El papel de los supermercados en zonas rurales
De las más de 1.250 nuevas tiendas de alimentación en 2020, un 19,3% abrieron en municipios con menos de 5.000 habitantes.
El mundo rural ha sido el gran protagonista del crecimiento del supermercado durante 2020.
Los datos, dados a conocer por la Asociación Española de Distribuciones, Autoservicios y Supermercados (Asedas) tomando como fuente a Retail Data, reafirman la importante capilaridad de la distribución moderna en todo el territorio y consolidan la presencia de los operadores de Asedas en los pueblos de menos de 10.000 habitantes.
La organización señala que la presencia de sus operadores es muy destacable, alcanzando el 90,3% de cuota de mercado en los pueblos de hasta de 2.000 habitantes (82,6% de superficie comercial); del 85% en los que tienen entre 2000 y 5000 habitantes (81,5% de superficie comercial); y, por último, del 82,1% (79,5% de superficie comercial) en los que cuentan con una población comprendida entre 5.000 y 10.000 habitantes.
En las zonas rurales, los supermercados de Asedas superan a la medida nacional de su cuota de mercado, que alcanza el 74,8% en establecimientos y el 65,6% en superficie, con un total de 18.585 tiendas. Estos porcentajes disminuyen a medida que se analizan municipios más grandes, hasta llegar al 68% en las ciudades de más de 100.000 habitantes en establecimientos y al 59,6% de superficie comercial.
“Los datos que arroja 2020 vienen a reforzar un modelo de distribución alimentaria definido por la proximidad, el equilibrio empresarial y el servicio al consumidor. La amplia capilaridad del formato del supermercado hace que, en España, no existan desiertos alimentarios ya que la distribución alimentaria llega incluso a los municipios más pequeños, y contribuye a mantener residentes en las zonas rurales”, explica Asedas.
El hecho de que muchas nuevas aperturas correspondan a marcas franquiciadoras y cooperativas es muestra del dinamismo de un sector con capacidad para crear empleo y cooperación al emprendimiento en las zonas en que opera. Además, existen más de 100 cadenas de alimentación con más de 10 tiendas, en su inmensa mayoría empresas familiares con gran presencia en ámbitos regionales.
Asimismo, la labor de las centrales de compra permite a los operadores más pequeños competir en surtido y precio en beneficio del consumidor viva éste donde viva. Pero, además, la capacidad de llevar productos de gran consumo a unos 10 minutos de distancia de las casas de la mayoría de los españoles es uno de los factores que ha contribuido a que, durante la pandemia que estamos viviendo, la alimentación no sea un problema en ningún lugar de España.
“La distribución alimentaria no solo es esencial, sino también un sector tractor de la economía española por su capacidad de crear empleo y de hacerlo en zonas que necesitan un impulso económico y social para retener población. La eficiencia de nuestro modelo ayuda a la creación y mantenimiento de pequeñas empresas de autoservicios o supermercados con un fuerte componente de servicio público en las zonas rurales de las que nos sentimos orgullosos”, ha asegurado Ignacio García Magarzo, director general de Asedas.