demanda, la producción y entrega con la máxima optimización de los tiempos y las materias primas.
¿Cómo se traduce la apuesta por la digitalización en Vicky Foods?
A partir de los años 90 hemos ido trasladando la digitalización a las líneas de producción, sobre todo por los controles de calidad y la implantación de la ISO 9000, tratando de evitar la burocratización que nos supondría no tener esos controles en soporte digital.
Más tarde, en los 2000 empezamos con la robótica conectando todos los equipos productivos a nuestros servidores y, más recientemente, en la última década estamos inmersos en el Marketing Digital, tratando de involucrar tanto a nuestros clientes como a los consumidores. También hemos invertido mucho desde hace años en todo lo que tiene que ver con Industria 4.0 e internet de las cosas (IoT), conectando equipos y líneas de producción.
¿Qué papel juega la Comunicación en la estrategia de la compañía?
La comunicación es un elemento fundamental para el crecimiento empresarial. Una de las demandas de los consumidores es que quieren una alimentación más transparente, quieren saber qué hay detrás de las marcas, cómo se elaboran los productos, de dónde proceden los ingredientes que contienen. Tenemos que ser capaces de dar respuesta a esa demanda, comunicar más y mejor, y escuchar lo que dicen las redes.
De forma personal, usted es uno de los directivos más activos en redes sociales. ¿Por qué y cómo comenzó en ello? ¿Piensa que es un deber hoy entre las responsabilidades de los CEOs?
En mi caso, tener una presencia activa en los medios de comunicación me permite poder transmitir y comunicar los valores y mensajes corporativos de Vicky Foods. Algo que intento trasladar también al ámbito digital y redes sociales, de las que soy un apasionado. Personalmente, trato de estar activo en las redes para dar visibilidad a la empresa aprovechando mi cargo, para trasladar noticias y también recibir input de consumidores, empleados o amigos de todo aquello que tiene que ver con ella, ya sean críticas o virtudes.
SOSTENIBILIDAD
El futuro de Vicky Foods, y de cualquier empresa de alimentación, se tiene que basar en las tres S: salud, sostenibilidad y responsabilidad social, y solidaridad. Es la única forma de garantizar un futuro próspero y equilibrado para las generaciones venideras»
Más allá del concepto y de la necesidad actual para una marca de ser sostenible. ¿Cómo contemplan en Vicky Foods su estrategia de sostenibilidad?
Contamos, desde hace décadas, con un sólido compromiso con la sostenibilidad y centramos una parte muy importante de nuestros esfuerzos en los criterios ESG para contribuir con un impacto positivo en nuestro entorno. En una sociedad tan cambiante y cada vez más
consciente de la necesidad de proteger y preservar nuestro entorno, apostamos por la descarbonización, el uso responsable de los recursos naturales y el impulso de la economía circular.
De esta manera, hemos implementado medidas para minimizar el consumo de agua y energía en nuestras instalaciones de producción. Mediante la optimización de los procesos, hemos reducido significativamente nuestra huella de carbono y hemos invertido para ampliar la generación de energía procedente de fuentes renovables, e incrementar la cogeneración.
También nos hemos comprometido con la gestión responsable de los residuos implementando programas de reciclaje y reutilización en nuestras instalaciones, fomentando la separación adecuada de los desechos y promoviendo la reducción de plásticos de un solo uso. Además, como señalaba anteriormente, hemos establecido alianzas para desarrollar proyectos de economía circular, donde nuestros residuos se convierten en recursos para otros sectores.
¿Cuáles son los parámetros y los objetivos desde el punto de vista medioambiental y desde la perspectiva social?
Somos conscientes de que nuestras actividades tienen un efecto en diferentes grupos de personas y entidades. Por eso, buscamos contribuir al desarrollo económico, social y medioambiental de la sociedad en general y en especial en las comunidades donde estamos presentes. También con nuestros empleados. Ellos son el corazón de la empresa y nos preocupamos por su desarrollo y bienestar fomentando un entorno de trabajo seguro y saludable, y promoviendo la igualdad de oportunidades y la diversidad. Además, incentivamos su participación en iniciativas de voluntariado y acciones sociales.
Tampoco nos podemos olvidar de nuestros proveedores y clientes, con quienes trabajamos codo con codo para seguir avanzando en el desarrollo de una cadena de suministro cada vez más sostenible y eficiente. Así, compartimos con ellos estándares claros y concretos en cuanto a la calidad, la ética y la responsabilidad ambiental, y procuramos alinear nuestros objetivos con un propósito común: generar impacto positivo.
Y, por supuesto, también trabajamos para generar valor a la sociedad y lo hacemos a través de nuestra Fundación que vertebra la gestión de la acción social que realiza el grupo y que fomenta la innovación, el emprendimiento y el desarrollo de actividades relacionadas con la formación y el aprendizaje.
Dentro del medio ambiente, como adelantaba anteriormente, nuestros retos fundamentales son la mejora de la gestión de los recursos naturales y energéticos, la optimización en el consumo de materias primas, y una reducción de nuestras emisiones de carbono.
En este sentido, el año pasado dimos un paso más en nuestra estrategia de gestión ambiental responsable duplicando nuestra capacidad de generación eléctrica mediante plantas fotovoltaicas. Para ello, invertimos cerca de 2 millones de euros en nuestros centros de producción de Villalonga y Gandía, en nuestra granja ovoproductora y las delegaciones más importantes. Como consecuencia de los diferentes proyectos de ampliación que llevamos a cabo durante 2022, actualmente contamos con 7.190 de placas montadas que tienen una capacidad de generación de 4.365.599 kwh y que suponen una reducción del consumo de CO2 de 1.808.266 kg/ año y un ahorro de energía consumida de 4.196.569 KWh/año.
DIVERSIFICACIÓN
Como pilar estratégico de la compañía, y muy unido al concepto innovación surgido desde aquellas famosas primeras “magdalenas cuadradas”, ¿piensa que es necesario para una compañía referente en alimentación crear nuevos productos?
En nuestro caso, constituye un pilar esencial. Potenciamos la diversificación de nuestros productos para cubrir las necesidades de nuestros consumidores y clientes con alimentos innovadores.
Como muestra de ello, actualmente contamos con una cartera de marcas formada por Dulcesol®, la marca de pan, pastelería, bollería y helados; Be Plus®, nuestra marca de alimentación saludable y de conveniencia; Horno Hermanos Juan®, de bollería y pan congelados para hostelería y el canal alimentación; Don Giovanni®, que aúna las recetas italianas más tradicionales y FIT´z®, de alimentos preparados congelados.
Juntas reúnen más de 350 productos que llegan a más de 80.000 puntos de venta solo en España y a más de 60 países, entre los que destacan además de los ya mencionados Francia, Portugal y Reino Unido, Argelia, Italia y Alemania.
En este sentido se encuentran las nuevas marcas del Grupo (Don Giovanni o Fit´z). ¿Por qué y para quién?
En septiembre de 2022 lanzamos al mercado FIT´z®, un nuevo proyecto con el que nos adentramos en el negocio de los congelados. Esta marca está compuesta por un amplio catálogo con dos surtidos diferenciados tanto en productos como en formatos: uno especializado en el canal de alimentación y otro para Horeca. En total más de 35 referencias que ofrecen una forma cómoda y rápida de consumo con el máximo sabor.
En cuanto a Don Giovanni, es nuestra marca que aúna las recetas italianas más tradicionales compuesta por un amplio porfolio de productos como pizzas, mini pizzas y baguettes.