David Mackay, relevo inesperado en Kellogg
Kellogg, el mayor fabricante de cereales del mundo, anunciaba, el pasado 6 de diciembre, la salida de la compañía de su presidente y CEO mundial, David Mackay, que será sustituido por el director de Operaciones, John A. Bryant.
Un relevo inesperado, que se producía por sorpresa, en un momento especialmente delicado para la empresa estadounidense, que en el último año ha perdido peso, recortando sus ventas en todo el mundo.
Era un secreto a voces, pero Mackay se mostraba decepcionado por los resultados del tercer trimestre, que han supuesto la caída del negocio en Norteamérica (-3%) y Europa (-5%), así como un descenso del 6,3% en el beneficio neto atribuible (338 millones de dólares). “Ha sido un año duro”, aseguraba el todavía primer ejecutivo de la firma, refiriéndose al entorno deflacionario y a la competencia, al tiempo que recordaba que habían tenido que rebajar de las previsiones anuales. Lo que nadie esperaba era su “salida” improvisada. Mackay se justificaba alegando que podía haberse jubilado el verano pasado y que deseaba pasar más tiempo con la familia. Lo cierto es que en su despedida hay “partes oscuras”, que algunos analistas identifican con la evolución de la empresa Hasta 2009 Kellog había logrado mantenerse a flote, pero 2010 ha sido complicado. Al descenso de los ingresos se ha sumado la retirada de 28 millones de cajas de producto en mal estado.
Mackay, de 55 años, fue nombrado CEO mundial en diciembre de 2006. Se incorporó a Kellogg en 1985 como responsable de producto y desde entonces ha permanecido en la compañía, ocupando distintos puestos de responsabilidad en Estados Unidos, Australia y Europa. Después de dejar la empresa durante un breve periodo regresó a la filial en Australia en 1998 y en 2000 se trasladó a Estados Unidos. Su trayectoria ha estado vinculada al crecimiento de la compañía.
Su sucesor, John A. Bryant, australiano de 45 años, entró en Kellogg en 1998, trabajando en Australia y Europa dentro de la planificación estratégica global. Ha sido director financiero y ha participado en la expansión mundial del grupo. Ahora, su prioridad es retomar el rumbo de una empresa, fundada en 1906, que durante años ha liderado el mercado mundial de cereales para el desayuno con marcas como Kelloggs, Special K, All Bran, Choco Krispies, Frosties, Corn Flakes o los más recientes Crunchy Nut, entre otras.