Control y seguridad alimentaria, ventajas competitivas

De todos es sabido que alimentación y salud, son dos temas intimamente ligados.

De nuestra dieta, depende en gran medida nuestro desarrollo cognitivo, nuestra capacidad de aprender e incluso nuestra actitud vital.

La calidad y la seguridad alimentaria se convierten por tanto en preocupaciones importantes de los consumidores; y por tanto de los productores e industriales que con sus productos contribuyen a alimentarnos.

El sector primario, agricultura y ganadería, pasa a ser garante de nuestra salud y asume la obligación de responder a nuestra necesidad de seguridad, con un tratamiento adecuado de los alimentos en su fase de producción. Luego en su fase industrial de tratamiento, deberá ser la industria transformadora la que mantenga esta garantía hasta su conversión en alimento final.

Un ejemplo claro de esta garantía, es la industria láctea. Como todos sabemos, los procesos de esterilización y ó uperisación garantizan que el producto está libre de gérmenes y bacterias dañinos para nuestra salud.

El peligro de los residuos de antibióticos</b<
No hace falta decir, que el principal peligro químico en la leche, lo constituye el residuo de antibióticos que puede llegar a tener dos efectos adversos para la salud de las personas: alergias y generación de microorganismo resistentes a los antibióticos.

Las primeras se producen por la sensibilización de nuestro organismo ante una exposición previa a un alergeno. Muchas de las reacciones anafilafticas, aquellas que se producen por administrar antibióticos a personas que han desarrollado alergias a los mismos, se pueden evitar con un estricto control previo de las explotaciones ganaderas y del producto que se recoge para su tratamiento.

Junto a ello, la generación de microorganismos resistentes a determinados antibióticos es otro de los peligros asociados a la utilización de ciertos medicamentos en la crianza o alimentación de los animales.

Colaboración con los ganaderos, es la clave
¿Cómo asegurar que la leche está libre de trazas de antibióticos? Por supuesto con la colaboración de los ganaderos. Por un lado con un control analítico exhaustivo a lo largo del proceso y además realizando prevención.

En el caso de los controles analíticos deben ser sistemáticos, diarios en cada una de las fases críticas del proceso de producción:

1) En la recogida individualizada, antes de mezclarla con las de
otras explotaciones.

2) En la recepción en planta, del transporte en cisterna y antes
de su descarga.

3) En el silo, una vez realizada la descarga y antes de comenzar
la fabricación.

4) En el producto terminado, antes de que salga al mercado.

Prevenir, antes que curar
El grupo Pascual, además del proceso anterior realiza también una auditoría periódica de las explotaciones con frecuencia trimestral, de la que están a cargo un equipo de auditores expertos , independientes de los gestores comerciales y de los técnicos.

Con esta fórmula cada explotación recibe una calificación y evaluación de riesgos, que sirve de guía para el trabajo posterior del departamento de Servicio Técnico quienes con su experiencia recomendarán las mejores soluciones constructivas, de equipos o manejo para minimizar dichos riesgos.

El resultado final es que el ganadero, ve afectado su precio percibido sobre el producto en función de dicha calificación, asegurándose el fabricante mediante esta herramienta que las buenas prácticas recomendadas se conviertan en gestión diaria.

Este trabajo supone un incremento de costes, pero garantiza que la calidad del producto está acorde con el Standard buscado.

La trazabilidad, basada en un sistema de localización por GPS, permite deducir por último con rapidez, el origen de cualquier problema que se pudiera presentar, a lo largo de todo el proceso.