Calvo cambia de signo

La tercera generación de la familia Calvo ha logrado sembrar nuevamente el optimismo en una de las conserveras más importantes a nivel mundial. Tras un año 2006 plagado de malos resultados fruto de lo que la propia empresa califica de “decisiones estratégicas erróneas” y de la escasez de capturas que trajo la mala climatología, el ejercicio 2007 ha comenzado con buenas noticias.

En los tres primeros meses, el Grupo Calvo ha incrementado sus ingresos en un 11,3% hasta los 91,12 millones de euros. El beneficio bruto de explotación ha alcanzado los 8,19 millones de euros, un 94% más que en el mismo periodo de 2006 y el beneficio antes de impuestos ha sido de 2,74 millones de euros, frente a las pérdidas de 0,53 millones del primer trimestre del ejercicio precedente.

Este cambio de tendencia se debe en parte, como explica la empresa, al nuevo enfoque estratégico que ha dotado de mayor independencia al negocio de Flota que ha dejado de depender mayoritariamente de las necesidades de materia prima de la división de Tierra y ha diversificado las capturas con el fin de obtener una mayor rentabilidad.

Calvo cerró 2006 con unas ventas de 353,28 millones de euros, un 5% más que el año anterior, un beneficio de explotación de 1,69 millones de euros, lo que supuso una merma del 87%. El resultado negativo fue de 12,55 millones de euros.