Cuéntame una buena historia y jamás la olvidaré
Las historias definen quiénes somos y qué es lo que queremos.Hoy no es posible ser líder jugando solo con calidad, diseño o precio.
Hace unos meses compré un teléfono inalámbrico para mi casa. Hoy día, en la era de los móviles, parecía que el mercado de los teléfonos fijos iba a resultar escaso. Busqué en Internet, en un página que me ofrece garantías, y encontré más de 10 modelos que se correspondían con lo que estaba buscando, tanto por prestaciones como por su precio.
La elección no era fácil ya que todos parecían ofrecer más o menos lo mismo, así que escogí el que me parecía que ofrecía un mejor diseño y un buen equilibrio con lo que yo estaba dispuesto a gastar. Ahora, un tiempo después de haberlo comprado, funciona correctamente pero no podría asegurar cuál fue la marca que adquirí.
Hace unas semanas, ahora que se acerca el invierno, compré una prenda técnica de abrigo. Igualmente hice una búsqueda previa en Internet, aunque luego me acerqué a un comercio especializado. En este caso probarme la prenda me parecía importante. Las posibilidades para lo que estaba buscando no eran tantas como en el caso del teléfono, pero no obstante podía escoger entre varias marcas y mi elección final se centró en dos de ellas: Columbia y Patagonia. La prendas eran muy similares y también su precio, aunque el de la primera era ligeramente inferior. A pesar de ello me decanté por la segunda opción, y he de reconocer que me motivaron los significados de esta marca vinculados a lo que sabía sobre ella. En mi imaginario me consta que aporta parte de sus ingresos a causas medioambientales y es una compañía comprometida con sus empleados (incluso les dejan un tiempo libre a mediodia para que puedan hacer surf!). En definitiva, no es que Columbia tenga un mal significado, es que me parece mejor el de Patagonia y eso hace que me sienta más identificado con ella.
Y es que las historias definen quiénes somos y qué es lo que queremos, del mismo modo que nuestras marcas expresan nuestra personalidad y valores diferenciales. Las marcas están hechas de historias, no de productos o servicios, de modo que la historia que contamos de una marca es la herramienta más poderosa para conectar con los consumidores de hoy en día. No olvidemos que en el mundo actual son los consumidores los que ejercen un poder sobre las marcas. Son ellos principalmente a través de las redes sociales los que dicen lo que les gusta y lo que no. Recientemente se dió el caso de Gap, una marca de moda internacional que decidió renovar su imagen de marca sin contar con la opinión de su público, y fueron tales las protestas en la red que finalmente decidieron dar un paso atrás y volver al logo anterior.
Hoy, en un mercado sobresaturado, no es posible ser líder solo jugando las variables de calidad, diseño o precio. La competencia hace exactamente lo mismo, o al menos dice que lo hace. Es ahora más que nunca cuando contar historias de marca (Brand Storytelling) se convierte en una herramienta estratégica que permite la diferenciación reflejando el corazón y la personalidad de la marca. Los buenos relatos logran que transformemos información aburrida en emociones y sensaciones que nos hacen vibrar. Parten de la propia experiencia humana, nos sitúan en un determinado contexto que nos ayuda a comprender las cosas, son inspiradores y didácticos y, además, son valiosas en cualquier ámbito.
Pero una buena historia no se construye sólo con palabras, es importante que la marca refleje su promesa en todo lo que hace. El modo en que se diseña el producto, el modo en que se construyen las tiendas, el modo en que viste el personal e incluso su actitud. Todo debe ir alineado para que la historia resulte auténtica, cualquier muestra de falta de sinceridad acabará siendo detectada por el púlbico. Y es ese foco en el público el que permitirá que nuestro relato sea contado y replicado por ellos, que de este modo se convierte en verdaderos embajadores de la marca multiplicando la historia mucho más allá de lo que podríamos imaginar.
¿Cuál es la historia que tu marca está dispuesta a contar?