Bronceado ROMPER LA ESTACIONALIDAD

La industria europea de productos solares cuenta con un buen futuro por delante. Con un volumen de ventas superior a los 1310 millones de euros, la innovación de la dirige sus pasos hacia nuevos productos que unan el clásico factor de protección al cuidado personal. Los autobronceadores, con multitud de presentaciones, consiguieron en los dos últimos años arañar una buena parte de la cuota de mercado de los productos solares clásicos. Después del boom llegó la calma y los crecimientos no son ya tan espectaculares. Aún así, representan un buen nicho a explotar que significa para el sector, limitado a los meses de estío, el principio del fin de su estacionalidad.

Ofrecer un aspecto bronceado como símbolo de imagen y bienestar es una aspiración de hombres y mujeres desde que hace más de medio siglo Coco Chanel desterrara la idea de las pieles blancas. Sin embargo, en los últimos años, los avances en la investigación médica y la relación de exceso de exposición solar con algunas enfermedades cancerígenas, dio un vuelco al sector de productos solares que han tenido que adaptarse en las dos últimas décadas a distintas demandas.

Nuevo etiquetado
Primero fue la exigencia cada vez mayor por parte de los consumidores de productos con factores de protección diferentes adaptados a los distintos de piel. Un buen nicho para los industriales que volcaron su esfuerzo inversión en presentar productos adecuados a la exigencia de mayor protección. La mayor innovación de los últimos años ha sido la aplicación de un derivado incoloro de la caña de azúcar, el Dihydroxyacetone o DHA, que se utiliza para broncear la piel sin necesidad de exponerse a los rayos solares. Conocido desde hace más de treinta y cinco años, no ha sido hasta esta década cuando la industria se ha lanzado a presentar distintos productos que ofrecen además de comodidad, garantías de una correcta aplicación y uniformidad en la piel.

El año que ahora comienza supondrá también la fecha tope establecida por la Comunidad Europea en 2006 para incorporar en los productos solares el nuevo etiquetado. Desde el pasado verano, una buen parte de los productos llevan ya el logotipo común para todos los países comunitarios donde se explicita de manera gráfica y fácilmente identificable el factor de protección frente a los rayos UVA. A partir de este año no podrán aparecer en los envases los términos “pantalla total” o “protección total”. Además, el fabricante deberá indicar junto al llamado Factor de Protección Solar (FPS) si ésta es ‘débil’, ‘media’, ‘alta’ o ‘muy alta’ para ayudar al consumidor a elegir el producto que mejor se adapta a sus necesidades