De 1974 al 2009, toda una vida

El año anterior habían asesinado a Carrero Blanco y Franco parecía inmortal. España se debatía entre el ansia del cambio y la incertidumbre. La crisis del petróleo añadía nuevos elementos de angustia que destruyó la economía de los países en vías de desarrollo y que nos afectó sobremanera. La guerra fría estaba en su punto culminante y en ese año ¡A Miguel de Haro se le ocurre fundar una revista de distribución!

Reconozco que en esa época estábamos todos un poco locos, pero Miguel estaba un poco más loco que todos los demás. Gracias a su revista y con el paso de los años, los españoles nos fuimos enterando sobre la llegada de un nuevo tipo de comercio: los hipermercados, las nuevas normas de seguridad alimentaria, la irrupción de las marcas blancas, que mas tarde llamamos marcas del distribuidos ( a pesar de la resistencia de los fabricantes)Asistimos a la lucha por el espacio en el lineal entre las marcas del fabricante y del distribuidor, a la pelea entre el pequeño comercio y los nuevos formatos comerciales, al debate sobre los horarios comerciales, la ley de comercio, etc. Miguel y su revista iluminaron el debate a través de las jornadas anuales que realizaba sobre la distribución y los premios que unos a otros nos entregábamos y a través de su revista introducía la mesura necesaria para hacer más razonable el debate.
Lo que más llama la atención de la revista y de Miguel es la capacidad de adaptación a la velocidad endiablada de los cambios tanto en la distribución como en la industria, que su equipo de redacción sea capaz de hacer interesante cada nuevo número y esa es la razón de su longevidad.
¿Qué habría sido de la industria y la distribución españolas sin Miguel de Haro y su revista? No es fácil contestar a esta pregunta, pero probablemente el debate habría sido más áspero y más emocional y a todos nos habría costado más tiempo y esfuerzo encontrar puntos razonables de encuentro como es la situación actual.
Si Miguel de Haro no hubiera existido habríamos tenido que inventárnoslo pero eso no hubiera sido fácil
¡Gracias Miguel por todo lo que has hecho por nosotros, porque sin ti habríamos vivido peor¡

(En noviembre de 1974, Guillermo de Rueda estaba en la Universidad de Oxford, «con la barba y la melena, una de las etapas mas felices de mi vida. En aquel momento no se me ocurría pensar que acabaría en el sector de la distribución»)