Cómo afrontar los desafíos logísticos gracias a la tecnología en 2023
Un artículo de Mariano Terrana, COO de QuadMinds.
«El año 2023 se presenta como una gran oportunidad para afinar en los procesos de logística inversa y aprender de los errores y aciertos».
En los últimos tres años, el sector logístico ha tenido que enfrentarse a las consecuencias de las crisis resultantes de la pandemia, la cadena de suministro y las economías globales.
En todos estos episodios, la tecnología ha tenido un papel importante ya sea con nuevos usos para desarrollos preexistentes, como la robótica en el almacén, o el surgimiento de aplicaciones y plataformas.
Inmersa en este contexto, la logística ha pasado de ser una operación silenciosa “tras bambalinas” a tener un rol clave como impulsor de valor. Para mantener este lugar estratégico, la resiliencia y la eficiencia en los procesos serán fundamentales para el sector en 2023, junto a la sostenibilidad y la tecnología aplicada a diferentes áreas del negocio, desde almacenes hasta repartidores, y sobre todo, en tres ejes principales.
Logística inversa
Según una encuesta realizada a consumidores de entre 18 y 70 años por CTT Express, el 70% de los consumidores espera “devolver sus compras online desde casa y sin necesidad de imprimir etiquetas”. Además, el informe Pulso del Comprador en Línea de UPS revela que la experiencia de devolución afecta la decisión de compra de un 73% de consumidores a nivel global.
Sin duda, la posibilidad de devolver un producto que no cumple las expectativas repercute en los índices de ventas y en el posicionamiento de las marcas. Esta es una de las razones por las cuales la logística inversa debe ser una prioridad: porque incide en la percepción del servicio. La forma en que mejora o afecta la experiencia de compra puede ser un punto de inflexión para la fidelización del cliente y la competitividad de la empresa en el mercado.
El año 2023 se presenta como una gran oportunidad para afinar procesos de logística inversa y aprender de los errores y aciertos. Debemos pensar en los consumidores y negociar entre soluciones que se adapten a lo que buscan y necesitan, y la capacidad de las empresas para dar respuesta a sus demandas. Por ello, contar con herramientas tecnológicas como los sistemas de optimización de rutas será clave, ya que permiten gestionar la logística de entrega, así como la de devoluciones, mantener una comunicación constante y en tiempo real con los clientes, y cuidar los costes que son el talón de aquiles de muchos negocios.
Las políticas “verdes”
Se estima que para 2050 el 68% de la población mundial vivirá en áreas urbanas. Es decir que, en solo 50 años se habrá incrementado la población urbana mundial en 3.400 millones de personas, en un mundo cada vez más digitalizado, en el que las personas continuarán ejerciendo su consumo de forma digital.
La exigencia de la inmediatez en logística es algo que ya estamos viviendo y que presenta sus propias contradicciones. Por un lado, grandes operadores logísticos en un mercado que exige eficiencia y rapidez, con capacidad de ofrecer entregas en el día, por ejemplo, mientras que los consumidores eligen conscientemente a quién comprar basándose también en valores como la sostenibilidad. Sin embargo, esto se contradice con la exigencia de inmediatez en la entrega de productos.
El hecho de que el consumo esté muy ligado a los valores personales es una oportunidad para las empresas que tienen una operación logística. No solo pueden enfocarse en ser más sostenibles con grandes actos, sino que pueden comenzar por pequeñas acciones alcanzables hoy, como planificar sus rutas de forma eficiente, para poder afrontar lo que venga con mayor fortaleza.
Envíos de larga distancia
Hoy en día, fabricantes, distribuidores y negocios minoristas mantienen un vínculo más directo con el consumidor final y, como ya se ha mencionado, buscan entregar en tiempo récord. Debido a esto, si bien en 2023 se apuntará a aumentar las flotas, no será esta la única forma de cumplir las expectativas. Habrá que prestar atención a otros factores como: hacer un uso más eficiente del espacio de carga disponible, detectar lo que no funciona y solucionarlo, buscar apoyo estratégico en las tecnologías de planificación y control y buscar maneras de incentivar a empleados y colaboradores para que también sean parte del cambio.
En conclusión, la sostenibilidad para transformar la logística a corto plazo y afrontar los problemas del futuro, la búsqueda de resiliencia en la cadena de suministro y la tecnología para tomar decisiones informadas y mejorar también los procesos de larga distancia serán la clave para afrontar los desafíos que se presenten en 2023.
Mariano Terrana, COO de QuadMinds