Caramelo y Pulligan, nuevos ajustes en el sector textil

La caída de las ventas en el sector textil está modificando la estructura organizativa de muchas empresas del sector, como es el caso de Caramelo y Pulligan.

La primera, cabecera del grupo integrado por Caramelo, Caramelo Jeans y Antonio Pernas, con un total de 60 tiendas (entre propias y franquiciadas) y presencia en numerosos establecimientos multimarca, ha decidido acometer un ajuste de plantilla y proponer un nuevo modelo de negocio. La estrategia supone el recorte del 14% de sus trabajadores, (120 de un total de 850); el cierre de las tiendas de Oporto (Portugal) y Zaragoza y la puesta en marcha de un plan de expansión internacional, a través del sistema de franquicias.

El año pasado Caramelo redujo sus ventas más del 10%, situando la facturación en 70 millones de euros y registró pérdidas por valor de 20 millones de euros. Tras estos resultados y la salida de algunos accionistas, se perfila una nueva dirección, a cargo de Fernando Mauro, cuyo accionista de referencia es Inveravante, sociedad de inversión de Manuel Jove.

Por su parte, Pulligan Internacional, empresa dedicada a la fabricación de géneros de punto, ha presentado un ERE (Expediente de Regulación de Empleo) y decidido el cierre de la planta de Canet de Mar, en Barcelona, el último centro de la compañía en España.

La firma, que ya había reorganizado su actividad en Cataluña hace unos años, trasladará la producción de Canet a Tánger (Marruecos), dejando en las instalaciones catalanas las secciones de diseño, patronaje , I+D y departamento comercial.

Tanto Caramelo como Pulligan han chocado con la oposición de trabajadores y sindicatos, que se oponen a los planes de viabilidad de ambas empresas y exigen “argumentos”, que justifiquen la decisiones adoptadas.