E-commerce. Bruselas da marcha atrás
La presión ejercida por los operadores, las principales empresas y las asociaciones europeas de comercio electrónico para intentar frenar algunas de las normas incluidas en la directiva sobre los Derechos de los Consumidores han hecho efecto. Al menos en lo referido a los plazos de devolución de artículos y el coste que ello supone. El lunes 6 de junio, la reunión del Consejo y el resto de miembros de la Comisión correspondiente han dado marcha atrás. El coste de devolución podrá ser asumido por el comprador en aquellos productos de importe superior a 40 euros y siempre que esté especificado en el acuerdo de venta.
El pasado mes de marzo, Bruselas propuso una serie de medidas encaminadas a reforzar la protección de los derechos de los consumidores en lo relativo al comercio electrónico. Se procedió entonces a la aprobación de enmiendas, por parte de los diputados, a la propuesta de la Comisión en la denominada “Directiva sobre los Derechos de Consumidores”. El proyecto incluía todas las formas de ventas, ya sean a distancia, por teléfono, televisión, correo, a domicilio o en la tienda, pero afectaba especialmente al comercio electrónico.
Las principales discrepancias llegaron del articulado referente al aumento del plazo para devolver un producto comprado por Internet, que quedaba fijado en 14 días, el doble de los siete que tienen la mayoría de los países europeos, entre ellos España. En estas dos semanas, la norma establecía en principio que el consumidor podría retornar el producto al vendedor sin ningún tipo de penalización. Además, el comprador dispondría de otros 14 días para hacer efectiva la devolución, por lo que al final, el periodo total de la transacción podría alcanzar casi un mes.
Asimismo, el Comité de Mercado Interior y Protección de los Consumidores del Parlamento Europeo planteó que fuera el vendedor quien sufragara el coste de devolución cuando los artículos supereraran el importe de 40 euros. En este caso, decía el anteproyecto, la empresa tiene obligación de reembolsar el coste del producto devuelto y también los del envío (que antes asumía el cliente) en el mismo plazo de 14 días. Un problema cuando las tiendas virtuales se plantean reintegrar el importe de un artículo incluso antes de haber recibido su devolución, aunque el consumidor tendría que probar que lo ha devuelto.
Las aguas ahora vuelven a su cauce. El acuerdo alcanzado por la Comisión, el Consejo y el Parlamento europeos el pasado 6 de junio establece que será el consumidor el que pudiera asumir, en su caso, los costes de devolución de un bien adquirido a través de comercio electrónico o cualquier sistema de venta a distancia siempre que el vendedor informe claramente al consumidor sobre las condiciones de devolución de los productos y, en concreto, aquellos de especial volumen. En caso de no hacerlo de forma adecuada, la tienda deberá asumir ese coste.