En D/A Retail, hemos querido conocer a fondo el sector, su problemática y los principales retos. Para ello, hablamos con Javier Ojeda, gerente de la Asociación Empresarial de Acuicultura de España (APROMAR) desde abril de 2003, quien nos traslada la principal preocupación de las 180 empresas de acuicultura que realizan actividad en nuestro país: el incremento de los costes de producción, “que va a hacer que muchos negocios que no hayan cerrado por el coronavirus, ahora sí podrían cerrar por el encarecimiento de los costes de producción”.
¿Cómo está afectando la pandemia a la industria de la acuicultura en España?
El consumo de los hogares se ha mantenido por ser el pescado un alimento casi de primera necesidad. Es cierto que, durante los peores momentos de la epidemia, la restauración estuvo cerrada pero una parte sustancial de ese consumo se redirigió a través de los supermercados y pescaderías tradicionales. Por otra parte, el consumo de los turistas se ha perdido -los 80 millones de turistas que venían anualmente a este país y ese año no viajaron-, pero el resto se ha encauzado a través de los supermercados. Y, posteriormente, con la apertura de la restauración, el consumo se ha normalizado en Horeca.
Ahora mismo, el principal reto que tiene el sector es hacer frente al incremento de los costes de producción.
¿Han cerrado negocios?
No, no han cerrado establecimientos de acuicultura. El sector ha demostrado mucha flexibilidad, y aquellas empresas que vendían a los restaurantes, por ejemplo, pues rápidamente, buscaron ventas a través de las pescaderías o con venta directa. Gracias a eso, han sobrevivido.
Acerca del encarecimiento de los costes de producción que menciona, ¿cómo está afectando a las empresas del sector?
De forma muy severa. La verdad es que nunca en el pasado habíamos visto incrementos de los costes de producción en todos los insumos que tiene la industria, es decir, desde el gasóleo, la energía eléctrica, los fletes de los transportes, las materias primas que van en los piensos, los productos sanitarios, las cajas de empaquetado… Todo ha subido de una forma espectacular, poniendo en riesgo la viabilidad de muchas empresas españolas de acuicultura, y yo diría que también europeas.
¿Qué medidas están llevando a cabo para solventar este incremento de los costes?
Poco se puede hacer. Nosotros, a través de la asociación, simplemente, podemos hacer eco de las informaciones que publican el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación y otros ministerios en relación con los costes de producción. Y, a nivel individual, cada empresa intenta hacer más eficiente su forma de trabajar, pero realmente no hay mucho margen, ni tampoco hay espacio para asumir esos costes, con lo que es una situación difícil, por eso digo que antes no lo habíamos visto nunca.
En este contexto, ¿el incremento de los costes de producción se está trasladando al punto de venta?
Los productos están llegando a los puntos de venta, pero ha costado mucho más producirlos.
¿Este repunte también está llegando al consumidor final?
No tenemos información de que eso esté ocurriendo. A nosotros nos está costando averiguarlo, pero lo que sí que que estamos viendo es que el margen económico-comercial que tienen las empresas no puede absorber más, no cabe ahí el incremento de los costes producción, y por lo tanto tendrá que ser absorbido también por los siguientes eslabones de la cadena de valor.
Sobre el precio final, en el punto de venta, nosotros no tenemos esa información, que sí tiene el Gobierno, cuando lo mide para calcular el IPC y el resto de encuestas que hacen sobre los productos que se ponen a la venta para el consumidor final.
¿Se han reunido con otras asociaciones para trasladar vuestras preocupaciones al Gobierno?
Nosotros participamos con FIAB, y ella, a nivel general, ha trasladado sus preocupaciones al Gobierno junto con CEOE, pero digamos que es un clamor generalizado de muchos sectores productivos, ahora mismo en España, el incremento de los costes de producción que, inevitablemente, tendrán que ser asumidos por toda la cadena de valor.
Junto a los problemas de los costes de producción, el sector también lucha para tener el IVA superreducido, ¿cómo está este tema en estos momentos?
Los alimentos de primera necesidad tienen un IVA superreducido del 4%, y el pescado está ahora mismo en el 10%. Nosotros, repetidamente, hemos pedido al Gobierno y al Ministerio de Hacienda que el IVA de los productos acuáticos debe reducirse al 4%, al superreducido. Todavía no hemos tenido resultado positivos, pero seguimos insistiendo en que un alimento tan importante, nutricionalmente, como es el pescado, tenga esa valoración impositiva. Que se grave como el resto de los alimentos de primera necesidad, y el pescado es un alimento de primera necesidad, y eso facilitaría desatascar muchos de los problemas que tiene el sector.
¿La crisis climática está afectando al negocio de las empresas de acuicultura?
Es un tema muy amplio que afecta a todo el mundo y a todos los negocios, y no creo que la acuicultura sea el más afectado. En nuestro sector, afecta en las menores precipitaciones, menos agua en los ríos, afectando en la producción de peces en los ríos. En el mar, hay temporales más violentos y olas y vientos más fuertes. Pero es relevante tener en cuenta que la acuicultura es una forma de producir alimentos que puede mitigar el cambio climático por tener una huella de carbono mínima.
Por otra parte, ¿qué aspectos destacarían del sector de la acuicultura? ¿Y qué beneficios aportan?
Lo más destacable es que se está demostrando que los productos de la acuicultura son de los más resilientes ante problemas como el coronavirus y de los más eficientes, con lo que, unido al valor nutricional del pescado del que se recomienda su consumo, hace que se vaya convirtiendo en la ganadería del futuro -la acuicultura, la ganadería del futuro-, y que cada vez se consuma más pescado, y que cada vez más ese pescado provenga más de su crianza.
Lo hacemos a nivel nacional, nosotros, pero también está ocurriendo a nivel internacional. La FAO ha manifestado, recientemente, en su documento de la 'Declaración de Shanghai', que hay que seguir promocionando la acuicultura como la forma de producción animal más sostenible.
Ya con la mirada en el próximo año, ¿qué escenarios están viendo para las empresas de acuicultura?
El primer semestre del año parece que no vaya a cambiar sobre el actual, no hay ningún atisbo de cambio a corto plazo. Prevemos que sí mejore en el segundo semestre del año, pero no tenemos ni palancas para hacer que ocurra, ni información ahora mismo sobre ello.
Y, por último, ¿qué deseos le piden a 2022?
Lo más importante es que se resuelva, de una vez, la crisis sanitaria en España y en el resto del mundo, como primer apunte. Y, a partir de ahí, que la recuperación sea suave y que no se produzcan estas tensiones en las cadenas de suministro que nos están llevando a la situación que tenemos hoy en España y en Europa, que va a hacer que muchos negocios que no hayan cerrado por el coronavirus, ahora sí podrían cerrar por el encarecimiento de los costes de producción.