El retail español perdió 1,3 millones de euros en 2023 por pagos fraudulentos
Una media de 670 euros fue la cantidad que perdieron los españoles víctimas de fraude en sus pagos durante 2023.
Las actividades fraudulentas afectan la economía de los retailers al punto de que un 35% de los consumidores a nivel global fueran víctimas de fraude en los pagos durante el pasado año. Esto supone un 12% más que en 2022.
El fraude en los pagos se define como el robo del número de las tarjetas de crédito/débito, de los datos de una cuenta corriente y el uso de esa información para realizar una compra no autorizada a manos de un estafador. Una media de 670 euros fue la cantidad que perdieron aquellos españoles víctimas de fraude en sus pagos durante 2023, un aumento del 234% desde la última encuesta de Adyen, plataforma global de tecnología financiera.
Sin embargo, a pesar del aumento significativo de la actividad fraudulenta, sólo dos tercios de las empresas en nuestro país (65%) afirmaron que disponen de sistemas eficaces de prevención del fraude, un aumento de sólo 5% desde el año pasado. En colaboración con el Centre for Economic Business and Research (Cebr), Adyen descubrió que el sector minorista perdió a nivel global 429 mil millones de dólares debido al fraude en 2023.
De media, las empresas españolas perdieron 1,3 millones de euros por ataques fraudulentos. En total, más de tres de cada 10 empresas españolas (35%) fueron víctimas de actividades fraudulentas, ciberataques o filtraciones de datos en los últimos 12 meses, lo que ha aumentado un 30% si se compara con las cifras de 2022.
El nuevo estudio de Adyen revela que las empresas que preveían aumentar sus ingresos en un 100% o más en 2024, también sufrieron pérdidas por ataques fraudulentos en los últimos 12 meses. es decir, de 4.870 millones de euros. Desde la plataforma advierten que el rápido crecimiento debe afrontarse con las tecnologías adecuadas para proteger el negocio y a los clientes.
Impacto del fraude en el comportamiento de los consumidores
El riesgo de fraude influye en el comportamiento de los consumidores a la hora de comprar, tanto en tiendas como en Internet. De hecho, un 21% de los consumidores españoles se siente más inseguro a la hora de comprar hoy en día que hace 10 años debido al aumento del riesgo de fraude en los pagos. Como resultado, el 28% de los consumidores eligen activamente comprar en tiendas con mayores medidas de seguridad, y cuando compran por Internet, al 21% de los consumidores españoles les gusta que los comercios les pida que verifiquen su identidad de al menos dos formas diferentes antes de realizar una compra, a pesar de las molestias que esto puede causarles.
Respuesta de las empresas
Las empresas están estudiando activamente cómo responder a la creciente amenaza de fraude para protegerse a sí mismas y a sus clientes. El 41% se plantea cambiar de proveedor de servicios de pago por otro que ofrezca mejores mecanismos de defensa contra el fraude. Además, en España, uno de cada dos encuestados (50%) empezó a plantearse cómo su empresa puede cumplir la Directiva sobre Servicios de Pago 3 (PSD3), una directiva de la Unión Europea que establece normas más estrictas para proteger los derechos de los consumidores y la información personal en el sector financiero.
«El fraude es un desafío omnipresente para los minoristas, y los hallazgos de hoy demuestran cómo puede afectar significativamente a los beneficios», afirma Roelant Prins, CCO, Adyen. «Los delincuentes están desplegando métodos más sofisticados cuando atacan a las empresas, incluyendo la aplicación de IA, y por lo tanto es fundamental invertir en mecanismos de defensa adecuados para proteger a la empresa y a los clientes», recalca Prins.
«No existe una solución única para la defensa contra el fraude, ya que será necesario adaptar una estrategia en función del modelo de negocio y las plataformas utilizadas para realizar las ventas. Con tecnología como las herramientas de aprendizaje automático, los minoristas deberían ser capaces de reconocer a clientes únicos y detectar la actividad fraudulenta a través de sus canales de venta», comenta Roelant Prins.
Las cifras financieras representan valores implícitos en la encuesta para las pérdidas anuales causadas por el fraude. Estas cifras se han escalado en función de las respuestas de los diferentes grupos demográficos a sus experiencias de fraude y de los datos oficiales sobre población empresarial e ingresos, incluidos los datos de la OCDE. Finalmente, Censuswide no encuestó a comerciantes individuales, y los datos modelizados de Cebr correspondían a empresas con más de 20 empleados.