Un 86% de consumidores compra productos de segunda mano
Mientras que casi 9 de cada 10 usuarios reconoce que utiliza con mayor o menor frecuencia este tipo de artículos, un 81% afirma que recurre ahora más que antes.
Aumenta el número de consumidores interesados por los productos de segunda mano. Un 86%, casi 9 de cada 10, reconoce utilizar con mayor o menor frecuencia este tipo de artículos. Y de estos, un 18% admite hacerlo con frecuencia.
Son datos del último estudio realizado por la app de consumo responsable Gratix, tras haber analizado la perspectiva de los consumidores en el mercado de segunda mano a nivel nacional.
Entre las principales conclusiones, el hecho de que una mayoría de encuestados reconozca que emplea con mayor o menor frecuencia productos de segunda mano. En concreto, un 86%. De estos, más de la mitad (56,5%) recurre a esta modalidad de consumo de forma puntual y con determinados tipos de productos. El 18% lo hace de forma frecuente y un 11,5% reutiliza artículos de otras personas solo si estas son de su círculo de conocidos. Un 14% confiesa que prefiere comprarlo todo nuevo.
“El mercado de segunda mano siempre ha existido, pero la tecnología ha permitido amplificarlo, a través de plataformas que facilitan la conexión entre la oferta y la demanda. Hoy, buscar lo que necesitas sin recurrir a establecimientos comerciales es más sencillo que nunca, y eso facilita el acceso a un nuevo estilo de vida, en el que las personas se cuestionan la necesidad de comprar productos nuevos cuando pueden dar una segunda vida a otras que ya existen y se encuentran en buen estado”, ha explicado Jose María García, CEO y fundador de Gratix.
El 81% de los encuestados en el estudio reconoce recurrir ahora más que antes a este tipo de productos, lo que pone de manifiesto una tendencia creciente de este modelo de consumo en nuestro país. De ellos, un 47% señala haber aumentado sus hábitos de reutilización por convicción, por entender la importancia de practicar un consumo responsable. Mientras que un 34% admite hacerlo por ahorro.
Aunque, sobre este último aspecto, García recuerda que la compra de un producto de segunda mano no solo conlleva un ahorro en coste, sino también en términos de ahorro energético, de emisiones de CO2 y de desechos que se acumulan en nuestras ciudades a causa de la obsolescencia programada y de un modelo de consumo de usar y tirar.
“No se trata de no comprar productos nuevos, sino de hacerlo de forma más consciente, menos impulsiva, cuando de verdad lo necesitamos. Saldrá ganando nuestra economía doméstica y también nuestro planeta”, sentencia.