El mundo en un chip

Los sistemas de identificación que utilizan ondas de radio presentan un enorme potencial.

Conocidos por sus siglas, RFID (Radio Frequency Identification) se trata de una tecnología aparecida hace menos de una década que se espera genere hasta 7.000 millones de euros antes de 2016. Se puede aplicar a múltiples productos y servicios y en el futuro se habla ya de que podría incluso desplazar al actual código de barras.

Control de accesos y conteo de personas en estaciones, aeropuertos o eventos; identificación de animales; identificación de personas, control de trazabilidad en los procesos alimentarios; gestión y control de bibliotecas, equipajes o lavanderías, pago con móvil y captura de datos, peajes de autopista, o llaves de automóviles. Productos y servicios todos en los que la tecnología RFID ya está presente. Pero es en la cadena de suministro donde aparecen mayor número de ventajas con su aplicación

El retail, un paso adelante
En España, y a pesar del freno que ha supuesto la actual crisis económica en la inversión por parte de las compañías para implantar el sistema, casi un 30 % de empresas consultadas por un Estudio de la Asociación Europea para la Identificación Segura, IDTrack, en colaboración con IBM
aseguran tener ya implantada tecnología RFID. ¿Y por qué se han inclinado por esta tecnología? Muchas son las ventajas. Destaca en primer lugar para los consultados la posibilidad de disponer de un mayor control en todo el proceso de distribución de los productos (58,1%), seguido de la reducción de errores en la información de productos (32,3%) y de la identificación de forma individual de cada unidad (25,8%).

Fueron los retailers los primeros en dar el paso en aplicar la Identificación por Radiofrecuencia. Encabezados por el líder mundial, el grupo estadounidense Wal-Mart quién hace ya más de siete años pidió a sus proveedores que equiparan sus productos con etiquetas de identificación por radiofrecuencia. A Wal Mart le siguió la compañía alemana Metro, quizás el retailer mundial con mayores inversiones en implantar una verdadera Tienda del Futuro. Los fabricantes decidieron también dar el paso. Así Nestlé, Henkel, Procter & Gamble o Gillette, quién cuenta ya con más de 500 millones de chips implantados en sus productos como experimentación y prueba.

Innovar tiene un precio
Antes de ahorrar, hay que invertir. Como en todos los ámbitos de la vida empresarial, donde inversión y costes son dos partidas principales, primero hay que desembolsar. La innovación tiene un precio. El alto coste de aplicación de la tecnología RFID se estima superior a los 380 millones de dólares para una empresa con ocho centros de distribución y más de un millar de tiendas. Esto significa que, en principio, solo los distribuidores de mediano y gran tamaño se lanzarán a utilizarla. Al menos en estas primeras etapas.

Para los detallistas, la consultora A.T. Kearney estima una cifra de inversión en implantar RFID superior a los 400.000 euros por cada centro de distribución y de alrededor de 100.000 euros para cada almacén. Luego vendría un añadido en la integración de estos sistemas con los de toda su organización. A cambios, el ahorro posterior podría llegar hasta el 5 % de reducción del inventario, un 7,5 % en la mano de obra y alrededor de 700.000 euros por cada 1.000 millones de ventas por la reducción de roturas de stock. 
En el caso de los fabricantes, hay que añadir un coste adicional por la implantación de sistemas RFID en cada envase y etiqueta de producto dependiendo del tipo de fabricante ya sean aquellos con un elevado impacto, que ofrecen productos de alto valor añadido y que sufren pérdidas importantes por roturas de stock y/u obsolescencia; ya sean fabricantes con bajo impacto, que ofrecen productos de escaso valor añadido y alta rotación. 
Las ventajas que proporciona la identificación por radiofrecuencia para las empresas, se amplian en su extensión a los usuarios. Desde reducción de las colas en los supermercados, la posibilidad de recoger información puntual en el punto de venta sobre precios, promociones o situación de los productos, la facilidad de conocer el proceso de fabricación desde su producción hasta la tienda, son ya de hecho realidades que se verán acompañadas de otras múltiples aplicaciones. Aplicaciones en las que los dispositivos móviles serán los auténticos protagonistas. De hecho, lo están siendo ya.

