Cleanity y FIAB, crean el manual de buenas prácticas de higiene

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Con el fin de garantizar la seguridad en la industria de la alimentación, la Federación de Industrias de Alimentación y Bebidas (FIAB) y Cleanity han elaborado un manual de buenas prácticas de higiene para la industria de la alimentación y las bebidas.

Presentado durante Alibetopías, las jornadas de innovación del sector, con este manual ambas entidades aspiran a que tanto empresas grandes como pequeñas pongan en marcha nuevas medidas de seguridad. Tales medidas vendrían a raíz de los cambios recientes que tanto la empresa como la asociación han identificado.

El manual señala, en concreto, siete retos. El primero de ellos, la reducción de consumos. Aquí las empresas del sector muestran su preocupación sobre cómo equilibrar la reducción de los mismos sin entorpecer la seguridad alimentaria. De igual forma, para controlar los consumos, el manual recomienda el uso de soluciones concentradas. Según la empresa de higiene industrial, estas soluciones resultan seguras, fáciles de aplicar y reducen el impacto ambiental.

En relación a los contaminantes, el manual pone el acento en los biofilms. En palabras de Mariam Burdeos, directora de la compañía, “la formación de biofilms en instalaciones industriales es una de las preocupaciones actuales de mayor relevancia debido a la capacidad de ciertos microorganismos a adherirse y establecerse en las superficies de equipos y conducciones”.

Burdeos señala que los biofilms resultan complicados de eliminar, ya que aparecen en entornos húmedos y ricos. Para este tipo de microorganismos, el manual informa que aquellas soluciones que cuenten con una base enzimática facilitan su erradicación.

El dossier también recuerda a las compañías de alimentación que, al igual que se estudia el diseño de nuevas instalaciones y la incorporación de máquinas, hay que pensar en los procesos que sirvan para garantizar la higiene.

En el manual ambas entidades señalan, por último, la necesidad de envasar los productos en formatos que reduzcan al máximo el uso de plásticos. Y limpiar el proceso de envasado con soluciones biodegradables que logren a su vez disminuir la huella tóxica en la fábrica.