Consumidor rebelde. El “Podemos” de Gran Consumo

En un principio existió la causa, la crisis. Después llegó el efecto, cambios en los hábitos de compra. De ellos nace un nuevo perfil, el consumidor rebelde.  Supone un n cuarto de la población y siente rechazo por las grandes corporaciones y empresas.

Cliente rebelde caretas

Un 25% de los consumidores que representa esta tipología de comprador, descrita en el estudio Mikroscopia 2015, de la compañía MyWord, que puede definirse como “el fenómeno Podemos aplicado al mercado”, según explica la ex presidenta del CIS y socióloga  Belén Barreiro.

El consumidor rebelde es especialmente sensible ante las buenas o malas prácticas. No juzga a las empresas tanto por la calidad de sus productos y servicios, como  por su comportamiento y su compromiso con la sociedad. Esta conducta que puede traer consecuencias como el abandono  de as marcas que  “no sepan reaccionar a tiempo”

No obstante su rechazo no es homogéneo y se manifiesta de forma especial en sectores como la banca (27%) uno de los ámbitos más golpeados por la crisis y con percepción negativa para la mayoría de los consumidores. Los seguros forman otra parcela poco amigable para los “rebeldes.

Entre el resto de actividades, las empresas digitales salen mejor paradas que las analógicas. Y es que las demandas de este grupo son transversales. Valoran más aquellas organizaciones que dan respuesta las necesidades personales como  salud, belleza, ocio, electrónica, o telefonía, entre otras, que aquellas que sólo se fijan en la rentabilidad del negocio.

El estudio, efectuado sobre una muestra de entre  8.400 y 1.700 atributos que afectan a la persona, no pretende medir la relación entre los consumidores y las empresas, sino más bien dar pistas para conocer lo qué éstos  piensan sobre ellas y así adelantarse a las demandas y cambios del mercado.