Quién…
• Tag o etiqueta inteligente (transponder). Elemento adherido al ítem que almacena información y puede transmitirla. Con capacidad para recibir y transmitir señales de un lector RFID (transceptor) Por norma general, los tags, que pueden ser extremadamente pequeños, están compuestos por un chip y una pequeña antena y a menudo forman parte de la misma etiqueta autoadhesiva o de cartón utilizada con el código de barras. Existen centenares de tags, con formas, dimensiones, formatos, materiales y capacidades de información distintas en función de cada necesidad. La elección adecuada, según el sector o el fin perseguido, es clave para la futura aplicación. La forma de obtención de energía de los tags – de la transmisión del lector, los llamados tags pasivos o de una batería propia los tags activos- debe de ser considerada según vaya a ser la aplicación posterior.
• Lector: también conocido como interrogador (en el ámbito de electrónica “transceptor”) es el dispositivo electrónico que recibe y comunica señales con los objetos etiquetados con rfid. Se trata del dispositivo utilizado por el software que identifica y comunica con los ítems (prendas u otras materias textiles), cajas o palets. La distancia a la que puede establecerse la comunicación entre el lector y el tag depende de la potencia del lector y de la frecuencia de onda, que tanto el lector como el tag emplean para concretar la comunicación. Existen otros componentes utilizados en una implementación de rfid: los programas que manejan las computadoras locales para procesar el flujo de datos que envían los lectores a las bases (host systems) y el que manejan las computadoras de la empresa para usar los datos. Según sus aplicaciones, existen lectores con la antena RF integrada en el hardware (como pueden ser los lectores de mano tipo PDA utilizados en el control de eventos , hospitales y otros similares) y también con conectores de antena externos (utilizados en almacenes o centros de distribución con dispositivos de varias antenas externas)
• Antenas: elemento utilizado por el lector para comunicar a través de ondas de radio (radiofrecuencia).

Cómo…
• La etiqueta, o tag, que puede adherirse a cualquier producto, lleva un microchip incorporado que almacena un número de identificación que funciona como un código único.
• El lector envía una serie de ondas de radiofrecuencia al tag, que son captadas por la microantena de éste.

Estas ondas activan el microchip que trasmite al lector, a través de la microantena y mediante ondas de radiofrecuencia, cuál es el código único del producto.
• El lector recibe el código único del producto y lo envía a una base de datos en la que están registradas las características del producto (fecha de fabricación, fecha de caducidad, peso, color, material, etc.)

Por qué…
• Gran capacidad de almacenaje de información
• La información almacenada en la etiqueta puede ser actualizada
• Capacidad de recoger información de muchas etiquetas al tiempo
• Recogida de datos sin contacto director o línea de visión directa de las etiquetas
• Mayor velocidad y distancia de lectura
• Gran precisión en la recuperación de datos
• Agiliza y automatiza los mecanismos necesarios para mantener la trazabilidad permitiendo incorporar mayor cantidad de información a la misma
• En las etiquetas pasivas, facilidad para ocultarlas y colocarlas en productos
• Seguridad de funcionamiento en condiciones agresivas, como suciedad, humedad o temperatura.
• Permiten la automatización de los procesos de seguimiento y control de stock en tiempo real
• Menor número de errores humanos.
• Reducción de roturas de stock. La radiofrecuencia de identificación tiene la capacidad de informar al personal o a los encargados de cuándo se deben reponer las estanterías o cuándo un artículo se ha colocado en el sitio equivocado.
• Reduce la pérdida desconocida. Utilizando RFID se podrá calcular con exactitud las pérdidas en tiempo real, automatizar totalmente de los procesos y la agilización de todos los procedimientos de comprobación de mercancías, tener información detallada de los movimientos de cada producto, integrar múltiples tecnologías, luchar contra la falsificación o retorar del mercado productos concretos.