Comercio detallista, más retrasos en los pagos

En los diez primeros meses de 2011 las ventas del comercio minorista descendieron un 5,4%, respecto al mismo periodo del año anterior. La incertidumbre creada por la crisis y las dificultades de acceso al crédito ha mermado la capacidad de los hogares en el pago de deudas. La caída en el subsector no alimenticio ha alcanzado el 7,2%, mientras que en el no alimenticio apenas roza e 2,7%.

Son datos del Market Monitor de diciembre, distribuido por Crédito y Caución. Sus conclusiones revelan que el sector minorista afronta un cambio en los hábitos de compra del consumidor, marcado por la prudencia. La situación de liquidez y la dependencia de financiación externa son datos clave en el momento actual.

En este escenario, los detallistas se encuentran ante un acceso restringido al crédito bancario, lo que dificulta la apertura y financiación de nuevos negocios. Por ello, se ven obligados a reducir precios y se enfrentan a los productores por los márgenes.

En los últimos seis meses de 2011, y sobre todo en el último trimestre, se ha notado un ligero crecimiento de los retrasos en pagos de las empresas minoristas. Las principales causas de esta demora han sido la ralentización de la situación económica, el estancamiento de la demanda interna y las dificultades que las empresas tienen a la hora de acceder a financiación bancaria.

No obstante, se confirma que el sector minorista continúa comportándose en pagos mejor que la media nacional. Ello constituye un dato optimista por la importancia de estas actividades en el tejido empresarial español. Además, se espera que mantenga su nivel de cumplimiento de pago a lo largo de los próximos meses (los pagos muestran un promedio de entre 90 y 120 días, descendiendo en los productos perecederos, como es el caso de los alimentos, hasta los 30 días).

A corto plazo y según las estimaciones de Crédito y Caución, se prevé que los precios sigan subiendo, aunque con una menor intensidad que en el año 2011. Factores como la desaceleración de la actividad económica mundial y de la zona euro, podrían ayudar a producir una situación de alivio en la presión ejercida sobre los precios en el próximo año